domingo, 5 de mayo de 2024

 

En la suavidad de la noche estrellada,
bajo el suave resplandor de la luna,
una mujer solitaria se desliza,
como una danza en la brisa nocturna.
Su silueta, una sinfonía de elegancia,
su piel, un lienzo bañado por la luz,
sus labios, la promesa de un beso ardiente,
y su mirada, un océano de pasión contenida.
En la quietud de su alcoba, ella desea
susurros de seda acarician su piel,
mientras sus sueños se entrelazan,
y su corazón late al ritmo del deseo.
Anhela el roce de manos en su cuerpo,
el calor de labios que exploran su piel,
y la dulzura de un amor compartido,
que la haga sentir viva y plena, definitivamente.
Que el universo conspire a su favor,
que el destino le traiga un amante apasionado,
que despierte sus sentidos y desate sus pasiones,
en una danza eterna de amor y devoción,
acampanándola toda la vida.
 En el vasto océano del corazón,
donde las palabras navegan libres,
mi voz se eleva sin freno, sin cautela,
y en el fragor de la emoción, temo perderme
como un río desbordado por la lluvia,
mis palabras fluyen con ímpetu,
pero el miedo se cuela entre susurros,
temeroso de asustar con mi sinceridad.
En este baile de confesiones y anhelos,
me debato entre la pasión y la prudencia,
temeroso de perder lo que tanto anhelo,
pero incapaz de contener el torrente del corazón.
Que mis palabras sean como pétalos de rosa,
suaves y delicadas, pero sinceras,
que puedan acariciar tu alma con ternura,
sin perturbar la paz de tu corazón.
 A vos, mujer sutil y temerosa,
te dedico estas palabras con respeto y amor,
como una suave brisa que acaricia tu alma,
y como un cálido abrazo que te envuelve con ternura.
En tus ojos veo la chispa de la luz,
pero también la sombra del miedo,
una dualidad que te hace aún más hermosa,
como una flor delicada que se mece en el viento.
Sé que llevas contigo cicatrices del pasado,
heridas que aún duelen en lo más profundo,
pero también sé que tienes el coraje necesario
para sanar y abrirte nuevamente al amor.
Por eso te ofrezco mi respeto y mi paciencia,
como un viajero que camina a tu lado sin apuro,
dispuesto a descubrir cada uno de tus secretos,
y a amarte con la intensidad que mereces.
Quiero ser tu refugio en los días grises,
tu compañero en las noches de tormenta,
y juntos construir un mundo de complicidad y confianza,
donde el amor florezca en cada rincón de nuestro ser.
Así que aquí estoy, esperándote con los brazos abiertos,
listo para recibirte con todo mi amor y mi respeto,
dispuesto a caminar a tu lado con pasión y entrega,
y a demostrarte qué juntos podemos superar cualquier miedo.






 Tarde de domingo en soledad,
cuando las sombras se alargan
y el silencio pesa en el aire,
mis pensamientos se pierden
en el laberinto de la melancolía.
Extensa y románticamente triste,
mi corazón susurra sus lamentos,
recordando amores pasados
que se desvanecieron como el humo.
En cada rincón de mi alma,
resuenan ecos de promesas rotas,
y los recuerdos se entrelazan
con los suspiros que se escapan de mis labios.
El sol se oculta tras las nubes grises,
como un reflejo de mi ánimo sombrío,
mientras la lluvia cae lánguidamente
como lágrimas del cielo compasivo.
En esta tarde de domingo solitaria,
mi corazón se sumerge en la nostalgia,
anhelando el calor de un abrazo,
y la dulzura de un amor perdido.
Pero sé que en la oscuridad,
aún brilla la luz de la esperanza,
y que el amor volverá a florecer
en el jardín de mi alma, un día domingo.
Así que me permito sentir esta tristeza,
dejando que las lágrimas limpien mi ser,
confiando en que el amor regresará
para iluminar mis días de nuevo.







sábado, 4 de mayo de 2024

 En la amplitud del tiempo y el espacio,
una distancia se extiende entre nosotros,
como un abismo entre dos almas gemelas,
un vacío que separa lo que el corazón anhela.
Eres vos, la mujer bellísima pero asustada,
un ser de luz envuelto en sombras,
temerosa de abrir tu corazón herido,
y de permitir que alguien más entre en tu vida.
Yo, el hombre que te observa desde lejos,
sintiendo tu presencia como un eco en la brisa,
anhelando cruzar esa distancia infranqueable,
y alcanzar tu corazón con mi amor y mi ternura.
Pero la distancia no es solo física,
es también emocional y espiritual,
un muro invisible construido por el miedo,
que separa lo que podría ser un encuentro mágico.
Bella mujer, no temas al amor que te espera,
deja que tus alas se desplieguen y te lleven hacia mí,
atravesemos juntos esa distancia abismal,
y descubramos la belleza que aguarda al otro lado.
Que el miedo se disipe como la niebla al amanecer,
y que en su lugar florezca la confianza y el cariño,
que juntos podamos vencer cualquier obstáculo,
y escribir una historia de amor que trascienda la distancia
 

Bella mujer sobre el poniente,
que el crepúsculo sea nuestro lienzo,
mientras escribimos versos al compás del viento,
y leemos poesías con el corazón abierto.
Que la música sea nuestra musa,
la melodía que inspire nuestros versos,
mientras el piano acaricia nuestras almas,
y la guitarra susurra secretos al universo.
En este rincón del mundo,
bajo el cielo anaranjado y violeta,
nos perdemos entre letras y acordes,
tejiendo sueños y compartiendo nuestras inquietudes.
Que el susurro del arroyo sea nuestro acompañante,
mientras declamamos versos al ritmo del agua,
y las estrellas nos observan con complicidad,
testigos silenciosos de nuestra conexión poética.
Bella mujer sobre el poniente,
que este momento sea eterno en nuestra memoria,
un instante de magia y poesía,
donde el arte y el amor se entrelazan en perfecta armonía.
 Cruzando un cielo de nubes,
sorteando tormentas cotidianas,
y momentos de sol en cometas
de nuevas esperanzas, en tonos
pastel de cada amanecer fundidos,
la brisa de una suave llovizna
sobre un Buenos Aires trasnochado
al borde del último colapso
tanguero en la avenida sin nombre.
Como mariposa sobre las
primeras olas del día, su alma
surcó de zaguán en zaguán,
y el anochecer de un día
agitado por la revolución del amor
se convirtió en canto en el tablado de una
esquina sin nombre, en la voz
del primer cantor que, al dos por cuatro,
lo hizo piel de mi barrio
y canción del primer tango,
como el beso robado al amor.
En cada acorde resuena el eco
de pasiones pasadas, de amores perdidos,
un baile de recuerdos que se deslizan
sobre la piel, como caricias en la noche.
El aroma a nostalgia impregna el aire,
mientras las sombras del pasado bailan
al compás de los suspiros y los anhelos,
enredándose en el abrazo de la memoria.

viernes, 3 de mayo de 2024

 
Intensamente vivo
es el resplandor
de una estrella apasionada
en el firmamento que se despliega
hacia la eternidad.
Una flecha de luz
que señala nuestro destino
y el fuego reflejado
en la pasión de tus ojos,
que te hace única y deslumbrante,
como solo tú, en tu esencia,
en mis sueños más profundos,
en mis versos más íntimos
y en mi corazón que late,
desde aquella noche
donde nos encontramos,
nuestros cuerpos entrelazados,
nuestras almas desnudas,
mientras te entregabas a mí
y yo, me perdía en ti,
en esa noche grabada a fuego
pues desde entonces,
te busco en cada latido,
en cada susurro y caricia,
entre el cielo y la tierra,
con tu nombre grabado
en el eco de mi amor,
que vive pensando a diario
en cada aparición nocturna
de tu cuerpo en mi habitación.



jueves, 2 de mayo de 2024

 Algún día te escribiré una poesia que no
mencione el aire ni la noche;
que descarte el color de las flores,
que no tenga brillo ni perfume.
Algún día te escribiré una poesia sin comas,
sin espacios, que no hable del delta y sus misterios,
y que no describa las estrellas.
Algún día te escribiré una poesia que se limite
a pasar los dedos por todo tu cuerpo
y que transforme tus ojos en poesías,
sin comparaciones, sin metáforas,
algún día escribiré una poesia que tenga
el perfume de tu cuerpo
y el ritmo de tus pulsaciones,
con la intensidad más fuerte de un abrazo. 
Algún día escribiré una poesia
solo con tu nombre y será la última vez
que ponga en palabras mi corazón.
Pero ese día, todos sabrán de quién hablo
cuando en silencio te nombro parabólicamente
desde aquella noche, cuando a solas
caminabas por la calle sin encontramos.

miércoles, 1 de mayo de 2024

 En la penumbra de la noche, nuestros cuerpos se entrelazan,
como si el universo conspirara para que nos abrazáramos.
Tu piel suave como el terciopelo, mis manos te exploran,
cada caricia es un susurro, cada beso es una canción.
En la quietud del silencio, tus gemidos se desatan,
el deseo nos consume, como una llama que no se sacia.
Tus labios ardientes buscan los míos con avidez,
y en el calor de nuestro encuentro, perdemos la lucidez.
El aroma de tu perfume embriaga mis sentidos,
mientras nos fundimos en un abrazo prohibido.
Tus susurros son promesas de placer sin final,
y en la oscuridad de la noche, nos entregamos al ritual.
Cada roce es un suspiro, cada movimiento una danza,
nos sumergimos en un éxtasis de pasión y esperanza.
El tiempo se detiene, somos uno en la eternidad,
y en el fulgor de nuestro amor, encontramos la verdad.
Descubrirte fue el encanto del día hecho poesía,
como un rayo de sol que ilumina la penumbra,
tus palabras fluían como versos en armonía,
y en cada letra, encontraba mi alma en la cumbre.
Tus ojos eran estrellas en el vasto firmamento,
guiándome en el laberinto de la noche oscura,
y en cada mirada, hallaba un dulce alimento,
que alimentaba mi espíritu y curaba mi amargura.
Tu voz era melodía, un susurro en el viento,
que acariciaba mi alma con su suave cadencia,
cada palabra tuya era un regalo del tiempo,
un bálsamo que aliviaba mi sed de existencia.
Descubrirte fue como hallar un tesoro escondido,
un hallazgo inesperado en el océano del destino,
cada instante a tu lado era un regalo concedido,
un viaje a un mundo donde reinaba el amor genuino.
Y así, entre versos y susurros, entre risas y sueños,
nuestro encuentro se convirtió en un poema eterno,
donde cada día será una nueva página en nuestros cuentos,
y cada verso era una declaración de amor sempiterno.







 

Entre Vos y Yo. +

El brillo de tus ojos, el color de tu cabello y la sensualidad que despliegas en cada palabra de enojo, solo está en vos, en las canas que e...