CALLAO. *

El perfume de tu piel
baña tu cuerpo sensible,
tus lágrimas le dan el toque
de brillo a tus ojos, y
zigzagueando lentamente
brillan en tus labios
como estrellas de tu inmenso corazón.
Abrazarte, es abrazar la vida
tímidamente temblorosa
que, junto al temblor de mis manos
se terminan confundiendo
en el momento mas increíble
del éxtasis que brinca de tus pupilas,
sonriendo la noche, despertando el día.
Saber de vos es comprender
que mas allá de la mezquindad,
la avaricia, el odio y el desamor
que a diario circula por las calles
en la intensa ciudad descontrolada,
existen tus manos sobre un atril,
tus ojos y  tus palabras,
dentro de una gran mujer sin distancia,
donde se encuentra la vida, esa que no se busca
pero un día, se encuentra con nombre y apellido
recorriendo los frescos rincones
de la bella provincia, cerca del lago
y entre las sierras que comienzan lentamente
a elevarse igual que vos como
única mujer entre óleos y perfume,
contagiando día a día
las ganas de vivir sin tiempo de reloj
ni distancia física, y yo . . .
se donde te encuentras para juntos
caminar los días de luna, las tardes de sol
y las mañanas de la mano hoy y siempre.