ROBO DE LUNA.

Me acaricias con el encanto
de  tus bellas palabras hiladas de amor,

tu sonrisa esconde la vieja melancolía

de un pasado de tropiezos que en el recuerdo

gira una y otra vez en tu mente,

pero sé que superarás todo eso, en un tiempo

donde las caricias, sumadas a largas conversaciones

saldrán adelante más rápido de lo pensado.

Ese rollito en tu cuerpo que tanto te preocupa

será solo un recuerdo, lo tapas, lo disimulas

pero no es lo importante, lo valeroso

está en vos, en tu interior, en tus entrañas

y el día que te olvides de mirarte al espejo

con bronca, tu vida cambiará, y la libertad

de tu interior te hará única como

todos te vemos y te sentimos,

bella mujer del tiempo cálido

en las noches de sol y las tardes de luna

te espero para descorchar la luna y brindar

por una vida sin modelos y unos días inolvidables.

 

RUTA DEL SOL.

Se escondió en la mañana 
más triste de abril,
su voz retumba en el último tango
girando una y otra vez,
buscando el eco del único sonido

que llega del caribe con paz en su interior,

partiendo tabúes y gimiendo en desvelos

sus palabras volaron por el cielo,

como palomas en sutil encrucijada de libertad.

Se escondió, pero aún queda

el suave perfume de su acento

guardando la esperanza de que algún día,

la metafórica utopía de la luna

nos encuentre sobre la ruta 

camino a las sensaciones

en busca de la libertad, cobijando en azul 

el otoño de las emociones sin lágrimas

tomados de las manos por la ruta del sol.

EN EL ABRA VIEJA.

Se esconde el sol
y de lejos la última lancha
viene anunciando su paso,
las hortensias despiden el día
y el muelle se convierte en el regazo
de mis horas, mientras el mate
me acompaña en la leve oscuridad.
Te escribo, recuerdo tu voz,
una suave melancolía me envuelve
pero el Abra Vieja me despierta a la vida
en esa realidad cotidiana que sacude mis pensamientos 
en medio del delta donde de alguna vez,
tu cuerpo se deslizó en el agua
abrazada a la vida, antes del último adiós
en aquel bote, que nunca más
se encontró en el Tigre y seguramente
está volando con vos por las aguas,
entre nubes que en silencio
gritan tu nombre en la soledad de la luna
cada atardecer, cuando a lo lejos
la lancha colectiva silba tu nombre
anunciando la partida, y la noche
trae tu perfume desde el Paraná
dibujándote en mi mente
una noche más, como hoy y siempre.

SOLO EN LAS ISLAS.

Dejó la ciudad aquella noche sin luna

y vino a buscar quién sabe que,
pero aquí se quedó, entre juncos
dibujando en poesías su nombre, con acuarelas
pinto historias sobre láminas en el viejo
arrumbado atril de pino salvaje,
y cada anochecer, le contó en verso
a la luna, su amor por ella, hasta que una madrugada
la olvido en creciente, cuando entendió

en las aguas del Carapachay que el amor

estaba ahí, en ese ir y venir de las aguas,

el verde de su vegetación y el canto libre

de todos los pájaros que hacen del delta,

que el amor incondicional está

en la sonrisa del viento que lleva las nubes

y trae el perfume de la libertad, en el abrazo

sincero de la amistad, la palabra sin rebusques

de un amigo, el rostro de un hijo

y en la complicidad del corazón cuando 

le dice al cerebro que nos deje volar,

porque sabe que pronto volveremos

a la magia de la realidad, a escribir en fantasía

un nuevo día, donde soñar será la prioridad

para seguir adelante como el agua del río.

ESPERNADONOS.

Tu largo cabello negro

desdibujaba tu figura 
en la noche de otoño,

descalza en ropa interior

tu aroma sobrevuela la casa, 

las estrellas espían tu andar en silencio.

A distancia te dibujo en letras,

vos lo sabes, y asomada

a la ventana, allá donde el sol

no conoce la horizontalidad

y las nubes empollan figuras

que solo vos descubrís 

despeinando el cielo a besos,

nos encontramos a conversar

en cada madrugada,

apoyando mejillas en almohadas

y silencio nos contamos

los secretos más íntimos, esperándonos.

ENTRE MIS LABIOS. +

Tus cabellos,
se posaron en mi almohada
una madrugada de desvelo.
Tu perfume comenzó a acompañarme,
día tras día, y en  letras 
fui descubriendo la belleza
hecha mujer en la fuerza de tus ojos,
el tesón de tus palabras
y la paciencia que día tras día,
llena tu vida de lucha entre lágrimas
que dibujan tus días a escondida,

mujer de las noches desveladas.

Los sueños sinuosos me llevan 

una y otra noche siempre a vos,

y allá, donde termine el camino

que no sé cómo sigue,

te encontraré entre jazmines

derrotando obstáculos, para

abrazarte cómo el deseo

más profundo de vida,

entre mis labios.

Entre Vos y Yo. +

El brillo de tus ojos,
el color de tu cabello
y la sensualidad que despliegas
en cada palabra de enojo,
solo está en vos, en las canas
que esconden la magia 
de haber vivido, en las lágrimas
que ocultas y sé descubrir,
en  todo lo que esquivas
y sé detener, en esa integridad
oculta en nostalgias
que solo tu almohada y yo,
conocemos en la soledad de la noche,
donde antes de dormir, nos pensamos
una y otra vez, antes de soñarnos

sin despedida, desnudos de amor

perdidos a la vida, solo por cobardía. 
 

PÉRDIDA. +

Detrás de besos artificiales
y palabras truncas de amor,
el encierro enloquece la traición,
café y vino,  dormir como solución
perder la vida entre  rejas y ocultar los días
en el eterno sueño sobre la almohada,
cuando el mundo vive los momentos
más lindos, los diálogos más preciados,
y en cada rincón se gesta una revolución.
Donde el pensamiento baila en la noche
y las amarguras se deslizan en lágrimas,
destruyendo la vida, ahí donde
se baja la guardia y se trunca la vida,

se entierran los principios vendiendo

el alma y se abandona la esperanza,

solo ahí, donde se debe decir basta,

en ese instante, se vuelve a la vida

o se pierde para siempre el camino.
  del cual no se regresa como te pasa a vos.

 

ATRASO. *

 Caprichos cómplices de soledad
silencio y lágrimas de labios mudos,
encierro y falta de libertad,
la  cama vacía. . . Y solo una taza
de negro y amargo café. 
Mientras afuera transcurre la vida,
la culpa de todo el desamor
la tiene el mundo, que vive
sin tontos prejuicios a diario
descubriendo vida en libertad,
rompiendo antiguos mandatos
de culturas atrasadas socialmente.

Cuando se mueva tu eje.

  Cuando se mueva el eje

de  tu pesada angustia,

gritando tristes recuerdos

en hojas húmedas por tu dolor.,

Volverá el sol

brillarán colores de tus ojos

y besando tus empeines

acariciaré tus rodillas

posadas en mis hombros,

clavando tus unas en mi espalda

gritarás la poesía más bella,

y más  juntos que nunca

bailaremos a la noche,

mientras una llena

nos dará la bienvenida

allá en el delta, donde se cruzan

los ríos gritando libertad

y acariciando tu rostro

quedaremos detenidos en el tiempo.

VEINTE Y VEINTE. *

Mar del Plata, tarde de mucho viento y lluvia, pasando el faro camino a Miramar, un auto estacionado frente al mar sobre el verde pasto a metros de la ruta.

La trompa mirando el mar, y delante los altos acantilados y la fuerte lluvia que pega en el parabrisas como castigándolo.

Se comenzaron a empañar los vidrios, y el mar se desdibujó hasta encender el desempañador, ella miraba fijo el horizonte, ahí donde la línea del mar se confunde con las espesas nubes, en un nudo de sensaciones confusas entre el clima y visibilidad, el limpiaparabrisas iba y venía sin cesar, al igual que su mente que no encontraba el equilibrio justo entre cabeza y corazón.

Él la miraba fijamente, comprendiéndolo todo, en medio del silencio de palabras y el sonido del viento. La radio anunciaba más tormenta, más de cien milímetros ya se acumularon desde las cero horas del día de hoy.

Comienza a  anochecer, ella lo mira a los ojos y comienza a besarlo apasionadamente, él se afloja y se deja llevar por sus besos y sus manos hasta quedarse casi desnudo, al igual que ella que saca de la campera apoyada en el asiento trasero unas esposas, mientras él la besa apasionadamente con los ojos cerrados.

Velozmente, esposa su muñeca al volante y baja del auto, corriendo totalmente desnuda.

En décimas de segundo él la ve tirarse desde el alto acantilado y entra en un terrible pánico enloquecedor, pero intenta llegar al celular y llamar a la policía.

A las veinte y veinte llegó el patrullero, a él, lo están indagando, mañana con el amanecer, probablemente sepamos algo de ella, mientras en Mar del Plata sigue lloviendo torrencialmente, y el faro sigue girando una y otra vez como único testigo del desconcierto