jueves, 17 de junio de 2021

ARTISTA VIVA.

 Desperté como todos los días de la rutinaria semana laboral, la noche comenzaba a retirarse y a lo lejos por la ventana que da al balcón  comenzaba a asomarse los primeros rayos del día,  mire el reloj y sin más vueltas pase al baño, el calor se hacía sentir desde temprano, después de la ducha,  solo apoye rápidamente la toalla por mi cuerpo sin mucho detalle, para que no me secará por completo, mientras preparaba el café antes de partir, pero esa mañana, no fue una más, sentada en el living, comencé a ver el horizonte ponerse de colores mágicos, mire la ropa que seguía aún sobre el respaldo de la silla, los pomos de pinturas que sobre la mesa parecían llamarme y el atril con imágenes del día anterior sin terminar,  sin dejar el café, con una mano seguí sorbo a sorbo terminado la taza mientras con la otra comenzaba a dejar caer el óleo sobre la paleta, mezcle probé, tape y volví a intentar una y otra vez la idea, a media mañana mi vida comenzaba a tomar otro rumbo, casi sin darme cuenta, el de que siempre había soñado.

Recibí el primer mensaje de texto, era un compañero de trabajo, pero no conteste, minutos más tardes, era él,  y me detuve largos minutos a intercambiar textos por el móvil hasta terminar conversando  telefónicamente, pues decidí conocer su voz y llamarlo.

Su voz me gusta, sus palabras se acercan a cosas que pienso, que comparto sin mucha comprensión, me sentí acompañada, por fin alguien que piensa parecido, similar,  con quien podría quizás compartir simplezas antes reprimidas.

Mediodía, el calor sofoca el estudio living donde pase la mañana sobre el atril, lo mire una y otra vez, ahí está plasmada la idea que tenía en mente hace días, pero mi cuerpo pedía algo y era la hora del almuerzo, durante toda la mañana solo he tomado agua, descontrole mi rutina de comer algo a media mañana, mi cuerpo lo sentía, prepare las galletas de arroz con mermelada, dos vasos de jugo y un licuado con lo que aún quedaba en la heladera, corte dos tomates chicos y con algo de verdura una buena ensalada. Todo comenzó a tomar color, mientras ya de vuelta frente al bastidor, comencé a comer sin prisa, ultimando detalles, intercambio algunos mensajes nuevamente con él, después de volvernos a comunicar para escuchar su voz, redacte un correo de renuncia a mi trabajo, para dedicarme solo a esto donde la vida está viva a cada instante. Sentada en el piso observe una y otra vez el atril, el bastidor se había convertido en una bella obra, lo fotografié y lo mande a la galería. 

Volví a ducharme para quitarme todas las manchas de óleo del cuerpo, y al salir llego nuevamente su mensaje, comencé a sentir su voz en mi cuerpo, a pensarlo, hasta podría decir sin pudor, extrañarlo sin conocerlo, en el balcón me recosté a tomar un poco de vida, un poco de sol, mi cuerpo comenzaba a modificarse con solo pensarlo o escuchar su ronca y pesada vos, al rayo de la tarde comencé mi siesta sin más obligaciones, a partir de hoy, donde el arte yo y la vida, y tal vez él, comenzamos una vida nueva sin rendirle cuentas a nadie.



Entre Vos y Yo. +

El brillo de tus ojos, el color de tu cabello y la sensualidad que despliegas en cada palabra de enojo, solo está en vos, en las canas que e...