tu sabor y el color
de las mañanas de dulce café,
antes de salir a la calle.
Extraño tus silencios
tus consejos

cuando algo no te gustaba,
o tu hermosa sonrisa
al despertar descansada
después de cada abrazo,
de cada encuentro
o desencuentro.
Día tras día te extraño,
pero te seguiré buscando,
pues existes, te conozco
y te encontraré,
mujer de las mil noches,
el día y aquel amanecer
que nunca olvidaré.