entre vientos sucios y arremolinados.
Así, envuelta en la dulce plegaria
de la humanista postura

entre hermosas palabras
que pregonás a diario
sin cumplirlas para vos,
mujer de los velos envueltos
detrás de los pequeños ojos
que miran, sin ver, tu propia vida.
La que transcurre
en un laberinto con salida...
en donde dejarás la vida,
sin poder seguir,
sino para pensar en vos...
una vez en la vida.