la medianoche cruje

humedad en el piso
reseco de cera,
y frío de palabras
de amor y ternura.
Tú meces sueños
de caramelo agridulce
mirando el reloj,
inventando historias
con manchas de humedad,
dibujando la vida,
soñando la paz y . . .
volando encadenada
al pasado
que no quieres soltar.