Nadie podrá borrar tu bella sonrisa,
el sol sale para vos y las lágrimas patinan
en tu rostro quebradizo de dolor.
de turbias despedidas, esconderte
tras la capa tejida sobre tus hombros
y salir a la vida compartiendo días sin reproche,
la luna sabe de tu presencia, y aquella noche
bajo la lluvia en el viejo camino de los remeros,
escapaste a las estrellas con astuta cobardía
en escuetos mensajes vacíos y saliste corriendo
a la deriva, en algún soneto cantado bajo la llovizna
en una triste madrugada,
de un domingo de invierno.
de un domingo de invierno.