SIN SALIDA. *

Después del encierro,
el acoso constante perturba

momentos de descanso, las musas

parten a lugares de incógnita,
y los mensajes llegan sin respiro
una y otra vez, quitando el oxígeno
de la amada libertad, atado a sonidos
agudos en medio del descanso,
atropellando la intimidad del deseo,
anulándolo todo por completo sin retorno.
Las palabras no se escuchan,
la velocidad puede mas que el sonido
y el ahogo mas que la distancia,
comprenderlo es mas difícil
que actuarlo, y ponerlo
en práctica desconectándose
del mundo la única salvación
para vivir el libertad.