martes, 28 de diciembre de 2021

BENNI

Aquella tarde, las musas me abandonaron, una leve tristeza había comenzado a correr por mi cuerpo, el cansancio físico y mental se había apoderado de mis ideas, nada aparecía en la página en blanco que el monitor desdibuja frente a mi vista.
Muy cerca, como de costumbre, los vinilos comenzaron a acompañarme en viejos recuerdos de una época inolvidable, donde junto a un amigo intentábamos cada fin de semana hacer bailar mucha gente, en diferentes salones, donde, desde un cumpleaños de 15 años, hasta un casamiento, se transformaban con nuestra música en una fiesta inolvidable, desde muy temprano comenzábamos a armar la noche, colocando las luces y los parlantes para festejar el evento.
Aquella tarde fueron muchos los recuerdos que llegaron, desde la música uno se transporta a lugares increíbles, desde primer rock con una chica del barrio, hasta el mejor tema en una larga noche de un boliche de la costa, sobre la avenida más importante de un balneario a metros del mar, donde la luna y el lejano sonido de las olas se confunde con el último tema de moda de un verano más.Las cercanías de las fiestas de fin de año, muestran en los muros de Facebook cientos de deseos de un año mejor, llenos de augurios difíciles de comprender, especialmente en ciertas personas, la hipocresía y la vanidad, bañan portales con mucha creatividad detrás de los cuales se esconden historias increíbles jamás imaginadas y los días pasaran sin saber quién detrás de cientos de imágenes, esconden realmente la verdad de quienes son. 
Pero aquella tarde, la magia hizo lo suyo y en el único perfil sugerido, la imagen decía muchos más que todas las palabras que puedo escribir.En una plaza, con un fondo luminoso, su cuerpo lucio, esbelto y frágil, hablaba por sí sola, al observar la increíble belleza que lucia, solitaria, en medio de un día soleado, que creo, solo yo, vi en ella, sin conocer ni su nombre, ni nada que me llevara a describirla como única, como me paso en ese contacto visual simplemente, con la pantalla de la CPU de escritorio.
Horas más tarde comenzamos a chatear, un sinnúmero de coincidencias se sumaba minuto a minuto, desde la corrección de una simple poesía que hablaba del Nunca Más. 
Del que fui parte en la recordada CONADEP, hasta la sucesión de mates, que ambos a distancia saboreábamos, yo amargo, ella con estevia en hebras, yo no conocía esa manera, solo había escuchado hablar de esa planta que endulzaba naturalmente la infusión, no paso mucho tiempo y en el viejo teléfono celular ambos teníamos el contacto agendado.
A distancia nos comenzamos a sentir cerca el uno del otro, la conversación comenzó a fluir, como el agua pura y cristalina corre por el mejor de los acueductos realizados correctamente, su nombre sonaba a sobrenombre, pero era lo menos importante, su rostro quedo olvidado, sola la imagen de una solitaria mujer comenzó a girar por mi mente con la simple idea, o quizás compleja, de conocerla
personalmente.
Nuestros primeros diálogos se convirtieron en un debate político donde cada uno expuso sus antecedentes como militantes, los dos en diferentes fuerzas políticas pero con el mismo objetivo.
Elogie el perfil tan elegante de la foto que había comenzado llamando mi atención y pregunto el porqué, le fui totalmente sincero y le comente que a mi entender como simple observador, que ese vestido, solo se lleva con elegancia, como lo muestra en la foto, si primero se tiene un poco de audacia y ella pidió que ampliara mi concepto, solo le dije que debajo de mismo solo debería estar su cuerpo, si no, toda esa belleza se iba a ver perdida en un sostén o una gran bombacha que le haría perder todo el encanto, ella contestó escribiendo rápidamente que tenía razón, que hacía, debería lucirse y así lo usaba, ella en esa foto de perfil.
Los mensajes comenzaron a correr en un ida y vuelta único y así comenzamos a acompañarnos, el 24 de diciembre, noche de festejo, la pasé aquí en casa con toda la familia, ella ya en ese momento sabía bastante sobre mí y esa noche ella pasó esa cena cerca de su casa, en casa de una amiga, durante todo el día nos mensajeamos y esa noche nos deseamos las felicidades correspondientes.
Nochebuena de un intenso calor, ella tuvo la suerte de poder compartir una pileta de natación y yo, minutos después del brindis, comenzar a tener un corte de corriente muy extenso que afecto a gran parte de la capital, de los cuales el barrio donde vivo fue uno de los afectados.
Nos saludamos minutos pasadas las 12 de la noche y cuando volvimos a intercambiar el mensaje, ella ya estaba llegando a su casa, iba de viaje, manejando.
El día de Navidad, nos volvimos a saludar e intercambiar varios mensajes durante el día, uno más lindo que el otro, ese lunes y martes de fiestas fueron inolvidables, todo parecía ser un regalo del famoso Papá Noel.
Los días siguientes estuvieron llenos de mensajes variados, justo para esa fecha el registro de conducir de ella se vencía y el trámite término siendo mucho más engorroso de lo normal debido a la fecha, ya que esa semana parece todo paralizarse por las fiestas, menos las ganas que ambos teníamos de vernos para conversar personalmente.
Después de muchos intercambios y teniendo en cuenta el viaje de ella a la provincia de La Pampa, donde pasaría la noche de fin de año y la llegada del año nuevo, combinamos con encontrarnos en su ciudad, a tomar unos mates en una de las hermosas plazas que la ciudad tiene enclavadas estratégicamente, con una planificación extraordinaria del ingeniero Pedro Benoit, amigo del fundador Dardo Rocha, Benoit fue el ingeniero distribuyo la ciudad de una manera única e increíble para todos los platenses.
Las 48 horas anteriores al encuentro fueron realmente complicadas, para mí laboralmente en una corrida de terminar muchas cosas antes de llegar las fecha del fin de mes para poder facturar lo realizado en el mismo e intentar cobrarlo, cosa que más de una vez no sucede y para ella, la renovación del carnet de conducir que se vencía en esos días y por los problemas burocráticos que tenemos en nuestro bendito país, a veces se complica, por lo que debería viajar a visitar sus familiares con el registro vencido, lo cual le generaba un problema extra que no había tenido en cuenta y la preocupaba mucho, con toda razón.
Diciembre de excesivo calor y tardes realmente insoportables, aquel 28 de diciembre llegué a casa bastante apurado y después de tomar un par de mates me recosté, una hora, antes de bañarme, luego de la ducha y vestirme comí algo, ya que simplemente iríamos a matear a una plaza.
Cuando comenzó a retirarse lentamente el sol, partí camino al encuentro, ella me esperaba a cuadras de la bajada de la autopista Buenos Aires La plata, en una esquina, donde se encuentra una estación de servicio, constantemente nos manteníamos comunicados y le avisaría cuando estaba cerca de llegar.
Apenas baje de la autopista, encontrar el lugar fue muy fácil, me detuve, cargue gas, pase por el sanitario y cruce la calle, previo avisarle que había llegado, su contestación solo fue, voy¡¡¡!
En minutos, un auto gris con las luces encendidas se estacionó sobre la playa de la estación de servicio, y bajo ella, dejando la puerta abierta de su auto y en marcha, me acerqué y en un fuerte abrazo, nos confundimos en un beso único, uno de los cristales de mis lentes quedo en el piso (me di cuentas horas después) pero ese abrazo fue y es inolvidable y encontrarla vestida igual que en la foto donde la vi por primera vez, realmente parecía una novela del canal de mayor audiencia a la hora pico de encendido, todo lo que transcurrió en minutos fue realmente mágico. 
Después de conversar unos minutos, se subió al auto y me pidió que la siguiera con el mío, recorrer las calles de una ciudad desconocida con diagonales fue algo totalmente novedoso, ella maneja a mi entender bastante rápido, pero la seguí de cerca para no perderme y en los semáforos en rojo, donde debíamos detenernos, nos mandábamos mensajes o hablábamos, realmente todo era maravilloso, donde íbamos no lo supe hasta llegar a la puerta de su casa, después de estacionar mientras bajábamos, y ella abría la puerta, hablaba con una hermana diciéndole que todo estaba en orden, cosa que me pareció correcta, ya que se iba a encontrar con un desconocido y siempre es bueno avisarle a alguien por las dudas, actualmente estamos a diario llenos de malas noticias en el campo de la seguridad y asegurase donde y con quien uno esta, es lo más razonable.
Ya en su casa pasamos directo hasta el patio donde nos sentamos sobre una manta sobre el piso y comenzamos a tomar mate conversando de todo, ella tenía unas sandalias muy bonitas que dejo de lado y yo abandone las zapatillas y apoyados sobre la pared conversamos y mateamos un largo rato.
La conversación era muy entretenida, creo que nos contamos la vida en muchos aspectos, desde lo familiar, pasando por lo laboral, sentimental y hasta político.
En un momento quiso ir a comprar unas empanadas, y allá fuimos, no sabría decir donde, solo sé que no era muy lejos, al regresar abrió el portón del garaje de su casa y entre mi auto, ella estaba más tranquila si estaba adentro por seguridad, y seguimos conversando comiendo y bebiendo.
Mientras pasaban las horas, no pude dejar de observarla un solo minuto, su rostro mostraba su alma, su corazón, el color de su piel, el perfil desde donde la miraba y conversaba con ella en el largo living de su casa, donde corría una suave brisa, que no alcanzaba a bajar el intenso calor por más que abrimos un postigo vidriado que está lindero a la puerta de entrada, mirarla era más fuerte, verla caminar, su cabello y su nariz eran la mejor poesía, junto a ese hermoso vestido la hacían única e inigualable, como su andar que dejaba estela de mujer a cada centímetro que pisaba por donde caminaba descalza como deslizándose en una bella nueve de espumas y fantasías que parecía ser irreal, pero era muy real y estaba ahí a centímetros míos, en la noche calurosa del 28 de diciembre, en la ciudad de las diagonales.
Apoyo sus pies en otro sillón y con el correr de los minutos hice lo mismo y dejé el pantalón en el respaldo, las palabras iban y venían como una hermosa canción donde ella con su bello todo de voz le ponía música, mientras el reloj seguía girando las agujas y me contaba de su vida, de su familia y el viaje que en horas realizaría a La Pampa a ver a sus familiares para pasar el último día del año con ellos.
No sé a qué hora, estábamos en su dormitorio, ese instante maravilloso ocurrió como alguna vez, creo haberlo imaginado en alguna poesía o relato, ella sutilmente arrodillada en la cama, tomo su vestido, de la parte inferior del mismo que le cubría hasta los pies y mágicamente con sus manos, se lo elevo quitándoselo y quedando solamente como la había imaginado cuando la vi poder primera vez en una imagen, solo con una hermosa tanga blanca, donde ya no había nada más que decir, para continuar con nuestro primer encuentro.
Cuando comenzaba a amanecer, me acompaño a poner el auto en marcha y comenzar el regreso a mi casa, recién ahí comprendí que había perdió el cristal de los lentes en el primer abrazo, pero feliz, después de muchos besos, comencé el regreso, sin saber muy bien cómo llegar a la ruta, pero los primeros peatones que comenzaban a circular, o los últimos, después de una larga noche, con el comienzo de la claridad del alba, me fueron indicando el camino hasta llegar a la ruta, donde a una velocidad muy tranquila vine recordando cada palabra de lo sucedido hasta llegar al barrio, en la esquina a una cuadra de la avenida sobre la vereda estaban los amigos de la remiseria tomando mate y algo de fresco, ya que adentro del local era imposible ya a esa hora el calor, pare, y converse entre mates con ellos, que preguntaban que hacía ya levantado, sonreí y se dieron cuenta de que recién llegaba, les conté que venía de una fiesta en La Plata por eso llegaba tarde y luego de unos minutos me retire a acostarme para descansar un poco recordando la maravillosa noche que había vivido.
Durante el día nos mandamos mensajes, ella se acostará temprano y se levantaría lo antes posible para comenzar su viaje al encuentro de sus familiares, esa noche nos despedimos temprano y antes de acostarme la llame para que se levantara, ya que, salí a despedir el año con amigos y aproveche la hora para avisarle que se levantaran no tuve suerte, me acote y me dormí sin saber si había escuchado el sonido del teléfono y había comenzado el viaje.
Horas después de levantarme recibí un mensaje, contaba que había llegado bien, durante el día intercambiamos algunos mensajes y esa misma noche comencé a escribir describiéndola, una aura mágica rodeaba una mujer totalmente sensible con un caparazón casi indestructible que se pone en la vida para no ser lastimada, sumado a una dolencia pulmonar producto de seguramente haber fumado algunos años de su vida, todo lo comentado, lo fui registrando en poesía y pequeños relatos comencé a describirla intentando descubrirla, ya que al margen de su conversación claramente sincera algo ocultaba, pero no llegue a descubrir muy bien que, solo sabía que a mí, me estaba pasando cosas realmente extrañas que no quería que me sucedieran y hacía años que estaba bien, sin sentir esa sensación de describir a alguien de la manera que lo estaba haciendo.
Aquella tarde, en mi estudio, entre mates con la gallega, una amiga de la infancia que paso a saludar para despedir el año, después de leer algo que había escrito, según ella notó en mi rostro, solo pidió atención, los golpes de la vida son duros y a esta edad, después del tremendo golpe que ya había recibió hacía unos años al separarme, recibir uno más, igual o más fuerte, solo me alertaba a que no sucediera, pero como dijo a continuación después de leer más de una poesía, estaba casi convencida de haber llegado un poco tarde, le agradecí y le asegure que no, que solamente me había movilizado, pero ya no pasaba nada y estaba muy lejos de que sucediera dado la distancia, el alejamiento y ese no sé qué, que intuía en el aire sin poder descifrarlo, pero al contarle que y como era esa mujer, volvió a dudar y solo dijo, ya está, fuiste, se te nota en los ojos, no sabes mentir, te lo digo siempre, caíste como un perejil, trata de no lastimarte, me dije y le comente que la había conocido un 28 de diciembre, día de los inocentes y que lo tomaba como un regalo en vez de una broma como suelen hacer a menudo; sin embargo, todo lo comentado no sirvió de mucho, ya que al recibir un mensaje de ella que estaba con su familia en la pileta, según la gallega mis ojos cambiaron y lo único que hizo fue sonreír mucho y desearme mucha suerte y preguntarme nuevamente cómo la había conocido.
Los días transcurrieron normalmente, pero fuera de casa la locura que invade la llegada del día de fin año era notable, las compras, la comida todo para acelerarse como si fuera la última cena y con el correr de las horas llego el 31, el último día del año, como es costumbre en lo últimos años, lo pase en casa de mis hijos, donde viven ellos con la madre, fui con mi madre, mi hermana mi sobrina y mi cuñado.La cena estuvo muy entretenida como de costumbre y juntos esperamos la llegada de la hora cero del año nuevo, brindamos y desde el balcón durante largos minutos vimos él despliegue de fuegos artificiales que anualmente miramos de lejos y en la altura, lo que se tira en el famoso barrio que se encuentra frente al estadio de San Lorenzo, a bastante distancia del departamento y es tanto lo que dibuja en el aire los juegos artificiales que a pesar de la lejanía se aprecia el espectáculo.
En minutos le envié un mensaje de felicidades y contestó enseguida, invitándome a que fuera para allá, hablamos y le consulte lo que me estaba diciendo, comentándole mi temor, por mi dificultad en mi discapacidad, pero me incentivo a perder ese temor e insistió comentando en que no había ningún problema sumando detalles para que fuera y le dije que sí.
El dos de enero, a las 4 de la mañana, con mucho temor, siendo la primera vez que iba solo a una distancia un poco alejada después de muchísimos años, partí de casa después de tomar unos mates, con un pequeño bolso rumbo a la provincia de La Pampa, a una nueva experiencia, con gente que no conocía, pero a verla a ella, a quien ya, le tenía mucha confianza después de todo lo conversado y lo que más quería, era volver a verla y abrazarla fuertemente.
Cerca, ya en la provincia le avisé por donde iba, y pasadas las 11 de la mañana en la intercesión de una avenida y la ruta 1 provincial me estaba esperando, de lejos comencé a ver su auto y en segundos estacione detrás del mismo y nos abrazamos, seguido a eso la seguí por la ciudad de Gral. Pico, que no conocía, pero me llamó la atención lo ancho de sus calles, y en minutos estaba en la casa de su hermana, tomando mates con su cuñado y su hermano bajo una bella galería en el fondo de la casa, después de ser presentado a sus familiares.
Ese mediodía almorzamos en el campo de la hermana con muchos familiares, fue un lindo almuerzo y una linda tarde, por la noche llegaron más familiares y cenamos bajo un cielo, que las estrellas parecían agarrarse con las manos, el fuego y los pollos al disco en medio de una linda conversación familiar, fue un regalo de la vida, todo parecía realmente mágico hasta que de a poco se fueron retirando y nos fuimos quedando, solo nosotros dos, su hermana y su cuñado, recuerdo que al regresar escribí un pequeño relato de esa extraordinaria noche. 

Aquel sensual vestido corto, sin breteles, verde agua y ajustado, aquel sensual vestido engalanó la noche, las estrellas estaban más cerca que nunca, nuestras manos se estiraron bromeando para agarrarlas y la luna llena, sobre el verde campo nos acompañó en aquella hermosa velada inolvidable. Él

 se desparramó debajo de la cama, el día agotador se sentía en su profunda respiración que mantuvo a ritmo toda la noche sin darse cuenta de nada de lo sucedido centímetros arriba de su cuerpo, o si, nunca lo sabré. Arriba el hermoso brillar de su sola presencia iluminó la noche de la oscura habitación, por donde solo se desdibuja su silueta, entre tenue luz que pasaba por las rendijas de la cortina que nos dividía del afuera. Aquella noche, como si fuera una espiga de trigo dorada y esplendorosa, su cuerpo se deslizó entre mis brazos, marcando su presencia y acentuando una vez más su ¡sí, aquí estoy! ¡Aquí, soy yo.! Por un largo rato nos fundimos el uno en el otro, nos entregamos sin tabúes ni prejuicios, recreamos un nuevo estallido, para nuestra sutil y reciente historia, la cual iremos consensuando sin prisa, momento tras momento, cuando a solas, vivimos un mundo que no es el mismo, que día tras día compartimos con ustedes, el nuestro que recreamos solos, entre ella y yo en cada encuentro.

 

Amanecimos abrazados y al levantarnos después de unos mates recorrimos caminando parte del campo y el tambo, al otro día conocí una casa, tipo casa quinta, pero en la ciudad, con una hermosa pileta, intenté acercarme a ella más de una vez, pero era imposible, solo me dijo que ahí estaba abocada a su familia y era lógico.
Todos compartimos la pileta, el asado, que hizo su cuñado y una tarde con toda la familia en una linda conversación, ella me llevó a recorrer la parte céntrica de la ciudad y hablamos un poco a solas; sin embargo, nada en particular, al regreso a Buenos Aires, todo podria pasar, seguir viéndonos o simplemente no vernos nunca más, cómo no sé, por qué motivo la institución me decía eso, le pregunte si estaba molesta por algo, y, por lo contrario, me contó que estaba muy bien, un día más y yo comenzaba el regreso, ella se quedaría unos días en familia.
Aquel día, pasadas las cinco de la tarde, después de un lindo remojón en la pileta, algunos mates, bajo un sol que rajaba el hormigón, después de un rico abrazo y un beso, emprendí el regreso a mi casa, sin saber si la volvería a cruzar en mi vida, solo me dijo que nos mantendríamos conectados.
El regreso fue complicado, prestando atención a la ruta y recordando los momentos que había vivido con ella y su familia, como experiencia, siendo mi primera salida, era inmejorable, ella única, en todo aspecto, pero un sabor a distancia daba vueltas en mí, cerca de las 2 de la madrugada llegue a casa y me acosté, estaba muy cansado en minutos me quede dormido. Al despertar le mandé un mensaje, contándole cómo y a qué hora había llegado y que iba a hacer luego y ahi comenzó lo peor que creo haber hecho para conquistarla como pretendía, una catarata de mensajes a diario comencé a mandarle, como siguiéndola o controlándola, sin el menor de los sentidos convencido que estaba haciendo lo correcto, hasta que una noche, entre cafés conversando en Barisidro con la gallega me pegó un reto que creo que después de escucharla unos largos minutos entre en órbita y sin decir una sola palabra como para justificar lo mal que había actuado le di la razón, comprendiendo que era muy dudoso que nos volviéramos a encontrar después de mi comportamiento invasivo, cosa que reconocí de inmediato, cuando mi amiga término de explayarse sobre el tema.
Unos días más tarde, varios, me aviso que ya estaba en la casa, nunca supe que día volvió, pero me puse muy contento al recibir su mensaje. 
Quedamos en encontrarnos, una tarde de sábado me fui para allá, le compré un souvenir y viaje con toda la intención de conversar con ella y que a partir de esa noche o ese día comenzáramos algo nuevo, diferente, lindo y salí para allá con toda esa ilusión. Conversamos mucho esa noche, pero ya no era igual, note el distanciamiento, el domingo fuimos hasta Punta Lara, caminamos mucho, ella jugo mucho con el perro, regresamos para el almuerzo y por la tarde se encontraba con una amiga, después del almuerzo nos despedimos.
Comencé el regreso sabiendo que nunca más la vería, intuición no, por más que andamos muchos, me mostró donde trabajaba, la ventana de su oficina con una planta que lucía diferente al resto, como ella, que cambio mis días para siempre, regrese con tristeza, pero sabiendo que había conocido una mujer única e inolvidable, bella en todo sentido, que sería muy difícil de olvidar. Durante todo el viaje de regreso supe que era la última vez que la veía, comenzaron a transcurrir los días y le mandé unos mensajes, pero fueron sin respuesta o con palabras muy escuetas hasta que perdí el contacto con ella en el Facebook, donde o como la había comenzado a conocer. Hasta que comencé a escribirle a diario en poesía, describiéndola, desde el momento en que la conocí algo paso en mí, meses después una amiga me pregunto quién era, solo le dije quién es qué? Solo me pidió que le contara de quién me había enamorado, que le escribía esas cosas, después de algunas vueltas le comente y juntos analizamos que le podría haber pasado, pero por más vueltas que le dimos no encontramos explicación. 
Mi amiga solo dijo que debería acostumbrarme, quizás le gustaste, la pasaron bien y listo, ya está, ya fue.
No entiendo ese tipo de respuesta le comenté y en un debate que duró bastante entramos en zonas que entiendo que son normales, pero no coinciden con mi forma de ser, entendiendo que muchas cosas que planteaba tenían razón, los tiempos cambian, los tabúes se rompen y el sentido de la libertad es tan amplio que abarca muchísimas cosas seguramente con el correr del tiempo lo recuerde como algo bonito que paso en algún momento y un día termino y punto.
Hablamos de mi discapacidad, del movimiento involuntario y mi amiga muy sincera y directa, dijo, que también eso podría influir, y tenía razón, mi aspecto quizás no es lo mejor al margen de lo que podré ser internamente, externamente mi diferencia es notable y si no saben que es, puede no ser compartido mi aspecto, esa noche entre mates dimos muchas vueltas suponiendo muchas cosas, tanto mías, como de mi gran amor como le dice mi amiga, una insuficiencia pulmonar como comento, no es una pavada, hay que cuidarse mucho, puede ser grave, pero bueno dimos por terminado el tema y comenzamos a armar el libro que tenía en mente y como conclusión para terminar con el tema, me dijo si te hace bien escribirle, escribile, no importa que no lo sepa, es lo que te pasa a vos y eso es lo que vale, tal vez algún día, la cruces, la encuentres, la vida da sorpresas siempre y así, como aquella noche de un 28 se conocieron, quien te dice un día se crucen, vos volviste a buscarla?  
Así fue como me dio pie para contarle que había viajado dos veces en los dos diciembres pasados, pero realmente no recuerdo donde era la casa, no recuerdo el número de calle y realmente es muy complicado buscar una persona en una gran ciudad que no es fácil de recorrer por sus diagonales, aunque para los que la conocen como Benni, debe ser algo simple y normal. 
En aquella semana nos dedicamos al último original del libro, llenamos páginas de poesías y algunas fotos, me pregunto una noche muy tarde si pondría algo  sobre Benni, pero le dije que no, no estuvo muy de acuerdo, solo debatimos el nombre del libro que ella buscó investigando algunos temas y estuve de acuerdo después de pensarlo unos días y aquel finde semana interminable sentados delante de la computadora, lo terminamos y el lunes lo mandamos a imprimir, corriendo los días de una hermosa primavera del 2017. 
El 28 de diciembre de ese año, nos fuimos para La Plata muy temprano, antes de que cruzar la capital fuera casi imposible y esa mañana, después de haber ido más de una vez a recorrer la ciudad, desayune con mi amiga en la esquina del emblemático teatro Coliseo, donde voy a tomar un café, o una gaseosa y un tostado cada vez que la pienso y decido encontrarla por las calles de esa ciudad, ya que no registre nunca su dirección.
Esa esquina emblemática me gusta por sus bóxeres donde la mesa queda en mucha privacidad, de la cual se ve la calle porque está pegada al vidrio y se puede observar quienes pasan, ahi le conté que anualmente iba a la zona, recorría la ciudad y de a poco me iba alejando conociendo otras zonas hasta comprendí como una de sus avenidas  siguiéndola se llega a la ruta dos y saliendo, por otro lado, se va a la zona más residencial como Arana y se puede llegar a localidades cercanas al río de La Plata que fui descubriendo, mi amiga se asombró como a pesar del tiempo la sigo buscando, y preguntó por qué si ya nada quedo de aquello que solo yo imagine, simplemente le dije que mis sentimientos por ella estaban intactos, no pretendía salir con ella, solo saber cómo estaba, lo único que buscaba era saber de ella sin molestar a nadie, por eso solo quería encontrarla yo, sin preguntar, ya que es un amor incondicional de amigo si querés, ella es única y lo seguirá siendo por aquel momento compartido, el resto es solamente suposiciones de amigos de buena voluntad, que valoró, pero deben aceptar mi determinación a pesar de los años transcurridos.
Si la veo, le preguntaré cómo está, le entregaré el libro, posiblemente conversaremos bastante y me iré, es simple, es agradecer a la vida, cumplir con algo únicamente para mi pendiente y nada más, quizás le cuente todo o no, eso lo dirá el momento y la circunstancia, eso es lo de menos, es lo menos importante.
Regresamos después de pasada por Punta Lara, lugar que fui con Benni y mi amiga no conocía, en casa le fui escribiendo cada tanto algo, recordándola, hasta que llego la maldita pandemia poniendo en jaque al mundo, pase muchas horas en casa escribiendo, mirando películas y series, recordé que ella miraba muchas películas y volví a recordarla mucho, pensaba como estará y con el permiso de circulación que tenía me fui nuevamente a intentar encontrarla, recorriendo las calles de su ciudad, esa casa, con garaje una puerta y a su lado una ventana vertical angosta que aquella noche abrimos para que circulara un poco de aire, me pararon más de una vez los controles y era lógico, pero tenía todo en regla y al regresar recopile mi amor a la persona más linda del mundo, que quizás no vuelva a cruzar nunca más en la vida, ya en un diciembre a distancia festejaremos con la familia, mañana finde año, brindaré por ella y que el destino se haga cargo del resto.

  

                                                                       Osvaldo Luis Hermida. 30/12/20.

viernes, 5 de noviembre de 2021

SENTADA EN EL MAR.

 Adora el mar, la brisa 
que trae recuerdos, sentarse
en la reposera con los pies jugueteando
la sublime llegada pausada de las olas.

Ella simplemente sonríe, cierra los ojos
y se deja llevar por la aventura
que escucha en la rompiente,
o los dibujos que forman las alocadas
nubes blancas en el horizonte.
Ella se deja llevar
por el mar y mis brazos
que entre ellos descansa desnuda 
cada noche, cada siesta,
donde juntos recorremos 
en silencio la vida compartida.



jueves, 16 de septiembre de 2021

VOS PODRAS.

Nadie podrá borrar tu bella sonrisa,
el sol sale para vos y las lágrimas patinan
en tu rostro quebradizo de dolor.
Vos podés acurrucar la noche en falsos mensajes 
de turbias despedidas, esconderte
tras la capa tejida sobre tus hombros
y salir a la vida compartiendo días sin reproche,
la luna sabe de tu presencia, y aquella noche
bajo la lluvia en el viejo camino de los remeros,
escapaste a las estrellas con astuta cobardía
en escuetos mensajes vacíos y saliste corriendo
a la deriva, en algún soneto cantado bajo la llovizna
en una triste madrugada,
de un domingo de invierno.

sábado, 4 de septiembre de 2021

EN EL DELTA.

    En el recuerdo de aquella noche,
el calor de su cuerpo aún persiste,
una hoguera que arde en mi mente
como un fuego eterno, insaciable.
Sus ojos, faros luminosos,
guiaban mis pasos en la penumbra,
y su risa, una melodía seductora,
resonaba en el silencio de la noche.
Cada sensación, cada roce,
quedó grabado en las paredes
de mi memoria, como un tatuaje
indeleble que se funde con mi piel.
La oscuridad no era un vacío,
si no un lienzo donde pintamos
nuestros deseos, una paleta
de emociones que se desataron.
El aroma de su presencia
se entrelaza con la brisa nocturna,
una fragancia que me persigue,
un susurro en el viento que me llama.
Aunque el tiempo avance implacable,
esa noche permanece atemporal,
un eco en el vasto universo
de nuestra experiencia compartida,
a orillas del río en medio del laberinto
Imponente y frágil, que el Delta
esconde a minuto de la gran ciudad.

jueves, 17 de junio de 2021

ARTISTA VIVA.

 Desperté como todos los días de la rutinaria semana laboral, la noche comenzaba a retirarse y a lo lejos por la ventana que da al balcón  comenzaba a asomarse los primeros rayos del día,  mire el reloj y sin más vueltas pase al baño, el calor se hacía sentir desde temprano, después de la ducha,  solo apoye rápidamente la toalla por mi cuerpo sin mucho detalle, para que no me secará por completo, mientras preparaba el café antes de partir, pero esa mañana, no fue una más, sentada en el living, comencé a ver el horizonte ponerse de colores mágicos, mire la ropa que seguía aún sobre el respaldo de la silla, los pomos de pinturas que sobre la mesa parecían llamarme y el atril con imágenes del día anterior sin terminar,  sin dejar el café, con una mano seguí sorbo a sorbo terminado la taza mientras con la otra comenzaba a dejar caer el óleo sobre la paleta, mezcle probé, tape y volví a intentar una y otra vez la idea, a media mañana mi vida comenzaba a tomar otro rumbo, casi sin darme cuenta, el de que siempre había soñado.

Recibí el primer mensaje de texto, era un compañero de trabajo, pero no conteste, minutos más tardes, era él,  y me detuve largos minutos a intercambiar textos por el móvil hasta terminar conversando  telefónicamente, pues decidí conocer su voz y llamarlo.

Su voz me gusta, sus palabras se acercan a cosas que pienso, que comparto sin mucha comprensión, me sentí acompañada, por fin alguien que piensa parecido, similar,  con quien podría quizás compartir simplezas antes reprimidas.

Mediodía, el calor sofoca el estudio living donde pase la mañana sobre el atril, lo mire una y otra vez, ahí está plasmada la idea que tenía en mente hace días, pero mi cuerpo pedía algo y era la hora del almuerzo, durante toda la mañana solo he tomado agua, descontrole mi rutina de comer algo a media mañana, mi cuerpo lo sentía, prepare las galletas de arroz con mermelada, dos vasos de jugo y un licuado con lo que aún quedaba en la heladera, corte dos tomates chicos y con algo de verdura una buena ensalada. Todo comenzó a tomar color, mientras ya de vuelta frente al bastidor, comencé a comer sin prisa, ultimando detalles, intercambio algunos mensajes nuevamente con él, después de volvernos a comunicar para escuchar su voz, redacte un correo de renuncia a mi trabajo, para dedicarme solo a esto donde la vida está viva a cada instante. Sentada en el piso observe una y otra vez el atril, el bastidor se había convertido en una bella obra, lo fotografié y lo mande a la galería. 

Volví a ducharme para quitarme todas las manchas de óleo del cuerpo, y al salir llego nuevamente su mensaje, comencé a sentir su voz en mi cuerpo, a pensarlo, hasta podría decir sin pudor, extrañarlo sin conocerlo, en el balcón me recosté a tomar un poco de vida, un poco de sol, mi cuerpo comenzaba a modificarse con solo pensarlo o escuchar su ronca y pesada vos, al rayo de la tarde comencé mi siesta sin más obligaciones, a partir de hoy, donde el arte yo y la vida, y tal vez él, comenzamos una vida nueva sin rendirle cuentas a nadie.



miércoles, 19 de mayo de 2021

GIRANDO LA NOCHE. +

Te busqué en los rincones 
más oscuros y tristes de Buenos Aires,
escuchando un fuelle tristón
sobre unas rodillas gastadas,
entre humo y alcohol, donde
se esconden las penas y bailan
las historias más insólitas de amor.
Ahí desnudando el día, te pensé sentada
agotada de tanto girar la noche
en busca, quien sabe que, 
y en la frialdad de la tenue oscuridad
me tomaste la mano, en segundos
supe que era vos, quien dio vuelta
la  ciudad buscándome, acompañado
de la luna, con estrellas en el bolsillo,
Sin saber que en el silencio de un barrio 
dormías el sueño de la mariposa, 
me tomaste la mano, salimos a caminar 
por la noche descubriendo un Bueno Aires
diferente, donde entre palabras,
nos encontramos en una mutua comprensión,
la luna sonrió y las estrellas no guiaron al nuevo
camino, abrazados entre notas
de un viejo tango, que ya no recuerdo.  


martes, 27 de abril de 2021

El Delta Vos y Yo.



 CAPITÁN. 


Navegando el Capitán
la nostalgia se hizo junco,
la mañana brillaba, las hortensias
reían a nuestro paso,
el sonido del silencio y el sol,
solo se rompían en el crujir del agua,
los muelles saludaban el lento
andar de nuestro pequeño motor
que solo usábamos de a ratos,
la fiesta era completa,
vecinos, mates y saludos cordiales
serpenteaba la orilla
y a lo lejos, el inolvidable paisaje,
de verde acastañado nos invitó a seguir
navegando aquella mañana,
aquella, la primera, la última
e inolvidable, donde tomamos
la decisión de perdernos en el Delta
para no encontrarnos nunca mas.


SECRETOS. 

A orillas del San Antonio,
entre juncos y perfumes
de diversas flores,
piensas y dibujas la vida
en cientos de colores,
envuelta en la túnica
que cubre tu cuerpo,
tu cabello brilla al sol
al igual que el gris de tus ojos,
vuelas, y entre figuras
difíciles de descubrir
nos cuentas la vida del Delta,
tus labios nunca producen
sonido alguno,
se supone que hablas con el sol
pero nadie conoce el menor
timbre salido de tus labios,
el agua habla por vos
sobre bastidores que cuentan
increíbles historias que,
solo tus ojos y el río
guardan en él más
fantástico de los secretos.


SIN DEMORA. *

Entre las sombras,
tu cuerpo esconde
lo que tus ojos
revelan en un instante,
y tus palabras en segundos
destellan un mundo
indestructible y atractivo
por conocer,
a la luz del día, tu brillo
desafía al sol sin prejuicios,
y entre dulces instantes
la vida baila, el sol se esconde,
y la llovizna perfuma,
cada día el intercambio
donde las ideas
pueden con las palabras
y los versos contigo
suenan a serenata, arrullando
el día entre mis brazos
hasta el ocaso, esperado
sin demora el intimo momento,
a la luz de las velas cada noche
sobre la magia del río.

VOS.


VOS


AMOR. *

Escondidos de las estrellas, envueltos en sábanas,
nuestros cuerpos dialogan lentamente la noche,
entre sábanas azules y rendijas de luz.
En él afuera canta la luna inquieta,
curiosa indiscreta queriendo saber
que pasa en las noches, que sienten
los cuerpos embriagados de amor,
somos simples bandoleros del  sueño
piratas del alma, sembradores de sol.
Envueltos en sudor provocador de besos,
espías de la vida y amantes del sol,
cabalgamos la noche en piel de caballos
perdiendo el control, buscando
entre ambos el punto más alto
dónde está la vida bailando el amor.


ABRAZADOS. 

Brillantes y esmeraldas
diamantes y rubíes,
nada de eso es importante
solo material,
lo bello está en tus ojos,
profundo mirar,
tus labios y tu bello decir,
tus manos laboriosas
y tu simple caminar,
dentro de vos
donde guardas con heridas
el inmenso corazón que
te moviliza, solo ahí
está todo, solo vos
lo tienes,
podrías compartirlo conmigo,
si lo conversamos quizás
podría ayudar a cicatrizar heridas
y envolverte entre mis brazos
para darte el calor que buscas,
y juntos podremos encontrar,
compartiendo simplemente la vida
abrazándonos mutuamente.

JUNTOS. *

Los unos, los otros
y el mismo cielo,
vos yo y el mundo,
y en él la vida
que corre entre recuerdos,
lágrimas y alegrías a diario.
Mientras pasa la historia
que vamos escribiendo
entre besos y caricias,
dulces y amargos
momentos pero juntos,
entre canas y cabellos
que volaron como nuestros hijos,
al igual que volamos nosotros
allá lejos y hace tiempo para hoy,
sentarnos a recordar
tantas cosas que simplemente
vuelven a la memoria
tomados de la mano
entre mates y sonrisas,
lágrimas y lindos
momentos pero siempre juntos.


OCULTOS.*

Entre suaves y cálidas olas de río,
viajé buscando tu nombre,
el delta y sus verdes matices acompañaron
mi lento recorrido sección por sección,
en la primera suponían haberte visto,
en la segunda ni rastros, vos estabas ahí
era seguro, seguí subiendo y ya en la tercera
mi corazón estallaba, el perfume era el tuyo
y . . .tomando sol sobre la mínima porción de arena
no muy lejos del Paraná, te encontré, bella luciérnaga
del sol, suspiro de mis labios sedientos,
caramelo de vida, entre juncos y abrazos
nos fundimos en besos y nunca más nos encontraron.



RECONQUISTA DIARIA. *

Algodones azules y cristales color ámbar,
casi como tus ojos los días nublados,
o verde azulado, como en  los días de sol.
Como tu cabello rubio tormenta o tus labios
carmín opaco perfecto, simple y complicado
pero entre mis brazos tu cuerpo se desplaza.
En la noche de luna nos deslizamos
perdiendo el control durante horas,
en el sublime encuentro, entre el sol y la luna
las horas pasan, juntos entre palabras y besos
nos reconquistamos una vez más.
Y así, será toda la vida, pues el amor
no tiene fronteras ni tiempo
y si lo tuvo, nosotros lo rompimos a besos.


ESA MUJER. 

Esa mujer que sacude
todos mis sentidos
con su timbre de voz,
esa que con solo verla
agiliza el ritmo
de las emociones
dándole vida y sentido
a todo lo olvidado y archivado.
Esa mujer que hace unir
palabras en locas poesías
solo para y por ella,
esa mujer sos vos,
y nunca lo sabrás,
porque el pudor puede
más conmigo, y no tengo palabras,
si no letras solo para vos.



REFLEJOS DE LA MAÑANA.

Cayó el tintero sobre las hojas
garabateadas en verso para vos,
al apagarse la vela
quede totalmente a oscuras,
el gato se escondió y
un aroma a jazmines
inundó el comedor,
en medio de un silencio absoluto,
pasos de tacos de mujer
comenzaron a acercarse
lentamente uno tras otro,
temor, desazón, pánico,
intenté levantarme y girar,
intuía lo peor,
me pare y entre mis labios
se apoyaron los tuyos llevándose
todas las poesías en aquellos
besos que culminaron
en la penumbra
hasta los primeros reflejos del amanecer.



RÍO ARRIBA. *

Algodones azules y cristales color ámbar,
casi como tus ojos los días nublados,
o verde azulado, como en  los días de sol.
Como tu cabello rubio tormenta o tus labios
carmín opaco perfecto, simple y complicado
pero entre mis brazos tu cuerpo se desplaza.
En la noche de luna nos deslizamos
perdiendo el control durante horas,
en el sublime encuentro, entre el sol y la luna
las horas pasan, juntos entre palabras y besos
nos reconquistamos una vez más.
Y así, será toda la vida, pues el amor
no tiene fronteras ni tiempo
y si lo tuvo, nosotros lo rompimos a besos.




TIGRE ADENTRO. *

Ese aroma que solo las aguas bajando,
traen en la noche el reflejo de la luna
escondiéndose entre los viejos álamos,
enfrente decenas de hortensias en flor;
así de simple, con el ruido del silencio,
entre sapos y ranas un murmullo de radio
y el mate, nos sentamos en el muelle.
La brisa comenzó a refrescar, llegó el abrazo,
la noche romántica escondió la luna,
un día más juntos en Tigre y a lo lejos,
el motor de la primera lancha sobre el río
anuncia lentamente el comienzo del día.




SEGUNDA SECCIÓN.*


Dos vasos de boca ancha, pesados de whisky
para ser más exacto, hielo y debajo del brazo
la botella, ya por la mitad, a unos metros,
no muchos y a orillas del río, el muelle
sobre el río Carapachay, hacia el este, la luna sobre
la espesa arboleda y el reflejo sobre las aguas
que justo ahora vienen bajando del Paraná.
Una medida, no más y así pasábamos
la noche de sábado, después de la cena
antes de dormir y sin apuro, a la luz
de un simple y tenue farol, sentados en la vieja escalera
mientras muy juntos y mirando correr la luna,
una y otra noche, vos me acompañabas suavemente
con tiernos acordes de guitarra, yo te escribía
una y otra vez poesías, al color de tus mejillas al tono
azabache de tu cabello, a tu hermoso timbre de voz,
y al corazón que encierras y desplegando
rojiza ternura en  tu mirada, las horas pasaban.
Cuando ya la luna dejaba el río, nos íbamos a dormir
abrazando la noche en besos y los cuerpos en alma
para juntos despertar el domingo entre medialunas,
allá, en el Tigre donde el Carapachay se adueña
de los sueños y los convierte por algunas horas, en realidad.



YEMAS DESNUDAS.*


Íntima lluvia que escarcha
en tus yemas desnudas,
hecha raíz en él
cielo de tu boca,
vértigo mortal donde
se dormita mi cuerpo.
Para adentrarte
y sumergirme
decapitando mi orgasmo,
preñando nuestro
amor como pecado mortal
en la tenue soledad
de nuestro deseo.




DESNUDAS CORCHEAS.


En el sonido perfecto de tus ojos,
los sentidos de los besos,
escapan de mis manos,
entre caricias de perfume
despuntando el día.
Cuando me escondo tras la luna
para acompañarte en notas,
minuto a minuto despliega tus pasos
recorriendo mi cabeza,
al ritmo sostenido del saxo tenor,
entre dulces palabras dibujando
desnudas corcheas del alma
con los suaves pinceles
de tus cálidas manos
que recuerdo en los espacios
más hermosos del pentagrama
más sutil de la vida en silencio.


DUCHA.*


Sobre tu cabello
lacio y cristal, el agua
cae bailando en sinfonía,
tu cuerpo se encera en el agua
y despliega la juventud
patinando la piel
en besos de luna,
tu cuerpo habla, cambia,
crece y disminuye,
y en cada volcán
erupciona la vida guardada,
para despegarla
en cada gesto de vida
que surge de tu rostro,
en el instante justo,
de la mejor ebullición
sublime de vida.




ENTREGA. *


Entrelazando los dedos
fuimos creciendo, tus manos
tienen el poder de lo infinito
y en el largo camino de la vida,
hoy nos encontramos,
en la máxima expresión espiritual
de lo más tierno y sano,
el amor  a través de y con
la comunicación, herramienta
vital del entendimiento,
tu sensualidad estalla en las palabras
y el conocimiento baila
en cada conversación, hasta
el momento justo y adecuado
donde a la suave luz de una sola
vela arrinconada y azul
tu cuerpo se desplaza entre mis brazos
en silencio, y solo
el diálogo de nuestros entrelazados
dedos gritando el placer de la noche
a plena luz del día mientras
cae la ropa y nos entregamos
traspasando la puerta del diálogo.



YBICUY.


Aguas de la tierra de arena
donde los zorzales cantan la noche
cada tempranero amanecer, entre
el último reflejo de luna, y 
el primer intento del día, solo ahí
donde las aguas bajan del Río Negro
al Uruguay, y de ahí a tu cuna
de sombras movedizas y fantasmas vivos
en recuerdos de isla, ahí te encuentro
cada noche de viernes bajo
el último sonido de motor en la cuna
del río, en el penúltimo muelle,
a la derecha pasando el mojón
con los brazos abiertos a tu cuerpo,
mujer isleña, pedazo de mi vida
entre las aguas de las nubes 
con la última luna de cada viernes.



SIN CONOCERNOS. *


Si fueras una flor
sería muy difícil
saber cuál,
pues eres sin igual,
describirte sería imposible,
pero deshojarte y
guardarte dentro de mi
podría ser ideal,
pero privar la belleza
de semejante tesoro sería egoísta.
Caminaremos juntos
y cuando amanezca,
vos te despojarás
conmigo en el fundido
abrazo del beso prometido,
pues aquella noche,
donde juntos compartimos
la luna sin conocernos,
tu sonrisa me dijo que
si, antes de saber tu nombre.



ESCRIBO PARA VOS 


De tus labios
salen las palabras
hiladas más bellas
de la noche cerrada,
entre mis brazos
tus suspiros cantan
al día en la oscuridad,
y el sol de tus ojos
brilla cual noche estrellada.
Juntos compartimos
la vida entre  noches
de amor, música
y locas poesías que,
solo escribo para vos.




EL SARMIENTO. 


En tu recorrido al sol o bajo la tenue llovizna
de una tarde de sábado, visitarte es el placer
navegando el aire, en historia envuelta
en gorriones y verdes inolvidables,
veinte no más, son los kilómetros
de tu bello recorrido, y  en ambas costas
hortensias y viejas acacias festejan el paisaje.
Saber de vos, tu historia en poesía
celosamente guardadas en el fango
que baja del Carapachay, o el misterio
de viejos amores clandestinos sobre
el arroyo Fiambre, hacen del delta
no solo el nombre de un gran prócer
si no, de centímetros recorridos día a día,
metro a metro, kilómetro a kilómetro
de agua que habla, de El Jilguero
que te recorre a diario sin parar trasladando
la vida al centro la locura al delta.
Y yo, que cada vez que te recorro . . .
Visito amigos en la paz que solo el delta,
acuna en cada verde entre amarillos
deshojados, y viejas o nuevas palabras de amor, 



ISLA DE LOS ESPÍRITUS.+



Habla la historia, a veces transmite
sensaciones de lo horrible,
fiebre tempestad y huida,
trasmisión de virus inquietos
sin descubrir, comienzo
de una larga historia por contar,
traslado y muerte, entierro.
Islas de los espíritus
como depósito de almas,
que tras la peste descansan
en el Tigre, cosas y causas
que pasaron y seguirán pasando
a través del tiempo, nosotros y la fiebre,
nosotros y la peste, nuestra historia
caos y el tiempo que pasa,
el Carapachay cuenta la historia
secreta de nuestra vida.


DELTA.*


Justo ahí, donde río San Antonio
enreda las aguas del arroyo Boraso,
el aire parece cortar  mañosos juncos
silbando viejos álamos en cada atardecer,
las barcazas van y vienen acompañando
el recorrido del sol, y cuando la noche
baila entre las estrellas al ritmo
del canto de sapos trasnochados,
el Tigre vive una y otra vez
el interminable romance de las aguas,
que nosotros acompañamos desde la ventana
una y otra vez abrazados
a la vida del delta, lugar en el mundo
inigualable y nuestro, donde
en la soledad del silencio
escribimos nuestra última canción,
esperando el alba, hamacados
en el ritmo de amor más bello del mundo
a la luz del viejo farol de la noche.


ÚLTIMO SÁBADO. 


Anillos de chocolate,
cerezas para el amor, así se fue
la tarde de aquel domingo en el delta,
las hortensias engalanaban la vista
del Esperita, las primeras lanchas
de regreso,  comenzaban el oleaje
intenso, y a la luz de los últimos
rayos de sol, partiste a remo
hacia el centro entre la multitud.
Nunca supe más de vos,
durante días la búsqueda fue intensa,
pero sin novedades, creo que te fuiste
con los pájaros, y en cada atardecer
desde el muelle te veo partir sin sombras,
como escucho tu voz cada mañana
cuando el río viene y va,
trayendo recuerdos inolvidables
que me saludan corriente abajo,
o viento arriba como tu imagen  en la luna
del último sábado compartido.


EN EL MINI. *


Donde el sol se acuesta sobre
las aguas, y las tardes
parecen interminables,
entre mates y palabras
que van y vienen como el agua
del río que nos acompaña en la vida,
solo aquí, descubro tu nombre
cada día, tu cuerpo cada noche,
y mi amor renace entre las aguas
como tus besos entre las estrellas
de cada tormenta entre relámpagos.
Aquí donde el Mini desemboca
en el Plata y las luces de lejos
nos muestran el mundo de
amor a distancia, solo aquí mis brazos
son tu mundo, los tuyos el mío
y juntos recorremos las aguas
sin permiso al son de los pájaros
y los verdes que a diario nos acompañan
en la soledad más hermosa
de sentirnos acompañados.



GRETI. *


Cuenca salvaje aroma de sol
luciérnagas en la noche, hortensias en flor,
tus arterias confluyen en el estuario
del plata luminoso y hasta febril
de los bellos domingos de veleros.
Delta, pasión y silencio, belleza y ríos
que entrelazan primavera en mañana
de invierno y otoños en tardes de verano,
recorrerte es encontrar sorpresas a diario,
tu desnudez entrega pasión y encierra mitos,
encubre soledades y pinta alegrías en verdes
de cientos de matices, mundo inquieto
por descubrir, mundo nuevo cada amanecer.
Solo vos, el resto son fábulas pintadas
en el placer sin penetrar las entrañas
más bellas y salvajes de la vida.



REMO A REMO.


El zorzal, el biguá, la calandria y el boyero
entre juncos me acompañan mientras
el mimbre y el pecán deslizó entre mis manos
intentando recrear la vida de mi gente,
aguas abajo anunciando la crecida,
aguas arriba llevando noticias
de viejos vecinos amigos
y entre ellos el sol, la brisa del viento
sobre el rostro como caricia curtida
de cada día sobre las aguas más
lindas que conozco, fieles y traicioneras
dulce y amargas, como cada historia
que recojo a diario entre mates y muelles
amigos a mi paso por el río.
El Capitán me acuna, y el Sarmiento
me hamaca, el Carapachay me cobija
y el San Antonio me sacude, pero yo voy
y vengo, una y otra vez, por el único
paisaje que conozco como la palma de mi mano,
llena de callos curtidos de remar la vida
una y otra vez, por este delta donde
nací y recorro la vida remo a remo.



DESPIERTA. 


Despierta,
un terremoto de sangre
corre por mis venas
y el sudor, baña mi cuerpo
después de la noche más larga
y el sueño más profundo.
Despierta,
vuela hasta mis brazos
abiertos solo para vos,
entre ellos . . .
Soñaremos juntos la historia
de amor jamás escrita sobre el río.
Despierta,
tu sueño es realidad.

URION Y SAN ANTONIO.

Justo ahí, donde el sol
brilla en la tarde de domingo
rodeado de bellas embarcaciones,
y los mates compartidos
juegan a la mancha con las nubes,
que celosas del tiempo
quieren tapar los rayos que
hacen de tu piel, color cobre
la silueta más linda de la esquina.
Justo ahí, donde el Urión
se une al San Antonio, tu cuerpo
habla en la tarde, yo
te descubro cada domingo,
entre verdes inolvidables
en las aguas del delta,
como sirena de río a metros
de mi paso, sin saber tu nombre
semana a semana, mujer de río
silueta de hortensias, entre azaleas
de diversos colores, justo ahí.
Donde el color de las aguas
cambia su tonalidad tras la corriente
y vos, me saludas con tu mano a distancia,
cada tarde de domingo en despedida.



CORAZÓN DE AZÚCAR.

Detrás del vidrio
oscuro de la puerta,
tu figura desdibuja
la belleza transparente
de tu meloso
corazón de azúcar,
sonríes y los gorriones
entran hacia el tablado,
las palomas
se posan sobre el zinc
tibio de la mañana,
sales, comienza
un nuevo día,

el sol de tús ojos,
ilumina el río.



EL CARAGUATÁ. 

Entre corrientes que vienen,
y corrientes que van, el arroyo
te cuenta historias ocultas
como del más allá, te habla
en la soledad de las tardes
cuando el sol comienza
a esconderse entre los juncos,
te espera, y te acompaña
en el silencio de la noche
de luna, y te guía en el andar
al cielo más limpio, entre
sombras que cuentan historias
de viejos fantasmas, mezclando
álamos y sauces de verdes
difíciles de describir.
El arroyo te cuenta, te habla
y te susurra la amable compañía
que solo en el delta encontrarás,
a la sombra de una luna enamorada
que al  final del recorrido,
te acuna en  sus aguas al sueño
más inolvidable de la vida en el delta.



ÚNICA.


Cuando sonríe
descansa el día atormentado,
ríen las gaviotas, suspiran las rosas,
pues tiene la magia
de cambiar los climas,
y transformar la realidad,
como solo ella lo sabe lograr,
con esa encantadora y bella
forma de ser,
que la hace única.


TERCERA SECCIÓN. 


Vasijas, barro y tus manos en la mañana
lluviosa de abril del domingo de otoño,

música mates y tu sonrisa, el arte
gira en la creación, la masa toma forma,
y vos alegras la mañana con tu canto suave
y profundo mientras la vida pasa y
entre verdes, el río corre,las chapas crujen
con el viento y las gotas salpican amor,
en la soledad del Tigre donde bailan los aromas,
duermen los secretos y vos te escapas del mundo
en tu propio espacio de arte, fantasía y sueños
a orillas de la vida que corre río abajo
y vuelve, río arriba sin descanso.



VIENTO ENOJADO. 



Se rinde la noche tras la humilde belleza
de la luna llena, tu cuerpo descansa
entre mis brazos y a lo lejos, un susurro
trae en el viento el ritmo del agua.
Se acerca lentamente el río, el sudeste
empuja camalotes de desperdicios,
de lejos las nubes avanzan y en minutos
cubrirán por completo la luna.
Una vez más pasaremos
horas de incertidumbre, ya a oscuras
pero con provisiones enciendo la
primera vela, tapo tu cuerpo  desnudo
y salgo a la espera, el bote comienza
a sacudirse, los álamos gritan el viento
y una vez más, la inundación llega,
una más, ni la primera, ni la última
solo una más ,como siempre . . .
Cuando el viento se enoja
y nos trae su protesta entre las aguas.



TORO.


Salvajes juncos de la costa
viento del norte, orillas
sinuosas, barro y tristeza,
el delta y sus bifurcaciones
caprichosas escondiendo historia
casi salvajes entre locos amores
clandestinos a minutos
de la gran ciudad, envueltos
en lágrimas, alcohol y cigarros
que vienen y van sin colillas
por las aguas marrones
en días grises del otoño,
donde el arroyo sube, y baja
como nosotros y nuestra soledad,
a orillas del mundo entre islas,
arroyos y ríos buscándonos
en la soledad del delta.




NADA NI NADIE. 


Café, whisky y un chocolate,
música de fondo, luz tenue.
Vos y tantas cosas por conversar,
así de simple, o de complejo
pasaremos la noche juntos,
tocare suavemente tus labios
y al cerrar los ojos
mis brazos te cobijaron,
apoyas tu cabeza en mi pecho
y acariciare lentamente tu cabello,
llegará el silencio, la música
pasará a ser inexistente,
solo escucharemos nuestra respiración,
en la oscuridad de la noche
sabré de vos, sabrás de mí,
será el encuentro de los desencuentros,
pero al amanecer, nunca más
nos separaremos, pues desde ese momento
no existirá la distancia entre nosotros, 
estemos donde estemos,
porque nada ni nadie, podrá separarnos.



LOCAMENTE. 


Había un instante
que anunciaba su llegada,
como la noche, siempre sucedía.
Cómo?, no lo sabía,
era un misterio, pero lo presentía
hasta que se hacía corpóreo
ante mis ojos para llevarla
en un viaje más allá de los sentidos,
más allá de todo.
Tan lejos como nunca
había viajado.
En su decir lo dibujaba,
todo su rostro a ojos cerrados.
Qué era? Una palabra apenas,
una voz en su mente,
un impulso que la despojó
de todo temor.
Tal vez explicarlo carece
de importancia porque
 lo sentía, lo oía.
Su voz me pedía,
la hacía sentir demasiado.
Y su cuerpo no podía fingir,
tanta pasión descontrolada
y tímidamente se entregaba
al placer mutuo de sentirnos
locamente enamorados.



INQUIETA.


Sus pies descalzos dejan huellas de otoño,
hacen camino entre las hojas,
desvanece y encuentra la luz en la oscuridad
en los sueños rotos, y en ellos renace la esperanza,
con sonrisa inquieta llega el esplendor
de la entrega, que siente el llamado que,
se gesta en el interior y escribe con paciencia
las horas y las posibilidades de todo aquello,
que late silenciosa e inquietamente en ella.




PALMAS. 


Navegarte, es sentir la sensación
más fresca y dulce de la libertad,
tus palmeras pindó,  albergan
los más diversos colores
en pájaros, una diversidad
increíblemente crocante a la vista.
Hermoso Paraná de las Palmas
a diario recorro tus aguas en busca del canto
a la vida, y encuentro nuevas sensaciones
metro a metro en la voz de tus aguas,
que van y vienen como mis recuerdos
boyando sonrisas en los oleajes más tiernos
del delta, entre verdes acogedores
de soledades compartidas,
silbidos y silencios, el sol, la luna
y cientos de estrellas que me acompañan
tras tu serpenteante camino,
a tu destino final en la cuenca del plata.





ISLA OYARVIDE.


En medio de la nada,
caminamos a la suave brisa
de aquella bella mañana,
la arena parecía hablarnos
en la soledad, el susurro del río
remoloneaba la espera
de un domingo agitado de sol
y solos, en la isla
vivimos el cuento mágico,
donde las aves acunaron
nuestros besos en la soledad
del delta, paraíso escondido
de la muchedumbre,
donde el amor se palpa
en las manos entrelazadas,
al simple recorrido
de nuestros lentos pasos.




RÍO ADENTRO.


Alcaparras y vino tinto
jamón en pequeños trozos,
y esos tomates triturados
hicieron de aquella salsa
una noche inolvidable, a la luz
del único sol de noche de la casa.
El río venía caudaloso de
aguas arriba, troncos y mugre
se  enganchaban arrastrando
lo menos pensado, entre desidia,
viento caluroso y leve, las nubes
corrían a gran velocidad,
y el último plato de tallarines
quedó sobre la mesa a oscuras.
En el muelle la soledad
de la oscuridad hizo en un tras pie
la última palabra, y a partir
de aquella noche romántica
me dejó solo en la neblina del río
para siempre en las poéticas
noches del tigre, río adentro.



EL RAMA. 


Sonidos y flores, ritmo y fragancia,
la noche transcurre sin prisa,
velas en la cena de gala,
solo vos y yo, compartiendo
la mesa del rincón acogedor
de la casa en el delta.
Tu figura transita límites
tus besos los rompe en la luna
y entre estrellas de arco iris
la madrugada asoma sin prejuicios.
Tus labios estallan, mis brazos
abrazan en tu cuerpo la vida
y antes del primer rayo de sol,
te acunas en un vaivén descontrolado
dejando la vida, una y otra vez tu cuerpo
inhala y exhala la transpiración
y al grito uniformes del silencio
el río crece, las lágrimas brotan
y entre besos y abrazos
nos fundimos en amor, dentro
de  la oscuridad del sol.



SOBRE EL ESPERA.


La noche en pañales,
y el río desnudo en la noche de abril,
la luna escondida tras aquellos sauces o detrás
de viejo tinglado del aserradero,
ya paso la última lancha camino al centro del pueblo.
En el muelle sentado a centímetros del agua,
el mate es mi único compañero,
a lo lejos todavía escucho tu voz
llamándome a gritos, la imagen del bote
dado vuelta gira en mi cabeza hasta dormido,
y el ruido de silencio se agudiza
cada anoche en el delta, donde me quedaré
hasta el último de mis días
para volver a encontrarnos, como aquella noche
sin luna donde todo fue tan hermoso
que hasta los álamos festejaron nuestro encuentro,
con el perfume del río y la sonrisa de las hortensias
que nuestro paso danzaron la primera primavera
aquel veinte del mes a las cuatro y cuarenta.



RÍO.


El río me cuenta cosas, cuando viene,
cuando va, secretos que trae guardados
y es posible descifrar, mirando correr el agua,
en ella encuentro rostros palabras y soledad,
historias de otros rumbos que bajando han de contar
y subiendo entre lágrimas, quizás las olvidaran.
El río, ese misterio que baña el delta, surcando
los escollos de islas e islotes, donde la magia vive
entre duendes historias y mitos que solo
guardarán las aguas y jamás han de contar,
ahí, dejaré tu nombre en secreto  entre él y yo,
así es como vos vienes y vas en mi cabeza,
en mi corazón y él guardará el secreto,
hasta que las estrellas te cuenten al oído
el porqué de mi partida, la noche donde la luna
solo saldrá para vos, entre versos y guitarras
subiendo hacia el Paraná por los surcos
que entre estrellas gritaran mi soledad.





POSTRE FINAL.


Entre aromas envolventes
y esos ruidos conocidos,
la cocina revive cuando estás en ella.
Inconfundible, mi olfato te reconoce,
sabe de tu presencia     
mucho antes de mirarte.
Entonces los sentidos se estimulan
antes de ver tú acaramelados ojos,
girando de aquí para allá,
entre ollas y sartenes.
Después la cena... y ese vino
que solo en tus labios
sabe a miel de uvas,
mientras la fiesta
continúa hasta el postre, el café...
Y el encuentro esperado desde anoche,
donde juntos nos fundimos en uno
y, al ritmo de las emociones,
lloramos la felicidad.



BARCA GRANDE.


Donde el Barca Grande
se divide al plata el viento
acuna sonriente el suave
y tierno perfume  de mujer,
a mi paso, los recuerdos
brotan una y otra vez,
recuerdo aquel sombrero
que el viento se llevó,
las tardes de domingo
los mates y entre hortensias,
llega tu tierna voz, una y otra vez,
pero nunca dejaré de pasar
recordándote en el silencio
del viento y los secretos
que solo el agua se lleva
en nuestros jugos diálogos
pronunciando tu nombre.




ARROYO & RÍO.


Nueve de julio y Palmas,
la curva del encuentro
la sonrisa del sol,
ahí, tu cuerpo brillo
a la luz de la luna
en el silencio del agua,
tus besos fueron la envidia
de todas las estrellas,
y entre abrazos partimos
la noche del sábado
en el brindis azul
más buscado del delta,
donde el arroyo y el río
fusionan las aguas dulces,
le cantan a la noche
y sonríen estrellas
que, enjuagan amor
al brillo de tus ojos
en la noche más tierna
del reciente verano.




EN LA ISLA.


Tu hermosa cabellera
cabalga al ritmo de la noche,
sobre mi floja cintura.
Tus negros cabellos, lacios y largos
se enredaron en mis dedos tensos
en la tiniebla del único foco que,
a lo lejos,
deja encender tu figura
entre sombras de pasión
descontrolada . . .
Qué controlada por años
hoy desatas sobre mí
una y otra vez, sin mensura
ni censura previa,
sobre el viejo diario,
olvidado en la cama
de la vieja casa,
en la solitaria isla del Tigre,
donde te encontré.



EN El ABRA VIEJA.*

Se esconde el sol
y de lejos la última lancha
viene anunciando su paso,
las hortensias despiden el día
y el muelle se convierte en el regazo
de mis horas, mientras el mate
me acompaña en la leve oscuridad.
Te escribo, recuerdo tu voz,
una suave melancolía me envuelve
pero el Abra Vieja me despierta a la vida
en esa realidad cotidiana que sacude mis pensamientos 
en medio del delta donde de alguna vez,
tu cuerpo se deslizó en el agua
abrazada a la vida, antes del último adiós
en aquel bote, que nunca más
se encontró en el Tigre y seguramente
está volando con vos por las aguas,
entre nubes que en silencio
gritan tu nombre en la soledad de la luna
cada atardecer, cuando a lo lejos
la lancha colectiva silba tu nombre
anunciando la partida, y la noche
trae tu perfume desde el Paraná
dibujándote en mi mente
una noche más, como hoy y siempre.





Entre Vos y Yo. +

El brillo de tus ojos, el color de tu cabello y la sensualidad que despliegas en cada palabra de enojo, solo está en vos, en las canas que e...