San Telmo suspira la noche,
rezongan fuelles y cuerdas
detrás de viejas ventanas
y calles angostas en busca del deseo perdido,
en el pentagrama del último tango,
mientras los tacos redoblan la última
apuesta sobre el piso de madera brilloso,

nuevos y viejos firuletes
a la luz de la luna.
En tinieblas el humo del último cigarrillo
y la copa del trago que aún espera
ser finalizado al dos por cuatro.
Adoquines, historia y vos,
la plaza Dorrego y un poco
de nostalgia entre lágrimas grises,
un taco que se rompió, una rosa,
una negra media con costura
y el pañuelo del adiós húmedo de lágrimas,
se fue la noche, una más y vos
con el recuerdo entre cuerdas,
el piano del rincón y la última llama
de la vela que se termina sobre él.
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