sábado, 25 de mayo de 2024

 A orillas del río, donde el sol acaricia,
me siento en silencio, envuelto en nostalgia,
el mate en mis manos, sin tu compañía,
es un eco de tiempos, de amor y de magia.
La brisa del agua murmura secretos,
que solíamos compartir en tardes doradas,
ahora susurra el dolor de los recuerdos,
de una partida que dejó huellas marcadas.
Tus risas se han ido, se las llevó el viento,
y en la serenidad de esta tarde solitaria,
el tiempo se detiene, se vuelve lamento,
en la orilla del río, en el Delta.
El mate caliente, su sabor compartido,
es ahora amargo, sin tu presencia,
cada sorbo es un suspiro perdido,
en la vastedad de tu ausencia intensa.
El sol declina, tiñendo el cielo de oro,
y en mis manos el mate es un tesoro,
que guarda el calor de tus manos queridas,
en esta tarde sola, de memorias vividas.
Las hojas susurran, los pájaros callan,
y el río me cuenta historias de añoranza,
en tu ausencia, mi alma se desvela,
en esta melancolía, en esta esperanza.
El sol se despide, pero queda el recuerdo,
de las tardes contigo, del amor sin velo,
y en la paz de esta orilla, descubro
que el dolor de tu partida, es un eterno anhelo.
A orillas del río, la tarde se desvanece,
y en cada sorbo de mate, revivo tu esencia,
aunque ya no estés, tu amor permanece,
en este lugar sagrado, en esta presencia.
La vida continúa, aunque duela la distancia,
y en cada tarde, con el mate en mano,
recordaré tus risas, tu amor, tu fragancia,
en esta orilla del río, en este recuerdo humano.
 
Patria querida, Argentina en flor,
en tus vastas pampas y en tu cielo sin fin,
renace la esperanza con nuevo fervor,
y en cada rincón se siente el latir.
Tus montañas majestuosas, tus ríos caudalosos,
cantan himnos de futuro y de fe,
en el susurro del viento, en tus campos gloriosos,
se escucha el murmullo de un pueblo de pie.
Argentina, tierra de coraje y pasión,
de tradiciones profundas y sueños de grandeza,
en tu suelo fértil brota la ilusión,
y en tu gente vive la nobleza.
El sol brilla más claro, la luna más pura,
cuando en tu seno crece la unidad,
y en cada corazón, la esperanza perdura,
de un porvenir forjado con verdad.
Las voces del pasado, los ecos de la historia,
nos guían hacia un destino mejor,
y en el camino del esfuerzo y la memoria,
resplandece el futuro con renovado ardor.
En tus ciudades bulliciosas, en tus pueblos serenos,
se teje el sueño de una nación justa,
donde la igualdad y el trabajo son terrenos,
de una Argentina que avanza y se ajusta.
Los niños que juegan, los jóvenes que sueñan,
los sabios que enseñan con sabiduría,
son el alma de una patria que se empeña,
en construir su grandeza día a día.
Argentina, mi patria en el buen camino,
con paso firme hacia la prosperidad,
en tu diversidad hallamos el destino,
de un pueblo unido en la fraternidad.
Que la esperanza sea el faro que nos guía,
que la justicia sea nuestro ideal,
y que en cada argentino brille la alegría,
de una patria que renace sin igual.
En tu suelo, Argentina, florece la esperanza,
en tus cielos se dibuja la libertad,
y en el corazón de tu gente, la confianza,
de que el futuro será de paz y equidad.
Feliz Día de la Patria, mi querida nación,
que en cada latido celebre tu corazón.

viernes, 24 de mayo de 2024

 En el Delta de Tigre, donde el río murmura,
despierta el día con una luz dorada,
los veleros se deslizan en la frescura,
de aguas tranquilas, bajo el sol de alborada.
El viento susurra secretos entre juncos,
y acaricia las velas que se hinchan de alegría,
en cada ola, un poema sin rumbos,
navegando hacia horizontes de armonía.
Los sauces llorones se inclinan en reverencia,
al paso sereno del velero en su danza,
y en cada meandro, la naturaleza en esencia,
pinta un cuadro de paz y esperanza.
el cielo azul refleja su inmensidad,
en el espejo líquido que el río ofrece,
y los colores del día, en su serenidad,
tejen sueños que el alma agradece.
Las aves cantan sus melodías en vuelo,
un concierto de vida en la brisa ligera,
y el delta, con su magia y su anhelo,
se convierte en un paraíso en primavera.
Navegar a vela es un abrazo del tiempo,
donde cada instante se siente eterno,
el sol acaricia la piel con su aliento,
y el río cuenta historias en su lecho tierno.
En el vaivén del agua, los pensamientos se disuelven,
las preocupaciones se alejan, como hojas al viento,
y en la quietud del delta, los corazones resuelven,
que la belleza del momento es el mayor sentimiento.
El día transcurre en un lento compás,
de risas y silencios, de miradas y sueños,
y en el delta, cada rincón es un abrazo de paz,
un recordatorio de que vivir es un dulce empeño.
Al atardecer, cuando el sol se despide,
pintando el cielo de rojos y dorados,
el velero regresa, y el alma decide,
que en el Delta de Tigre, los días son sagrados.
Porque en sus ríos, en su calma infinita,
navegar a vela es un acto de amor,
una danza con la naturaleza que invita,
a vivir cada día con pasión y fervor.
 En la avenida desierta, donde el eco suspira,
se desvanecen los pasos de una ciudad dormida,
bajo la luz de farolas cansadas,
el tango melancólico en la noche se anida.
La bruma acaricia los adoquines fríos,
donde el viento susurra historias del ayer,
y en cada esquina, el recuerdo perdido,
de amores que se fueron sin volver.
Las sombras bailan un vals de soledad,
en la penumbra de esta calle desierta,
y el bandoneón llora su triste verdad,
en una melodía que el alma acaricia.
Ecos de risas y llantos se entrelazan,
en el aire pesado de nostalgia y desvelo,
fantasmas de tiempos que ya no volverán,
se pierden en el vaivén de un tango en duelo.
El humo de un cigarro se disuelve lento,
como los sueños que se fueron sin aviso,
y en cada rincón, un fragmento de tiempo,
donde la tristeza encuentra su hechizo.
Las ventanas cerradas guardan secretos,
de pasiones ocultas y promesas rotas,
y en la avenida, un solitario espectro,
recorre el silencio con pasos que flota.
Tango de la avenida desierta, canto de despedida,
eres el lamento de un amor que no pudo ser,
en tus notas melancólicas, la vida suspendida,
una ciudad que, en la noche, no deja de perder.
Bajo la luna pálida y estrellas fugaces,
el corazón se quiebra en acordes de nostalgia,
y en la avenida desierta, entre luces tenues,
el tango resuena, eterna plegaria.
Así, en la soledad de esta calle sin nombre,
donde el tiempo se detiene y la tristeza danza,
el tango melancólico encuentra su horizonte,
una avenida desierta, un alma sin esperanza.
 En el eco del silencio que ahora nos separa,
queda la sombra de lo que fuimos,
dos almas que conversaban sin barreras,
ahora divididas por líneas que no trazamos.
El murmullo de tus palabras, antes cercano,
se ha desvanecido en el viento de la discordia,
y en tu agresión encuentro un abismo,
una ausencia que duele más que mil palabras duras.
Políticas, son las diferencias que construyeron muros,
pero en el fondo de nuestros corazones,
late la misma humanidad, la misma esencia,
un latido que suplica por entendimiento.
Aunque el silencio parezca un refugio,
un escudo contra el agravio,
es también una prisión de soledad,
donde las palabras no dichas pesan como piedras.
Yo añoro las conversaciones sin fin,
donde el mundo era un lugar de posibilidad,
y las diferencias eran solo matices,
en el lienzo de la amistad.
Espero que encuentres en tu corazón,
la valentía de romper este silencio,
de tender un puente sobre las aguas turbulentas,
y recordar que más allá de las ideas,
somos personas, almas en búsqueda.
Que el diálogo vuelva a ser nuestro idioma,
que las palabras sean puentes y no insultos,
y que en la diversidad, encontremos la riqueza,
de un mundo donde todos tienen voz y lugar,
por más cognitiva que sea la capacidad de muchos.
Porque en la escucha y en la palabra compartida,
hallaremos la paz que el silencio nos niega,
y en nuestras diferencias,
redescubriremos el valor de nuestra conexión.
Entonces, dejar que el silencio se disipe,
que las palabras vuelvan a fluir,
pues en el diálogo está la esperanza,
de un mañana donde todos podamos vivir en paz
y el diálogo sea el único idioma que nos una.

jueves, 23 de mayo de 2024

 A los que navegamos en mares de incertidumbre,
con mentes que a veces tropiezan y titubean,
pero con corazones que laten con fuerza y costumbre,
de buscar la verdad, aunque otros no la vean.
Nuestros pensamientos pueden ser un laberinto,
pero en cada recoveco, una chispa de luz,
nos guía a través del desconcierto y el instinto,
hacia el conocimiento, hacia un nuevo amanecer.
No nos silenciamos, aunque el mundo lo intente,
nuestras voces son ríos que fluyen sin cesar,
en cada palabra, una verdad latente,
una lucha constante por no dejar de buscar.
El camino puede ser arduo, con sombras y bruma,
pero en nuestra perseverancia, hallamos la ruta,
pues aunque la mente a veces se consuma,
el alma sigue firme, indómita y astuta.
A quienes tienen problemas que el tiempo traza,
les decimos que no están solos en esta marcha,
juntos levantamos el estandarte de la esperanza,
porque en cada búsqueda, hay una meta que alcanza.
Vivimos entre dudas; sin embargo, también en la certeza,
de que cada esfuerzo vale la pena, cada intento cuenta,
y en la sinfonía de nuestras luchas, hay belleza,
una melodía de resistencia que nunca se ausenta.
No dejamos de hablar, de expresar nuestro sentir,
porque en nuestras voces, hay una verdad pura,
un anhelo de justicia, un deseo de compartir,
la sabiduría que surge de nuestra aventura.
Que se escuchen nuestras palabras, que resuenen sin fin,
porque en nuestra búsqueda, encontramos la paz,
y aunque el camino sea largo y sin un claro confín,
seguiremos adelante con valentía.
 No responderé con ira a los agravios lanzados,
por quienes temen el cambio, aferrados al pasado,
pues en la serenidad y en la calma, encuentro
la fuerza de mi causa y el eco de mi aliento.
Que sus palabras sean flechas envenenadas,
no dejaré que hieran mi espíritu ni mis alas,
pues el sendero del cambio es arduo y complejo,
y no hay lugar en él para el odio ni el reflejo.
Responderé con acciones, con hechos y firmeza,
demostrando que el progreso no conoce pereza,
que cada paso adelante es un triunfo en la jornada,
y que la justicia y el amor son mi espada.
A los que se oponen, les ofrezco comprensión,
pues sé que el miedo es el germen de su oposición,
pero no por ello frenaré mi marcha, ni mi andar,
porque el futuro se construye con valor y sin cesar.
No caeré en la trampa de la confrontación,
mi respuesta será el trabajo, la dedicación,
pues las palabras vacías se las lleva el viento,
pero los actos de cambio quedan en el tiempo.
A quienes dudan y temen, les extiendo mi mano,
juntos podemos forjar un mañana más humano,
sin rencor ni venganza, solo con la certeza,
de que el amor y la verdad son nuestra fortaleza.
Así, frente a los agravios, los gritos e insultos
mantendré mi postura, avanzando
con pruebas, sin perder la cordura,
porque el verdadero cambio no nace del enfrentamiento,
si no de la paz interior y la verdad.


martes, 21 de mayo de 2024

 En la balanza del amor,
el físico se desvanece,
pues lo que verdaderamente importa 
es la esencia, no son los cuerpos que se tocan, 
si no los corazones que se enlazan,
en un lazo indeleble de complicidad y confianza.
Las arrugas en la piel no empañan la belleza del alma,
ni las imperfecciones borran la luz que irradia,
pues la verdadera atracción reside en la conexión,
que va más allá de lo superficial y la apariencia.
En los ojos del ser amado no se mira el color o la forma,
si no la pureza de su mirada y la profundidad de su alma,
pues en el amor verdadero no hay juicios ni prejuicios,
solo aceptación y admiración por lo que realmente somos.

lunes, 20 de mayo de 2024

 En el laberinto de las páginas, 
un juego comienza, un viaje sin destino fijo,
donde las palabras danzan con una cadena intensa,
y me convertí en el eterno testigo.
El mago de letras y de los sueños,
teje historias en un caleidoscopio vibrante,
en cada capítulo, un salto a lo incierto,
una invitación a lo único, a lo cambiante.
Horacio, en busca de su Maga,
navega por París, un mar de incertidumbre,
en las calles y cafés, su alma divaga,
buscando en cada esquina la sombra de su costumbre.
La Maga, enigma de luz y misterio,
se mueve como un verso libre y eterno,
su risa, su llanto, un hechizo etéreo,
en cada encuentro, un destello tierno.
Todo es más que una novela, es un desafío,
un rompecabezas para la mente y el corazón,
donde la línea se rompe, en un delirio,
y uno elige su propio sendero de emoción.
Los capítulos se mezclan, se cruzan, se abrazan,
en un juego de destinos entrelazados,
y en cada salto, nuevas realidades se plasman,
nuevas dimensiones de un amor desordenado.
La vida, el arte, la filosofía y la pasión,
se funden en un tapiz de palabras brillantes,
donde cada página es una nueva canción,
un eco de pensamientos y de instantes.
Julio me invito a leer entre líneas,
a descubrir los secretos ocultos en la trama,
y en cada salto, cada elección, me guiña,
mostrando que la vida es un juego que nos llama.
Es un viaje al interior del alma,
una exploración de lo absurdo y lo sublime,
donde la realidad y la fantasía se juntan,
y me pierden, se encuentra y se acosan.
En el tablero de esta vida incierta,
jugamos con palabras, con sueños, con fe,
y en cada movimiento, una puerta abierta,
a un universo que julio me dejó ver.
Así, me invito a jugar,
a perderme y encontrarme en sus laberintos,
y en cada página, me volví a enamorar,
reconociéndome en la vida, como un eterno niño.
 En el universo de las letras, hay un libro inmortal,
un tesoro literario sin igual, en sus páginas,
un mundo mágico se despliega,
un río de historias donde el realismo 
se entrelaza con lo celestial.
Macondo, pueblo de fantasía y realidad,
donde lo cotidiano se mezcla con lo sobrenatural,
cada personaje, un símbolo de la humanidad,
en sus vidas, reflejos de nuestra esencia mortal.
Los Buendía, una familia marcada por el destino,
sus amores, sus luchas, sus sueños y desventuras,
me lleva en un viaje por lo divino y lo mezquino,
mostrándome la fragilidad y grandeza.
Con su prosa poética, descubro encantos,
en cada palabra, un hechizo, cada frase, una revelación,
en su narrativa, me emocionan risas y llantos,
un espejo de la vida, una danza de creación.
Es más que una historia, es un mapa del alma,
un viaje en el tiempo, donde la soledad y el amor 
encuentran su memoria, y me sumerge en un sueño eterno,
con Gabo y sus Cien años de Soledad.
Las mariposas amarillas, el tren de la muerte,
los amores prohibidos, los fantasmas del ayer,
en cada detalle, en cada escena fuerte,
se revela la magia de un mundo por conocer.
La soledad de los Buendía es la soledad de todos,
un reflejo de nuestro andar por esta vida,
y en su búsqueda incansable de nuevos modos,
veo la eterna lucha por una esperanza perdida.
un legado inmenso, un canto a la humanidad, 
A sus luces y sombras, encuentro el denso
misterio de existir, que en su narrativa se nombra.
Un faro, una guía en la noche,
una joya literaria que brilla sin fin,
un canto a la vida, a su belleza y dolor,
que, con su presencia, enriquece el alma, 
dejando un eco de amor intacto y vivo en mi corazón. 

domingo, 19 de mayo de 2024

 En la penumbra de la noche,
nuestros cuerpos se acercaron, unidos por un hechizo,
mis dedos, tímidos exploradores en tu piel de porcelana,
se deslizaron como un susurro, en un ritmo preciso.
Al tocarte, sentí un escalofrío recorrer tu ser,
como una ola de emoción que en tus venas nacía,
y en ese instante mágico, te vi estremecer,
tu piel se erizó, respondiendo a mi caricia.
Cada roce, cada gesto, era un verso sin palabras,
un poema escrito en el lenguaje de los sentidos,
y en la intimidad de ese momento, nuestras almas
se encontraron, en un abrazo de latidos.
Tu cuerpo se estremeció bajo el toque de mis manos,
como un violín que vibra con la más dulce melodía,
y en la quietud del momento, fuimos dos humanos
entrelazados en una danza de pura armonía.
Tus suspiros, susurrados al oído, eran música celestial,
una sinfonía de deseos y promesas escondidas,
y cada caricia mía era un viaje sin final,
a un mundo donde nuestras almas eran fundidas.
Con cada roce, cada delicado movimiento,
tu piel respondía como un libro abierto,
y en ese juego de sensaciones y sentimientos,
nos perdimos juntos, en un universo perfecto.
La piel de gallina, señal de un placer compartido,
de un amor que se expresa más allá de las palabras,
y en cada erizamiento, en cada escalofrío,
encontramos la verdad que nuestros corazones guardaban.
Así, bajo la luz tenue y el manto de estrellas,
tu cuerpo se convirtió en mi lienzo divino,
y con cada caricia, con cada sensación bella,
te erizaste, y juntos vivimos un sueño cristalino
donde juntos escribimos la mejor poesia.

Entre Vos y Yo. +

El brillo de tus ojos, el color de tu cabello y la sensualidad que despliegas en cada palabra de enojo, solo está en vos, en las canas que e...