CON ANTIFAZ. *

El viento se llevó tu nombre
y el tren que pasa a diario
por la esquina de casa
se llevó sin querer tu rostro,
el cual tenía grabado
en la memoria de las emociones.
Hoy solitariamente
en la noche susurran
viejos fantasmas, y con ellos
 juego a escribir historias,
que simplemente van y vienen
a mi cabeza, buscando
que intermedien en ellas
para que en el papel se publiquen,
desde un teclado al mundo,
como un día ocurrió con vos
después que juntos recreamos
la historia jamás escrita.
Pues de las fábulas
solo queda un mensaje,
pero jamás una novela
de amor como la que
me quisiste vender
antes de que se te cayera
el antifaz que usas en la vida.