y solo de bandoneón,
cruza corriendo Esmeralda
el recuerdo hecho canción,
y entre las luces del centro
tu silueta dibujo;
la voz de un cantor agudo
del secreto y el amor,
en cada feca, en la esquina,

con el clavel en el funyi,
taconeando en el cordón,
me lleva de esquina a esquina
buscando descubrir el amor.
En cada tango, cada noche
y siempre, siempre, aparecés vos.
Mujer de lo inolvidable,
más hermosa que la flor,
de tanto buscarte apareciste,
entre luces de neón,
pero no conozco tu nombre
solo escribo en re menor,
hasta el día que te encuentre
y entonces, al dos por cuatro,
en un abrazo entre fuelles
te declare yo, mi amor.