jueves, 27 de junio de 2024

 El viento me llevó al norte,
cada pueblo, una historia,
un poema, una canción.
Susurros del pasado
resuenan en calles empedradas,
cada esquina, un recuerdo,
cada plaza, un verso.
En los ojos de la gente,
veo relatos de amor y desvelo,
en las fachadas antiguas,
leyendas que nunca mueren.
Los campos dorados
cantan baladas al atardecer,
y las montañas imponentes
recitan epopeyas de valentía.
El viento, cómplice eterno,
me guía en este viaje sin fin,
donde cada parada es un suspiro,
y cada suspiro, una inspiración.
Desde las risas en la taberna
hasta el silencio del amanecer,
voy tejiendo con palabras
el mapa de mis andanzas,
uniendo con hilos invisibles
los fragmentos de mi corazón errante.
En este andar constante,
donde el horizonte siempre llama,
me descubro en cada verso,
y en cada canto, te encuentro a vos.






 Niebla sobre la avenida,
poco tránsito y en la soledad
de un rincón,
le escribo a Buenos Aires
mientras pienso en vos.
Mi corazón susurra tu nombre,
las noches se llenan de magia
cuando pienso en tu sonrisa
y la ciudad duerme en silencio,
bajo un manto gris,
mis palabras se deslizan
como susurros al viento,
dibujando tu recuerdo en el aire.
Tus ojos, dos faros de luz,
guían mi camino en la oscuridad,
tu risa, una melodía suave,
resuena en cada rincón de mi ser.
Cada farol encendido
es un testigo mudo
de la nostalgia que me envuelve,
y en cada pausa,
el latido de la urbe
se mezcla con el mío,
como si Buenos Aires y yo
compartimos este anhelo,
esta espera, este amor.
El viento trae su aroma,
un suspiro dulce me envuelve.
tus palabras, caricias de seda,
dibujan poesía en mis sueños.
Cada encuentro es un milagro,
un instante eterno de amor.
con vos, el mundo es un verso
y la vida, una canción.
Juntos, tejimos historias
de miradas y besos robados,
de promesas susurradas al oído,
de futuros compartidos, sin fin.
fuiste la musa de mis días,
la razón de mis noches de luna,
en tu abrazo, encontré el hogar,
y en tu amor, la desdicha
de no olvidarte nunca más.
 Los soles del invierno
y su tenue calor acogedor,
se filtran entre abrigos y bufandas,
envolviendo los días fríos
en un abrazo de luz.
Los rayos tímidos acarician
rostros escondidos tras la lana,
pintando sonrisas sutiles
en medio del aire helado.
Bajo el cielo gris y blanco,
el calor del sol invernal
se convierte en un tesoro,
un recordatorio cálido
de que incluso en el frío,
hay espacio para la ternura.

miércoles, 26 de junio de 2024

 

Vive sin importarte el cómo ni el cual,
vive con la libertad de un viento sin dueño,
sonríe, abraza, besa y vive al natural,
deja que tu espíritu se eleve en cada sueño.
Que la risa sea tu compañera constante,
un eco de alegría que resuena sin cesar,
en cada abrazo, siente el instante,
donde los corazones se encuentran sin dudar.
Besa con la ternura de un amanecer,
con la pasión de un ocaso ardiente,
vive cada día como si fuera el primero,
deja que el amor te guíe siempre.
No dejes que el miedo dicte tus pasos,
ni que las dudas oscurezcan tu camino,
vive con el corazón abierto a los abrazos,
y sigue el ritmo de tu propio destino.
Que no te importe el juicio de otros,
ni las normas que quieran imponerte,
vive con la autenticidad de los locos,
que encuentran, en cada día, un arte.
En la sonrisa, descubre la magia,
en el abrazo, la paz de lo eterno,
en el beso, la chispa que contagia,
y en la vida, el milagro más tierno.
Vive sin preocuparte por el cómo ni el cual,
que la vida es un viaje sin destino fijo,
cada momento es un regalo especial,
cada segundo, un suspiro de amor y hechizo.
Así, deja que tu alma vuele libre,
sin cadenas, sin límites, sin temor,
vive con la fuerza de lo invencible,
con la certeza de un corazón lleno de amor.
Sonríe, abraza, besa y vive,
que en cada gesto se esconde la eternidad,
en la sencillez de un acto se percibe,
la belleza de vivir con plena libertad.
 El brillo de tus ojos, son el mejor paisaje del día,
una luz que ilumina con destellos de alegría,
en su profundidad encuentro la melodía,
que hace vibrar mi alma con su dulce armonía.
Son faros en la mañana, guías en la noche,
reflejan los sueños y las esperanzas ocultas,
en su mirar, mi corazón derrocha,
una emoción sincera que nunca es difusa.
Cada parpadeo, un cuadro de belleza pura,
un lienzo pintado con colores de emoción,
en tus ojos se refleja la ternura,
y cada mirada es una suave canción.
El sol puede brillar con toda su fuerza,
y las estrellas titilar en la noche estrellada,
pero el brillo de tus ojos es la única certeza,
que transforma mi mundo, dejando el alma encantada.
Tus ojos son espejos de tu espíritu brillante,
ventanas abiertas a tu ser interior,
en ellos encuentro un refugio constante,
un oasis de paz, un rincón de amor.
Al mirarte, el tiempo se detiene,
el mundo se hace pequeño y sin prisa,
y en tus ojos, mi ser se entretiene,
perdiéndose en el abismo de tu risa.
Son como dos luceros en el cielo inmenso,
que guían mis pasos con su luz cálida,
en su fulgor encuentro un universo,
donde cada destello es una promesa válida.
Tus ojos son el mejor paisaje del día,
una visión que embellece cada momento,
en su brillo encuentro mi fantasía,
y en su resplandor, hallo mi sustento.
Así, cada vez que te miro, me renuevo,
mi corazón late al compás de tu mirada,
en el brillo de tus ojos, me atrevo,
a soñar despierto y a sentirme amado.

Porque en ellos está la esencia de lo bello,
la promesa de un amor que nunca se apaga,
el brillo de tus ojos, cual destello,
es el paisaje que mi vida embriaga.






 Mujer de ojos tristes y sonrisa esquiva,
que llevas en tu ser las huellas del dolor,
déjame ofrecerte una poesía tan viva,
como el consuelo tierno de un cálido amor.
Tu corazón ha conocido tormentas oscuras,
y en tu mirada se reflejan noches sin luna,
pero en tu interior hay fuerzas puras,
un espíritu fuerte que nunca se acuna.
Déjame ser la brisa que acaricia tu herida,
el sol suave que en tus días se posa,
quiero ser el refugio en tu vida,
una presencia serena, constante y hermosa.
Eres como una flor que ha sobrevivido,
a las tempestades y los vientos crueles,
cada pétalo tuyo es un suspiro contenido,
un testamento de historias y fieles.
Quisiera rodearte con un manto de estrellas,
donde cada una susurre palabras de aliento,
y que encuentres en la noche bellas,
la paz que te devuelva tu propio cuento.
Tu valentía es un faro en la distancia,
tu fortaleza, un ejemplo a seguir,
y aunque el pasado aún tenga su importancia,
en el presente quiero verte sonreír.
Que mis palabras sean el abrazo que necesitas,
que encuentres en mi voz un dulce arrullo,
porque mereces días de amor y citas,
con la felicidad que en tu ser murmuro.
Déjame ser la melodía que te acompaña,
en las horas de tristeza y desvelo,
quiero ser la mano que te baña,
de cariño sincero y consuelo.
Mujer valiente, con cicatrices y miedos,
te ofrezco mi ternura sin condición,
un amor que no conoce ruedos,
y que busca en ti su razón.
Que cada día nuevo traiga la esperanza,
de un futuro lleno de luz y alegría,
porque en ti brilla la más hermosa danza,
y mereces una vida de pura armonía.
Así te ofrezco, en versos y en calma,
mi cariño tierno, mi apoyo fiel,
que encuentres en mi alma,
el refugio que tu corazón anhelaba ayer.


 Las heridas del alma son invisibles,
no sangran ni dejan cicatriz en la piel,
pero su dolor es profundo y sensible,
un eco constante, un susurro cruel.
En los rincones oscuros del corazón,
las heridas laten con un ritmo triste,
son sombras que se esconden de la razón,
y en el silencio de la noche, persisten.
Son recuerdos de amores perdidos,
de sueños rotos y promesas vacías,
de momentos que quedaron detenidos,
de miradas que ahora son lejanías.
Cada herida lleva una historia escondida,
un rastro de lo que fue y no será,
son páginas en un libro de vida,
que el tiempo no borra ni logrará sanar.
Son las palabras no dichas, el llanto contenido,
la ausencia de abrazos en momentos de temor,
el peso de un adiós nunca bienvenido,
la carga invisible de un profundo dolor.
Pero también son las semillas del renacer,
las que nos enseñan a ser fuertes y valientes,
a encontrar la luz después del atardecer,
a levantar el rostro y seguir de frente.
Las heridas del alma, aunque duelen,
nos recuerdan que estamos vivos y sentimos,
que en nuestro interior, las emociones se desenvuelven,
y en la adversidad, poco a poco nos redimimos.
Porque en cada herida hay una lección,
una oportunidad para crecer y aprender,
y aunque cicatricen sin curación,
nos guían hacia la paz que queremos tener.
Así, honremos nuestras heridas con ternura,
como testigos de nuestro viaje y evolución,
abracemos cada marca con dulzura,
y dejemos que el amor sea nuestra sanación.
 El Delta en mis venas, un río sin fin,
un laberinto de aguas que en mi alma habita,
sus corrientes susurran historias sin fin,
y en cada rincón, mi espíritu palpita.
Espejos de agua donde el cielo se refleja,
entre juncos y sauces que danzan al viento,
en sus brazos me pierdo, y mi ser se deja,
navegar en su calma, en su dulce aliento.
El Delta en mis venas es mi hogar y mi canto,
es la sangre que fluye con ritmo constante,
sus islas y canales me abrazan con encanto,
y en su abrazo de agua, soy navegante.
Los atardeceres pintan de oro sus riberas,
y en la quietud de la noche, susurra el misterio,
cada ola es un verso, una caricia sincera,
y en su abrazo infinito, hallo el amor verdadero.
Las aves que surcan su cielo abierto,
son mensajeras de sueños y libertad,
y en cada amanecer, me siento despierto,
en el Delta, mi vida cobra claridad.
Sus aguas me llevan a rincones ocultos,
donde el tiempo se detiene y el alma descansa,
el Delta en mis venas es un mundo de cultos,
un refugio sagrado, una eterna danza.
En su manto de verde, hallo mi refugio,
y en el murmullo de sus caños, mi canción,
cada gota de agua es un rayo de lujo,
que ilumina mi vida con pura devoción.
El Delta en mis venas, un poema viviente,
un río de emociones, un caudal de amor,
en su abrazo me encuentro, soy transparente,
y en su corriente, hallo mi mayor fervor.
Así, con el Delta corriendo en mi ser,
soy parte de su esencia, de su vastedad,
y en cada latido, siento renacer,
el vínculo eterno con su serenidad.
El Delta en mis venas, un tesoro sin par,
un lazo de agua que nunca se rompe,
y en su flujo constante, hallo mi lugar,
un hogar de agua y vida, donde el corazón responde.


martes, 25 de junio de 2024

 

En la distancia, donde el tiempo se dilata,
mi amor se hace más profundo y vasto,
no hay barreras que puedan quebrantar,
lo que siento por vos, en cada momento.
Tus ojos, que no puedo ver a diario,
brillan en mis sueños con luz propia,
y aunque la distancia parezca un adversario,
mi amor se mantiene firme y se apoya.
Cada carta, cada mensaje, cada llamada,
es un puente que acorta la lejanía,
en cada palabra, mi alma queda plasmada,
y en cada susurro, te envío mi melodía.
Mi amor no conoce límites ni fronteras,
trasciende el espacio, es eterno y fiel,
es un sentimiento que el tiempo venera,
y en tu ausencia, más fuerte se hace en mi piel.
Sos mi sol en días grises y fríos,
la estrella que guía mi norte incierto,
aunque no estés aquí, en mis brazos vacíos,
te siento cerca, como un viento que no está desierto.
Cada noche, al mirar el cielo estrellado,
pienso en vos y en nuestra conexión sagrada,
tu nombre es un susurro en mi corazón emocionado,

y en mi alma, siempre estás abrazada.
La distancia es un reto, pero no un obstáculo,
nuestro amor es más grande que cualquier separación,
es un lazo invisible, fuerte y oráculo,
que se nutre de esperanza y devoción.
Te amo con un amor incondicional y eterno,
que no se quiebra ni se desvanece con la ausencia,
es un sentimiento puro, sincero y tierno,
que supera cualquier duda o contingencia.
Aunque no pueda tocar tu piel cada día,
ni perderme en el azul de tu mirada,
mi amor por ti es una sinfonía,
que resuena en mi alma, siempre enamorada.
Así espero el día en que volvamos a unirnos,
y en un abrazo rompamos la distancia,
mientras tanto, en mis sueños vivimos,
y en cada latido, está tu presencia

 En la sombra solitaria del callejón,
la brisa se lleva mis poemas, susurrando en la noche,
cada verso, cada palabra, una confesión,
un secreto al viento, un íntimo reproche.
Solo para vos, estos escritos volátiles,
se escapan de mis manos, ligeros y fieles,
emprenden un viaje sinuoso y frágil,
cruzando el destino con sus alas de papel.
Cada rima es un susurro de mi alma,
un eco de lo que siento, un grito en silencio,
la brisa, mi confidente, mi calma,
lleva mis pensamientos con un toque de misterio.
En la penumbra del callejón estrecho,
mis palabras encuentran su libertad,
navegan en el aire, sin dueño ni techo,
buscando tu corazón, sin prisa, con levedad.
Es un viaje incierto, lleno de esperanza,
donde cada estrofa es una promesa velada,
de que algún día, en algún rincón, a tu lado, danza,
y mis versos te encuentran.
La brisa los toma y los eleva,
como sueños que se niegan a quedar,
y en su vuelo, tu nombre se lleva,
como un canto eterno que no deja de sonar.
Así, en la soledad del callejón oscuro,
confío al viento mis más sinceros poemas,
en un destino sinuoso, incierto y puro,
esperando que lleguen a tus manos serenas.
Cada poema es un pedazo de mi ser,
una ofrenda de palabras, un acto de fe,
que en este viaje, puedan nacer,
en tu corazón, como flores en un vergel.
Y si alguna vez en la brisa escuchas,
un susurro dulce, un verso en el aire,
sabrás que mis poemas, en sus muchas luchas,
han encontrado en vos
 su destino, su lugar al fin en el cual pare.

lunes, 24 de junio de 2024

 Las cicatrices del pasado, aunque profundas,
no deben ser cadenas que nos aten al ayer,
debemos recordar que en la vida hay segundas,
y que el presente nos invita a renacer.
Es cierto, las heridas pueden persistir,
fantasmas que rondan en nuestras noches quietas,
pero debemos aprender a dejarlas ir,
y permitir que nuevas alegrías entren por nuestras puertas.
Olvidarlas no es negar su existencia,
si no darles su lugar en nuestro andar,
es reconocer su lección y su esencia,
pero elegir vivir, sin dejar de avanzar.
Cada día es un lienzo en blanco,
una oportunidad para soñar y crear,
dejemos que el pasado sea solo un banco,
donde reposan las memorias, sin más lastimar.
Vivir es un acto de coraje y esperanza,
es abrazar el presente con todo su esplendor,
permitir que en nuestra vida florezca la bonanza,
y que el amor y la risa sean nuestro motor.
Es en el hoy donde encontramos la magia,
donde cada instante se convierte en un tesoro,
vivir plenamente, sin nostalgias que nos plagian,
es encontrar en cada segundo un nuevo oro.
No dejemos que las sombras nos roben la luz,
ni que el dolor del ayer nuble nuestro día,
debemos seguir, con firmeza y sin retazos,
y hallar en el presente nuestra melodía.
Así que, olvidemos las cicatrices y vivamos,
con el corazón abierto a lo que viene,
dejemos que el tiempo cure lo que sangramos,
y que en el ahora, nuestra alma se serene.
Cada paso hacia delante es una victoria,
cada sonrisa, un triunfo sobre el pesar,
olvidar el pasado es escribir una nueva historia,
y en el presente, finalmente, encontrar la paz.

Entre Vos y Yo. +

El brillo de tus ojos, el color de tu cabello y la sensualidad que despliegas en cada palabra de enojo, solo está en vos, en las canas que e...