Escribo lo que pasa o lo que me pasa,
lo que veo o lo que invento;
lo que sueño o lo que apenas toco
cuando la vida me roza con el viento.
No sé si escribo verdades o reflejos,
si mis palabras caminan solas
o si son mis dedos quienes las arrastran
en un intento torpe de nombrarlas,
Te interpelo, lector,
no para que respondas,
si no para que sientas
esa misma pregunta quemándote la boca.
Por qué
así somos.
Hechos de pensamientos que tropiezan,
de sueños que se olvidan,
de realidades que se disfrazan.
Más allá de la forma,
más allá de la coma o del punto,
hay algo que busca decir sin saber qué dice,
como si cada palabra tejiera un mapa
sin rumbo fijo, pero con deseo.
No escribo por claridad, escribo por necesidad.
Por locura, por ternura.
Por esa grieta mínima entre el ser y el parecer.
Escribo poesía, simplemente.
Confusa, hilada, desbordada, rebuscada, sí,
como la vida misma.
lo que veo o lo que invento;
lo que sueño o lo que apenas toco
cuando la vida me roza con el viento.
No sé si escribo verdades o reflejos,
si mis palabras caminan solas
o si son mis dedos quienes las arrastran
en un intento torpe de nombrarlas,
Te interpelo, lector,
no para que respondas,
si no para que sientas
esa misma pregunta quemándote la boca.
Por qué
así somos.
Hechos de pensamientos que tropiezan,
de sueños que se olvidan,
de realidades que se disfrazan.
Más allá de la forma,
más allá de la coma o del punto,
hay algo que busca decir sin saber qué dice,
como si cada palabra tejiera un mapa
sin rumbo fijo, pero con deseo.
No escribo por claridad, escribo por necesidad.
Por locura, por ternura.
Por esa grieta mínima entre el ser y el parecer.
Escribo poesía, simplemente.
Confusa, hilada, desbordada, rebuscada, sí,
como la vida misma.