el fuego sagrado de la musa,
hilando palabras,

inventando días
sobreviviendo al sol,
porque de tu pluma,
los sueños y las lágrimas
se confunden
y en la breve distancia del espacio
te encuentro cada día,
en silencio,
acariciando con letras,
a distancia,
porque sé que sabés que estoy,
como sé de vos,
día a día, sin nombrarte
y sin hablarte,
pues eres únicamente
mi bella musa en mis letras...
con solo pensarte.