DISTANCIA DE ALMOHADA.

Detienes las tormentas

con la sutil inteligencia de mujer

esquivando los obstáculos más duros,

cada madrugada sales a la vida íntegra

y con tu rostro en alto desafías el día

sumergiéndote en él con orgullo.

Mujer de los mil días, nada te agobia

pero en la soledad de tu habitación

lloras sin lágrimas descansando el alma

y el cuerpo, sosteniéndote hora tras hora

en este mundo donde todo parece

derrumbarse a cada minuto menos vos.

Mujer de los mil colores, las musas

me hablaron de vos y entre mermeladas

de dulce amor, te dibujo en letras solo a vos

en blancas hojas
que sin mencionarte te reconocen

una y otra vez cada noche sobre 

la distancia de mi almohada. 

BAILA.

Te enoja la luz  y esquivas los espejos,
se frunce tu seño y el mal humor
descarrila en la noche esperada,
nada de eso es importante

pues el envase no es importante

y vos lo sabes, adentro del mismo

puede existir lo peor de la vida,

la mentira, el engaño y la falsedad,

desnúdate a la vida tal cual eres

sincera, educada y gentil

el resto es una simple pantalla

que engaña bobos paso a paso,

rompe los esquemas, deja de pensar

por los demás y vive la vida sin temores

pues nada ni nadie te impedirá 

el conocerte como sos

antes los ojos ciegos de lo más importante,

bella mujer que bailas abrazando

los días con tesón entre mis brazos

una y otra noche,
compartiendo la vida. 

VERTE.

Verte ir y venir
con esa amplia remera negra
endulza la mañana, tus pies

descalzos a la vida

tu cuerpo desnudo tras 

esa tela dibuja tu cuerpo

libre a la vida, eres magia,

y en este nuestro mundo

tu voz es el aroma suave 

que acaricia el mate y sonríe

hasta en la mañana más nubosa

del calendario que deja caer

sus hojas sin reproches

entre besos y aromas únicos

en la bella conjunción de

ser solo nosotros hoy y siempre,

desde aquella noche donde el río

nos unió en el primer beso. 

CANTANTE.

El encanto de tus breves silencios,

el suave aroma del perfume de tu voz

y esa simpática sonrisa que sacude el día,

son los bellos rasgos que enmudecen

mi presencia, mujer de magia azul

enredada en la vida de mis versos

sacudiendo las tardes y estirando las noches

hasta los hermosos amaneceres,

donde con el primer indicio de la claridad

sacudes el día e inundas mi vida

de bellos colores donde al sol,

que solo reposa en un tu cuerpo

para iluminar mis días en letras,

decorando Buenos Aires

con tangos en do menor sostenido

al bello encanto de tu voz. 

LLUVIA DE DOMINGO.

Tu rostro en  la penumbra 

de la triste  tarde de domingo

donde intento abrazarte en letras

sacude la nostalgias del barrio,

encerrado en la habitación

hiladas con algún sentido.

Los días pasan como el viejo 

tren de cargas que escucho a lo lejos

cada madrugada, tu sonrisa

inunda minutos, enciende la vida

y sopla las brazas que quedan

del fuego que ya paso por mis días,

de lejos me piensas, te pienso

y juntos volamos la historia

sobre viejos recuerdos

pero, abrazados a la vida

nos pensamos en la soledad

de un domingo más,

a cuadras de volvernos a abrazar

pasada la triste tormenta

que nos separa los domingos.

CONTENCIÓN.

Me escapé a la luz de la luna

y fugazmente las estrellas

se alinearon como pocillos

de café, en la barra de un bar 

semi abandonado por desidia.

Los semáforos me dieron luz verde

y aquella noche, los misterios 

se fueron revelando como las aguas 

de río, que transite lentamente aquella noche. 

El sinuoso camino se despejó,

con algunos besos perdidos en la memoria,

que nos mandamos virtualmente

y nunca se hicieron realidad

por la ancha vereda sobre la baranda de contención.

De ahi en más todo se transformó

y a la luz del sol, los sueños

se hicieron humo, entre miles 

de palabras nos encontramos

a contarnos la vida sin retorno,

la luna volvió, el viento se llevó

algunos viejos fantasma y la vieja

y trillada historia sin retorno,

se hizo realidad sobre la margen izquierda

del río, donde cientos de remeros fantasmas

sonrieron saludando la aventura

que comenzó con temor y 

día tras día se esfumó como fiesta sin luna

al paso de letras unidas, intentando

en la fragilidad de los minutos

recrear la vida sin temores,

al ritmo de viejas melodías en vinilo,

sabiendo ya, que detrás de una muralla,

existe, aunque quisas pocos sepan mi secreto.

NEGRO.

Negro el  vestido que luces

acomodando el día, silenciando la noche,

negro azabache como tu cabello,

suelto sobre tus hombros tapándote

del que dirán, pero nada será igual

pienses lo que pienses y digas lo que digas,

porque lo más bello está donde tiene que estar.

Negro y a oscuras con tu sola presencia

lucen tus ojos y engalana la habitación

tus bellas y sentidas reflexiones de vida.

Negro, y al diablo con él,

largo y al diablo con ese vestido, pues solo

vos, tu cuerpo y esas palabras

que me dices llenas de vergüenza, desde hoy

las debes esconder en el viejo ropero

de la alcoba, donde te resguardas de posibles daños.

Negro a de ser el encaje de tu ropa interior,

rojo blanco o del color menos pensado

porque detrás de todo, estas vos

que sacudes el otoño y brillas a media luz

cuando lentamente, beso tus empeines

te abrazo y te fundes a mí

que daltónicamente te veo, y te miro

de un solo color, el que tiene tu corazón

que a diario, late velozmente en cada encuentro

donde coloreamos la vida sin pudor,

enjaulando el amor entre paredes de cristal

y tu cuerpo mece en mis brazos,

una y otra vez húmedos de amor a la vida.

 

ESCAPE CONSENSUADO.

Me acunas en el silencio de tus brazos

agotados del trajín diario, pesado

de secuelas que rondan tu mente

y acosan tus días cargados de dolor,

sonríes desconectándote por algunas horas

alegras la tarde, disfrutas la noche

y como un cuento relatas tus días. 

Mujer de las mil noches, tu voz

despierta el día empujando nubes,

sobrellevando sueños y abrazando 

la vida sin reproches, para juntos

pasar el mejor de los momentos

abrazados al sol, la luna y las estrellas,

entre mates, abrazos y alegría,

en esa cuota de amor que construimos

en la soledad de estar presentes

en cada momento del paraíso

que construimos entre abrazos, besos

y una larga charla que nunca tiene fin,

solo son horas y escuetos minutos

donde a diario nos abrazamos a distancia

y en cada momento nos pensamos en el silencio

del día que comienza, la noche del descanso

y en los besos que solo vos replicas

una y otra vez en los silencios compartidos,

donde construimos el amor a solas

cuando nos escapamos del mundo.

  

PAÑUELO DECORADO.

El verano te cae bien,

el otoño dibuja tu rostro

en inquietantes aventuras

y el invierno te pone entre mis brazos

una y otra vez sin medida ni final,

pues eres primavera en tu sonrisa

todo el año, descalza a la vida

con corcheas que tu voz, solo descubren

el ameno tono del diálogo en re sostenido.

Bella como pocas, solo tus formas

encandilan la luna y despiertan el sol,

lo demás son simples cortesías

de esta enferma ciudad donde el esmog,

es más importante que la belleza

de saberte cerca en cada minuto del día, 

cuando me hablas y susurras tu vida

al compás de un tango que el cuarteto

dejó olvidado, en la vieja partitura de un tango,

a tus ojos sensibles de mis locas poesías 

envueltas en un pañuelo decorado solo para vos.

DISTANCIA.

Llueve sobre buenos aires
el viento sacude emociones
detrás de las paredes,

el cuerpo descansa

la mente vuela y vos,

te escapaste de entre mis brazos

perdiendo el calor de tu cuerpo

dormitando a mi lado,

la ventosa noche se aproxima

entre sombras de oxidados recuerdos,

me piensas, te pienso

y en la soledad de las letras

me buscas, me encuentras

y nos abrazamos una y otra vez

deseándonos a distancia

y el viento continúa

retorciendo las nubes, acariciando estrellas

cubriendo la luna, y cantándonos

muy suavemente una nueva canción

entre vos y yo, en el silencio del barrio,

que nos cobija a distancia.
  

TANGO.

 Aquella música con la que crecí 

es sinónimo de libertad,

en sus suaves y penetrantes 

movimientos esconden
sabiamente la frescura que 

lentamente conduce a seducir.
El aroma de sus notas 

que se funden en ritmos finos,
te transportan a mundos

inimaginables, poco a poco

pueden atrapar no solo tu cuerpo, 

si no tu alma, haciéndote perder 

la sensación de ser de este mundo.
Cada palabra apuñala tu corazón y tu razón,

quedas en un idilio del que ya no escapas
porque no quieres y no puedes, 

tal vez es su sonido; ya sus notas se han convertido 

en sentimiento para tu alma, para no salir jamás

de ese dos por cuatro de aquella esquina

donde se esfumó la barra y el umbral

que cada noche cobijaba los sueños perdidos

las ideas locas y los romances a media luz.