van y vienen, me buscan,
me encuentran, me persiguen,
me nombran y se ocultan.
Vuelven, me despiertan
y fluyen sobre las hojas,
saltan al teclado, ríen,
lloran y se duermen;
trasnochan y despiertan
con el alba, gritan,
protestan, se van y regresan

al lugar más insólito,
y ahí se vuelven a presentar.
No sé su nombre,
tampoco su edad,
el sexo lo imagino.
Mujer, tal vez me equivoque,
va y viene, o van y vienen,
ella o ellas
quién o quiénes,
la o las, él no creo,
ellas casi seguro
y nueve, que nunca me abandonan.