viernes, 9 de septiembre de 2022

FIDEL.

 Un lápiz, acuarela, una maqueta
y cientos de palabras que no olvide
Así comenzó nuestra relación
con algunos enojos y muchos consejos
con varios mates por medio.
Unas tardes de sábado de mural
y algunas filmaciones y fotos
que ya volaron con el tiempo,
como voló su cuerpo y quedaron
sus sabias palabras, qued tuvimos
la suerte de compartir
allá lejos y hace tiempo
y en días no muy lejanos 
en alguna mesa compartida,
cada primer viernes del mes.
Lo recuerdo cómo le dije
un salvador gaviota del lápiz
un profe, un amigo que dejo en mí
muchas cosas hermosas, que a veces 
me encuentro repitiendo sus consejos.
Gracias, Fidel y hasta siempre,
me lo imagino dibujando nubes con
su bella mano o pintando el cielo
con acuarelas de mil colores,
contándole al mundo su vida
en  los eternos pasillos 
de una escuela que nos albergó
un día, para toda la vida.

miércoles, 7 de septiembre de 2022

SOLUNA.

Inocentemente torpe, el amor es así,
buscarle explicación no tiene sentido,
desvelarse con alcohol no es remedio;
el corazón se arruga y las palabras 
vuelas más rápido que palomas
mensajeras en busca de su lugar en el mundo,
el día se hace noche y el sol 
solo brilla para otros, vos te conmovés
y mañana recordás un consejo. 
Con el tiempo todo parece olvidarse
pero en un rincón, los antecedentes
quedan guardados bajo cinco llaves
y un día salen a gritar 
un envido con dos sotas.
Un clavo se tapa con otro clavo
y la vida continua decía una amiga
llorando en soledad, hasta que un día, 
de un sobresalto descontrola la situación,
volvemos a dormir entre algodones
pensando en él nunca más
y cuando nos despertamos en soledad
las lágrimas pesan más que las palabras,
pero el sol siempre está, igual que la luna 
acompañándonos fieles a nuestros principios
que más de una vez, como castillo de arena
se derrumba en la noche sobre la almohada. 

DETRAS DEL ARCOIRIS

 Detrás del arcoíris donde
bailan las nubes en re sostenido,
si justo ahi, el sol suele esconderse
para espiarte cuando sales
a caminar la tarde, esperando la noche,
Luciérnaga sureña del bajo,
el río sabe de vos, al igual que yo
y entre notas disonantes y semicorcheas
escribo en ritmo, para que
entre miles de notas que circulan
las redes, me encuentres 
en una de ellas y volando en una 
camioneta multicolor, me rescates
del vacío profundo qué dejaste,
aquella mañana cuando partiste
sin despedida y el sol
que se escondió para no verte,
ente los edificios de una ciudad
que te absorbió en bronca
para que no te encuentre nunca más.
 

SIN SALIDA.

 Fuiste en busca del amor
en un callejón sin salida,
a oscuras y con temor.
Así no es, la entrega es total
cuando la libertad comienza
a girar sin principio ni final
y al desembarcar en el sitio indicado
solo tu corazón se expresa en sintonía,
de lo contrario un golpe más
desvanece de tristeza
arrullado al sol de fantasía. 
La noche avanza sobre el día
y en un camino sin salida
duermes una noche más
sin el amor en poesia  desparramada
en una cama fría esperando el sol
en medio de una noche sin salida,

SIN BALCÓN.

 La vida sacude los tendones diarios,
los días pasan enarbolando horas,
enhebrando segundo tras segundo
los minutos y en la espera
del sol, sentada en la cama
recuerdas una y otra vez
la noche de la partida,
el sur, ese misterio que acompaña
las vías del largo y sucio ferrocarril.
La costa de un río descuidado 
y la desidia de inútiles mandatarios,
el tiempo pesa, la nostalgia crece,
los hijos toman vuelo y la soledad
inunda el desconcierto en el último 
tema del recuerdo girando en el viejo
y gastado casete que en soledad
escuchas románticamente aferrada,
en el último piso sin balcón
donde pasa la vida sin salida. 

martes, 6 de septiembre de 2022

REBOTANDO.

El sol trasladó tu imagen
marcando un desvío de la situación,
las palomas volvieron al campanario
y la tarde se cargó de débiles nubarrones.
La tormenta fue acercándose lentamente
encontrándose con el estallido inesperado,
la luna se escondió y segundos
el hielo en piedras reboto en la tragedia
ahuyentando tu partida velozmente,
el tren se escapó de la ciudad
pero tu suave perfume,
quedo en mi cuerpo para siempre
como quedan algunas cosas 
sin saber el motivo, se pegan
a la piel para toda la vida 
y nadie ni nada puede superarlo,
solo el tiempo, que a veces nos espera
entrando el día, analizando los porque
de esta única y valorable vida, 
en la soledad de un cuarto sin salida
donde solo la tranquilidad de la conciencia
rebota en las paredes buscando explicaciones
que no llegaran nunca.
 

BUZON.

 Por más que lo intentes
siempre queda algo por resolver, 
nadie se va sin dejar huellas,
malas lindas, feas oscuras,
porque el corazón se comprime
y las arrugas enseñan,
como aquella noche, donde filosofamos
la esquina del buzón,
sentados en el frío mármol
de entrada a la carnicería, 
el mismo era nuestro cada noche,
cada madrugada, y justo ahi
la noche transcurría, la luna corría
y las estrellas nos protegían
más de una vez hasta el amanecer
intentando arreglar el país,
qué pasados los años, cada vez está peor,
como notros, que perdimos el umbral
nos robaron el buzón y un día
escondimos la ilusión por temor
a volvernos a equivocar.

COLOR CARAMELO.

 Se perdió en la tarde
casi como el sol,
la primavera invadió su cuerpo
y se instaló en su corazón,
sus ojos brillaron 
igual o más que aquel día
que decidió abandonar el Delta,
cansada de tanta soledad
regreso al continente
como dicen algunos vecinos.
Aquí sonrió, camino hasta
que el cansancio agoto sus fuerzas
y por la ancha avenida camino al sur,
se perdió en la multitud rodeada
de rosas color caramelo como sus ojos.

LAS LAGRIMAS.

El viento de otoño llevó consigo
 el mensaje que tus ojos 
intentaban transmitir. 
Tus palabras, en cambio, 
se perdieron en un laberinto 
de recuerdos tristes. 
Pero al final de ese tortuoso camino, 
estuve allí, esperándote. 
No para buscar respuestas 
o palabras precisas, 
si no para abrazarte 
en el silencio de la noche, 
donde las emociones se expresan 
sin necesidad de expresiones verbales.
Después de un profundo respiro, 
la realidad se convirtió 
en un abrazo reparador y eterno. 
Ahí, en medio de la oscuridad, 
volviste a sonreír. 
Tus pasos recorrieron las calles 
de nuestro barrio con la felicidad 
pintada en tus labios. 
Pero fue en aquella noche, 
cuando la lluvia comenzó 
a borrar los rastros del pasado, 
que te abrazaste a la almohada y, 
entre sueños, recordaste 
que en mis brazos el día tiene otro matiz 
y las lágrimas pueden ser lágrimas de alegría. 
Nuestro amor es un refugio que brinda 
consuelo en las noches más sombrías 
y nos recuerda que juntos 
podemos superar cualquier tormenta.




Entre Vos y Yo. +

El brillo de tus ojos, el color de tu cabello y la sensualidad que despliegas en cada palabra de enojo, solo está en vos, en las canas que e...