se deslizó suavemente,

partiendo el día,
volaste.
Y, entre las suaves
luces del arco iris,
tu nombre se desdibujó
en la sombra,
y en la revuelta
cobija escocesa
te quedaste dormida
entre mis brazos.
El brillo de tus ojos, el color de tu cabello y la sensualidad que despliegas en cada palabra de enojo, solo está en vos, en las canas que e...