sábado, 22 de junio de 2024

INDOMABLE

 Indomable, como el viento que no se puede contener,
surca los cielos con su propia melodía,
suspicaz, con una mirada que todo lo desvela,
penetrante, aguda, una llama encendida.
Terrible, en su fuerza y su valentía,
nada la detiene, ningún obstáculo la frena,
única, con una esencia que desafía las normas,
ella es un universo en sí misma, una estrella serena.
En su risa hay destellos de libertad salvaje,
en su voz, la fuerza de mil tormentas,
es un misterio que no se desentraña fácilmente,
un enigma que fascina, que atrae y atormenta.
Indomable, porque su espíritu es libre,
no se ata a convenciones ni a expectativas ajenas,
suspicaz, siempre alerta, siempre consciente,
es la guardiana de sus sueños y sus penas.
Terrible, en su pasión y su fuego interno,
quema con su presencia, ilumina con su ser,
única, porque no hay otra igual en este mundo,
es la amalgama perfecta de lo real y lo ideal.
Así es ella, un huracán y una calma,
una dualidad que desafía la comprensión,
en su ser, hallé mi admiración y mi paz,
porque en su indomabilidad, descubrí mi razón.

 En los silencios profundos de la noche,
cuando las estrellas son solo un eco distante,
la soledad se sienta a mi lado,
como una vieja amiga, inmutable y constante.
En sus brazos encuentro un refugio extraño,
donde los pensamientos fluyen sin barreras,
es un espacio de introspección y calma,
un espejo que refleja mis quimeras.
La soledad, con su manto de quietud,
me envuelve en una danza de sombras y luces,
es en su compañía donde me descubro,
donde cada rincón de mi alma desmenuzo letras.
En sus rincones encuentro mis musas,
mis anhelos, mis sueños no contados,
es un diálogo sin palabras, una conexión íntima,
con lo más profundo de mi ser, no alterado.
A veces, la soledad pesa como un yugo,
otras, es un alivio suave y necesario,
es la musa de mis pensamientos más claros,
y la sombra de mis días solitarios.
En su compañía aprendo a ser yo mismo,
sin máscaras, sin ruido, sin prisas,
es en su silencio donde hallo mi voz,
donde cada suspiro se convierte en brisa.
La soledad no es enemiga, ni castigo,
es una compañera que invita a la reflexión,
es en su abrazo que encuentro mi fuerza,
y la serenidad de mi corazón.
Así, en la soledad, me hallo y me pierdo,
navego sus mares de introspección profunda,
porque en su vastedad, en su quietud sincera,
descubro que también es parte de mi mundo.



 Amigo, en tiempos de voces alzadas y divisiones,
donde las diferencias se convierten en barreras,
nuestras ideologías nos separan como mares,
y el enojo hiere con palabras que son flechas certeras.
Eras mi compañero en risas y sueños,
un refugio en las tormentas de la vida,
pero ahora, en este abismo de opiniones,
nuestro vínculo se tensa y se desliga.
Las palabras duras son lanzadas como dardos,
insultos que rasgan lo que construimos juntos,
olvidamos que en la diversidad está la riqueza,
y en el respeto, la base de nuestros asuntos.
Amigo, te pido que recordemos los buenos días,
cuando nuestras diferencias eran puentes, no muros,
que el desacuerdo no sea una guerra sin sentido,
si no un diálogo que enriquezca, sin oscuros murmullos.
Cada uno de nosotros tiene su verdad y su camino,
pero el cariño y el respeto deben prevalecer,
no dejemos que el enojo destruya lo compartido,
ni que las ideologías apaguen el amanecer.
La amistad es más que un acuerdo de ideas,
es el apoyo, el amor, la comprensión sincera,
podemos debatir, discutir, incluso oponernos,
pero nunca olvidar que la amistad es primera.
Amigo, bajemos las armas de palabras hirientes,
reconozcamos que somos más que nuestras opiniones,
que en la empatía y el entendimiento hallamos la paz,
y en la amistad, la luz que disipa las tensiones.


 Escuchar es una forma de amar en silencio,
es abrir el corazón sin pronunciar palabras,
es el gesto humilde de dar sin esperar,
es ofrecer el alma, sin hacer alarde ni fanfarria.
En el arte de escuchar se encuentra la ternura,
es un abrazo invisible que calma y sostiene,
es estar presente en la risa y en la amargura,
es el eco del amor que en el silencio se mantiene.
Es captar cada susurro, cada suspiro perdido,
es leer entre líneas lo que el alma expresa,
es valorar la voz del otro como un latido,
es estar ahí, sin juicio, solo con pureza.
Escuchar es un acto de profundo respeto,
es abrir una ventana hacia el mundo ajeno,
es brindar un refugio, un seguro amuleto,
es decir te entiendo sin emitir un solo sonido.
Es sentir la vibración de cada emoción,
es acompañar en el viaje del pensamiento,
es estar al lado en la duda y en la afirmación,
es ser el soporte en todo momento.
Es un amor que no necesita ser proclamado,
que se nutre del silencio y la presencia fiel,
es un vínculo invisible, fuerte, inquebrantado,
que en cada escucha encuentra su razón de ser.
Así, escuchar es una forma de amar en silencio,
un acto sagrado de entrega y comprensión,
es la manera más pura de brindar un aliento,
es la esencia del amor en su más noble expresión.


miércoles, 19 de junio de 2024

 Ante la hipocresía y el fanatismo me rindo,
con un suspiro que lleva el peso del desencanto,
en un mundo de máscaras y gritos sin sentido,
me encuentro solo, buscando un resquicio de paz.
La hipocresía, con su rostro cambiante,
es un espejo roto que refleja mentiras,
promesas huecas, gestos vacíos y falsos,
que desdibujan la verdad y envenenan el alma.
El fanatismo, con su fuego ciego y furioso,
consume la razón, ahoga la voz del diálogo,
dividiendo corazones, sembrando odio y miedo,
en su sombra oscura, la esperanza languidece.
Me rindo, no por debilidad, sino por cansancio,
de luchar contra un muro de indiferencia y engaño,
de buscar claridad en un mar de confusión,
donde la sinceridad y la empatía parecen un sueño lejano.
Pero en esta rendición hay un eco de resistencia,
un anhelo persistente de un mundo diferente,
donde la verdad sea el norte y el respeto la guía,
donde la humanidad florezca, libre de cadenas y prejuicios.
Aunque me rinda hoy ante la hipocresía y el fanatismo,
mi espíritu busca todavía la luz en la oscuridad,
esperando que en algún rincón, en algún gesto sencillo,
la autenticidad y el amor prevalezcan y triunfen al final.
  En el Delta del Tigre, la libertad se despliega,
en cada rama que susurra su canción al viento,
en las aguas que serpentean, libres y serenas,
donde el alma encuentra refugio y aliento.
La libertad en el Delta es el aire puro,
que acaricia el rostro con su brisa suave,
es el canto de las aves en su vuelo seguro,
es la naturaleza viva, salvaje y colorida.
Es el reflejo del cielo en el agua tranquila,
donde los peces juegan en su danza sin fin,
es la tierra fértil, verde y fecunda,
que se extiende generosa hasta el confín.
Es el murmullo del río en su viaje constante,
sin fronteras, sin límites, solo fluir,
es la esencia de lo indomable y vibrante,
donde la vida late con fuerza al existir.
La libertad en el Delta es el abrazo del sol,
que despide la noche y recibe el día,
es la luna que se alza en su manto de cristal,
inspirando sueños de paz y alegría.
En todas sus dimensiones, el Delta es libertad,
es la conexión profunda con lo eterno y natural,
es la voz del universo en su más pura verdad,
un santuario donde la libertad es total.
 En las olas de la risa y el llanto,

cuando el sol brille o las sombras te envuelvan,

a tu lado estaré, firme y constante,

tu refugio en la tormenta, tu luz en la calma.

En los días de gloria y los de tempestad,

cuando los sueños florezcan o se desvanezcan,

puedes contar conmigo, sin dudar ni un instante,

estaré, en cada paso, en cada latido.

Si la tristeza te abraza con sus frías manos,

y la adversidad te susurra su oscuro canto,

seré tu fortaleza, tu escudo y tu espada,

en tu lucha estaré.

En la alegría compartida y en la soledad más honda,

en los días de verano y en las noches de invierno,

tu confidente, tu apoyo, en todo y en nada,

no temas ni un segundo,

en la risa, en la tristeza, en la adversidad,

aquí estoy, hasta el último aliento,

porque en esta vida, juntos somos eternidad,

solos, no es recomendable. 






martes, 18 de junio de 2024

 La profunda sensación de abrazarte,
mujer cálida e inteligente,
es como un refugio en el alma,
acariciar tu rostro, instante presente.
Tu piel es un poema, suave y sincero,
en el abrazo encuentro el universo entero,
tu calor es consuelo, tu abrazo es hogar,
en tus brazos, mujer, me dejo llevar.
Cierro los ojos y siento tu latido,
cada suspiro tuyo es compartido,
mi mano en tu rostro, delicado y sereno,


despierta caricias, un momento pleno.
En la noche, la luna nos mira correr,
testigo silente de nuestro querer,
su luz nos envuelve en un manto de plata,
en tu abrazo, todo el mundo se desata.
Tus ojos reflejan estrellas y sueños,
en tu mirada, el cielo se torna pequeño,
la luna sonríe desde su trono celeste,
mientras en abrazos, mi corazón crece.
La noche es testigo de nuestro encuentro,
un abrazo profundo, el tiempo es lento,
acaricio tu rostro, cada línea y curva,
en este momento, me siento libre.
Eres mujer cálida, de inteligencia clara,
tu presencia es un faro, en la noche más rara,
abrazarte es sentir la vida en plenitud,
una conexión sincera, pura virtud.
La luna nos observa, serena y brillante,
mientras te abrazo, instante tras, instante,
en tu calor hallo paz, en tu ser, comprensión,
eres un sueño vivo, una dulce canción.
Así, bajo el cielo estrellado y la luna radiante,
en tu abrazo encuentro un mundo constante,
acariciar tu rostro, ver la luna correr,
es la dicha perfecta de la mejor noche.

lunes, 17 de junio de 2024

 


Una tarde de caminata, a orillas del río,
con vos a mi lado, el sol en su estío.
Conversando la vida, compartiendo el momento,
cada paso, un susurro, cada palabra, un aliento.
El sol acaricia nuestra piel dorada,
mientras el río murmura sus historias calladas.
En su corriente, el reflejo de nuestros sueños,
y en su orilla, dejamos huellas, recuerdos pequeños.
Tus ojos brillan con la luz del día,
y en tu sonrisa encuentro pura alegría.
Hablamos de la vida, de sus giros y vueltas,
de los caminos tomados, de puertas abiertas.
El viento juega con tu cabello, danza en el aire,
y en cada risa compartida, el mundo es un pañuelo.
El río nos acompaña con su suave murmullo,
testigo silente de nuestro vínculo en arrullo.
El sol en su cenit, testigo de nuestro andar,
calienta nuestra piel y enciende el lugar.
La tarde se tiñe de colores dorados,
mientras nuestras almas comienzan a atarse.
Cada palabra tuya, un verso sin fin,
cada mirada, un refugio donde quiero estar.
Nos contamos la vida, con sus luces y sombras,

y en cada historia, una conexión que nos asombra.
La naturaleza a nuestro alrededor en armonía,
el canto de los pájaros, la brisa en sintonía.
Caminamos despacio, sin prisa, sin destino,
solo disfrutando del presente divino.
El río refleja la luz del sol,
como reflejo de nuestros corazones en control.
En esta tarde perfecta, no hay necesidad de más,
solo vos y yo, el río y el compás.
Nos reímos, soñamos, en silencio también,
disfrutamos del instante, del presente bien.
El sol comienza a descender, dorado y suave,
pero nuestra caminata, en la memoria, se graba.
Una tarde de caminata, a orillas del río,
con vos, el sol, y el cielo de estío.
Conversándonos la vida, en su pureza y belleza,
dejando que el amor fluya, en su sencilla grandeza.

domingo, 16 de junio de 2024

 Cuando cruzo de vereda, sentí un ángel sobrevolar,

la avenida bañada en luces, en un suspiro de azar,
en la tristeza de sus ojos, un profundo mirar,
encontré la sonrisa de la vida, un consuelo sin par.
Sus alas etéreas, en la brisa danzaban,
como un susurro de esperanza que mis pasos guiaban,
cada palabra, un destello, un reflejo de bondad,
y en su mirada triste, hallé la más pura verdad.
El bullicio de la ciudad quedó atrás, difuso,
mientras el ángel se acercaba, en un vuelo obtuso,
sus ojos tristes contaban su historia,
pero en su tristeza, descubrí mucho amor.
El ángel, con su halo de luz delicada,
me envolvió su aura dorada,
en la melancolía de su mirada,
encontré la sonrisa que da sentido a la vida.
Sus lágrimas son perlas de sabiduría,
cada una un testimonio de lucha y valentía,
y en la profundidad de su dolor sereno,
vi reflejada la alegría, un sentimiento pleno.
La tristeza de sus ojos no era desesperanza,
si no un eco de la vida, una danza,
de altos y bajos, de risas y llantos,
de momentos efímeros, de sueños y encantos.
Al cruzar la calle, en ese encuentro casual,
el ángel me mostró que en lo más abismal,
se encuentra la sonrisa, la chispa escondida,
que en la tristeza también habita la vida.
Así, supe que en los ojos de un ángel dolido,
se puede hallar la belleza, lo no percibido,
una sonrisa de vida en la tristeza profunda,
un recordatorio eterno de la esperanza 
que siempre  existe y nunca se pierde.

viernes, 14 de junio de 2024

     
Recorrer un Buenos Aires con vos
es sentir el placer de la vida a flor de piel,
las calles nos saludan, con sus luces y su voz,
y el río nos sonríe, a nuestro paso.
En la brisa nocturna, la ciudad cobra vida,
cada esquina un misterio, cada paso una rima,
las avenidas vibran con el latir de la gente,
y en tu compañía, todo es más presente.
Las farolas iluminan nuestro camino,
en este Buenos Aires de encanto divino,
los cafés y bares murmuran historias,
mientras caminamos, creando nuestras memorias.
La avenida se alza, testigo silente,
de nuestros pasos juntos,
cada plaza, cada parque, un escenario abierto,
donde tu risa se hace eco de un concierto.
La Luna nos observa desde su trono de plata,
mientras recorremos la ciudad,
tus ojos reflejan la magia de la noche,
y en tu mano, la mía temblorosa encuentra sentido.
Los puentes del río, con su suave murmullo,
nos cuentan secretos de un amor sin orgullo,
el agua refleja nuestros sueños y deseos,
en este paseo nocturno, donde todo es un creo.
Un rock resuena en la lejanía,
sus notas apasionadas envuelven la melodía,
de nuestro andar juntos, en un Buenos Aires brillante,
donde cada momento es un instante radiante.
Así, recorriendo la noche,
la ciudad se transforma en un íntimo dos,
Buenos Aires nos acoge, con su magia y su piel,
y el placer de la vida se siente a flor de piel.
Las calles nos saludan, con cariño y alegría,
y el río nos sonríe, en esta travesía,
recorrer Buenos Aires contigo es un sueño vivo,
donde cada paso junto a vos.

Entre Vos y Yo. +

El brillo de tus ojos, el color de tu cabello y la sensualidad que despliegas en cada palabra de enojo, solo está en vos, en las canas que e...