Se me escapa la tarde y en horas
la ruta me espera, un poco de música
una vez, como siempre cuando cae el sol
y la noche dibuja fantasías a orillas del río.
Las sombras se esconden detrás de los árboles,
los olores traen recuerdos y el vacío se llena
de viejos recuerdos, Olivos, San Fernando, Tigre
y las aguas que me acompañan en el triste silencio
de la soledad buscando la musa que deje colgada
seguramente detrás de una puerta quien sabe donde.
Buenos Aires transita la pena de un tango
y sobre corrientes hacia el bajo te busco
entre libros y discos, cafés y algunos recuerdos
porque estás en algún lugar, tal vez pensando como yo,
que los sábados deben arrumbarse en un rincón
pero todavía no encontramos en cuál
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