sábado, 27 de abril de 2024


Donde los sentidos se agudizan
el deseo se despierta, 
tu tacto se convierte en un llamado 
irresistible que me incita a explorar
territorios desconocidos. 
Cada caricia es un puente 
que trasciende las barreras del cuerpo, 
invitándome a cruzar fronteras 
hacia un mundo de sensaciones 
y placeres desconocidos.
La huella de tus ojos deja 
una marca indeleble en mi alma, 
trazando un camino 
hacia el tesoro más preciado: 
nuestra conexión única y personal. 
Eres la belleza que domina 
la oscuridad de la noche,
irradiando una luz propia que ilumina
mi camino y me guía hacia la plenitud 
del momento presente.
Tu voz, melodiosa y seductora, 
es el eco de los himnos del placer, 
resonando en el silencio de la noche 
y envolviéndome en un aura de pasión y éxtasis. 
A tus pies descalzos me entrego sin reservas, 
rendido ante tu encanto y entregado 
al vértigo del deseo en cada encuentro.

viernes, 26 de abril de 2024

 En el suave vaivén, bajo el manto de estrellas 
que observan curiosas, nos encontramos

en el umbral de un deseo compartido.
Cuyas fronteras son difusas y cambiantes,
como las sombras que danzan al compás del viento.
Tu piel, un lienzo sedoso que invita al tacto,
cada caricia es un susurro de placer
que despierta sentidos dormidos,
y en la oscuridad, nuestros cuerpos se entrelazan
como en una danza ancestral, un ritual de entrega.
Tus ojos, dos faros que guían mi camino,
reflejan la luz de la luna en su fulgor,
y en su profundidad encuentro un abismo de pasión
que me sumerge en un éxtasis sin fin.
Tu voz, un eco melodioso que acaricia mis oídos,
cada palabra es un susurro al oído
que despierta anhelos ocultos,
y en su cadencia encuentro la música del deseo
que me embriaga hasta los confines del alma.
En esta noche eterna, nos perdemos en el laberinto
de nuestras propias fantasías y deseos,
explorando territorios desconocidos
donde el placer y la lujuria se funden en un solo suspiro.
Y así, entre suspiros y gemidos,
nuestros cuerpos se convierten en uno solo,
enredados en la pasión y el deseo,
explorando los límites del placer sin límites,
hasta que el alba nos sorprenda
y nos encuentre, rendidos ante la dulce pasión del amor.

En la calma de la noche, me envuelve tu recuerdo,
como las aguas serenas de un río en su fluir constante.
Tu risa, suave murmullo que acaricia mis sentidos,
me sumerge en la marea de tus encantos.
Tu voz, melodía seductora que susurra al viento,
enciende la pasión en las profundidades de mi ser.
Es un río de palabras, que fluyen como corrientes,
arrastrando mis deseos hacia tu orilla.
Y en tus ojos encuentro el reflejo del universo,
profundos como el cauce donde se ocultan secretos.
Son aguas cristalinas que invitan a naufragar,
en la corriente de tu mirada, quiero ahogarme sin temor.
Tu sonrisa, destello de luna sobre las aguas,
me sumerge en un remolino de placer y ansiedad.
Es el eco de un río que susurra promesas al amanecer,
una invitación irresistible a perderme en su caudal.
Y tus labios, suaves como pétalos de loto,
son la brisa que acaricia mi piel con fervor.
Anhelo perderme en su dulce torrente,
y dejarme llevar por la corriente de tu pasión.
Así, en esta noche en vela, te escribo con fervor,
rendido ante la belleza que emanas como un río.
Sueño con navegar por tus aguas, explorar tus misterios,
y encontrar en tu abrazo el éxtasis de un amor eterno.


sábado, 10 de febrero de 2024

LLEGA. . .

Llega a toda prisa,
como la resaca del mar,
quiere entrar en su vida
como un huracán darle fuerza
para seguir adelante.
Su abrazo de aire corta su piel,
como un intruso que quiere conquistar
sus rincones más secretos.
Lo siente y lo reconoce.
Cierra los ojos, deja que se meta
en su corazón, tan adentro,
que se vuelve pétrea, entonces se calma,
por fin puede respirar.
El viento azota su rostro,
la luz de la razón la deslumbra
como si le revelara
qué juntos podrán vencer a la oscuridad.
Porque es inevitable torcer el destino,
y el mismo los reunió
en un aquelarre de letras.
Allá donde el barrio se sostiene del viento
para no caerse de la avenida de circunvalación.




domingo, 4 de febrero de 2024

SIENTE.

 Siente mi aliento acercándose,
como la brisa cálida de una noche de verano. 
Mis manos, exploradoras, deslizándose 
lentamente por la geografía de tu piel, 
trazando caminos desconocidos 
que solo el deseo revela. 
En la penumbra, nuestros cuerpos bailan 
al compás de una melodía secreta,
una sinfonía de gemidos y susurros 
que solo nosotros entendemos.
El roce de mis labios en tu cuello 
es como una caricia de seda, 
mientras mis dedos juegan 
con el encaje de tus pensamientos más íntimos. 
La pasión se eleva como una llama 
que danza en la oscuridad, 
iluminando cada rincón de este encuentro furtivo.
Desnúdate ante mí, no solo de ropa, 
si no de inhibiciones y miedos.
Permíteme descubrir los secretos que guardas 
en lo más profundo de tu ser, 
mientras nos sumergimos en la danza ardiente 
de los deseos compartidos. 
En este juego de piel contra piel, 
nos perdemos y nos encontramos una y otra vez, 
enredados en la sensualidad que únicamente 
dos almas apasionadas pueden crear.

jueves, 25 de enero de 2024

DESVANECER.

Mantengo la compostura hasta llegar a casa, 
donde desvisto mis ganas al verte. 
Beso a beso, te incito a fabricar verbos pecaminosos, 
palmo a palmo provoco tu deseo desenfrenado. 
Echo de menos tus manos y tus dedos a rabiar. 
Me corro casi sin pensar. 
Me gusta mirar, verte dormitar aún dentro de mí. 
Soñar despierta, húmeda y satisfecha. 
Eres primavera en este rudo invierno.
El cuarto se llena de suspiros 
y el silencio es cómplice de nuestras travesuras. 
Desnudos de inhibiciones, nos entregamos 
a la danza sensual de la piel contra piel, 
explorando cada rincón con la curiosidad
de dos almas perdidas que se encuentran en el éxtasis.
 Las sábanas se convierten en testigos mudos d
de nuestras confesiones y secretos compartidos en la penumbra.
Cada caricia es un poema recitado con los dedos, 
y cada beso es una promesa que sellamos con pasión. 
Nos perdemos en el laberinto de nuestras emociones, 
donde el deseo es el faro que ilumina nuestro camino. 
El tiempo se desvanece, y solo existimos tú y yo, 
envueltos en la magia efímera de este encuentro clandestino.
Después de la tormenta de emociones, nos sumergimos
en el silencio reparador, acurrucados el uno contra el otro. 
La complicidad se instala en el espacio entre nosotros, 
y las palabras se convierten en susurros que se desvanecen en la atmósfera. 
Así, entre sábanas revueltas y corazones latiendo al unísono, 
nos sumergimos en el sueño, aguardando el amanecer 
que nos despertará de este fugaz éxtasis.

lunes, 15 de enero de 2024

OCULTANDOSE.

 Bajo el atardecer de terciopelo, 
la tarde se despidió en compañía de nubes danzantes. 
El viento, como un cómplice silencioso, 
llevaba consigo la esencia de la soledad, 
un halo de recuerdos meticulosamente 
ordenados en el rincón del pensamiento.
En medio de historias compartidas por una voz invisible, 
se entreveía una sonrisa oculta tras la pantalla. 
La imaginación, prisionera del encierro, 
se rebelaba con susurros de amigos ausentes 
y paisajes que solo existían en el recuerdo.
Un viaje, la promesa de una playa, un paseo; 
sin embargo, el temor se alzaba como una sombra omnipresente. 
El miedo, disfrazado con cientos de palabras, 
encerraba en su núcleo la esencia misma de la vida. 
Siempre acechante, impregnaba las acciones
 con prejuicios y limitaba el accionar, 
convirtiendo la realidad en una cárcel de temores.
Entre las líneas, se vislumbraba la lucha 
entre la seguridad virtual y la valentía de ser protagonista en la vida real. 
Una dualidad que se manifestaba en cada palabra, 
recordándonos que, a veces, la pantalla 
es solo un velo tras el cual se esconde
 el desafío de vivir plenamente el hoy.

sábado, 13 de enero de 2024

VIVÍ.

 Aquella noche de viento a orillas de río, comprendí que no comprendías la realidad, que los años pasan y ciertas cosas de la vida cotidiana comenzaban a molestarle, los hijos crecen, como vamos creciendo todos, pero ellos tienen otros gustos, miran la TV


en plataformas que nosotros desconocíamos hasta hace poco tiempo, escuchan música muy diferente a la que escuchábamos y bailábamos nosotros y elevan el volumen igual o más, que lo hacíamos de jóvenes en el living de casa cuando nuestros padres querían descansar.

Comprenderlos es parte de la vida, del correr imparable, de los días, pero. . . no todos pueden y algunos optan por salir de la casa para no compartir los momentos esenciales de la vida, un almuerzo, una cena, un mate o un café, ese momento irrepetibles con quienes sin saberlo llegaron al mundo por nuestra decisión.

El mundo cambia, como cambia hora a hora las expectativas de este hermoso país que intenta minuto a minuto renacer de las cenizas a pesar de los baldazos de agua que muchos le tiran para dejarlo en coma.

Se terminó la fiesta, pero algunos no comprenden que la cena que antes se hacía en el restaurante, hoy se comparte en la mesa de casa y la mesa de la recoleta, en la calle Corrientes o el Ferroviario, o el recuerdo de los mejores frutos del mar sobre la vieja avenida, son el recuerdo de un tiempo que ya fue y que quizás por un tiempo no volverá.

Te molesta la guitarra eléctrica de tu hijo, como practica la batería del chiquilín o la música de tu hija que quizás no comprendes, compártelo un rato, agarra el termo y el mate y salí al parque, las noches son hermosas y disfruta de ese ritual, que es fascinante y si estás bien acompañado mejor, de estar solo, llámame y lo compartimos.

Olvídate por un tiempo de lo que hiciste y deja de quejarte recordándolo a cada rato, disfruta de tu casa, tu música, tus libros, tu música y tu serie favorita y aprovecha esa vez al mes donde te encuentras con amigos de toda la vida y se reúnen para verse, conversar o festejar un cumpleaños, quejándote no se consigue ni la libertad. ni el bien estar, todo eso está dentro tuyo y si lo compartís paseando por una plaza, agradece el momento, seguramente vendrán tiempos mejores, pero la felicidad está en vos y en tu casa, no afuera, dale tiempo a todo y el tiempo te hará feliz, pero no te duermas, es probable que un día, no te despiertes y sería una pena, más aún, si te enojas por no hacer lo que alguna vez hiciste, hoy es hoy, vivilo como tal, sonreí, camina pasea canta y sé feliz, vos y la buena voluntad harán el resto sin sufrimiento


ELLa.

Ella, musa de sus propios versos,
navega entre las aguas de la creatividad,
canta al viento sus emociones
y deja que el batidor sea testigo
de sus más íntimos pensamientos.
En su estudio, la luz tenue ilumina
cada trazo y cada palabra,
creando un santuario donde la expresión
es libre y desborda sin restricciones.
La paleta de sus emociones
se mezcla en un arcoíris de sentimientos,
donde los tonos oscuros de la tristeza
se encuentran con los vibrantes
colores del amor y la esperanza.
Ella, artista de su propia vida,
pinta cada día con la intensidad
de quien sabe que el lienzo del tiempo
es efímero y valioso a la vez.
Así, entre lienzos y letras, desnuda
teje la historia de su existencia,
dejando una huella imborrable
en el corazón del arte y la vida.





BAJO EL CIELO PORTEÑO.

     En el rincón de la memoria,
donde las sombras bailan
al compás de antiguas melodías,
te encuentro, musa de los versos
que brotan en el crepúsculo.
Pestañas de cristal que guardan
historias no contadas,
labios de sirena que susurran
secretos al viento nocturno.
Tus pupilas, diamantes que reflejan
la luz de la luna en cada parpadeo,
alma de arcángel que camina
entre los recuerdos del ayer.
En este laberinto de sensaciones,
te busqué en la noche mágica
donde el tango nació,
en los callejones de Buenos Aires
bajo el último suspiro de la primavera.
Vos sos la esencia
que perfuma mis pensamientos,
un cuento encantado en la calle sin brisa,
donde la noche sin luna
y el día sin sol cobran vida.
Solo vos encontrás
en el viejo laberinto de mis sueños,
donde el dos por cuatro marcas
el ritmo de nuestro encuentro
bajo el cielo porteño.

ENTRE SABANAS


Bajo la luz tenue de una vela,
tu cuerpo se convierte en poesía,
una sinfonía de formas y sombras
que danzan en la penumbra.
Desnuda en la penumbra suave,

tu piel refleja destellos dorados,
como si fueras la luna misma
tejiendo su hechizo en la noche.
Mis manos exploran cada rincón,
cada curva de tu anatomía,
como un navegante intrépido
navegando en los mares de tu piel.
Tus suspiros son versos susurrados,
palabras íntimas en el silencio,
y en este rincón de éxtasis compartido,
nos sumergimos en la sinfonía del deseo.
El tiempo se ralentiza,
cada caricia es una nota prolongada,
y en este momento eterno,
nos perdemos en la danza apasionada.
Bajo el manto de la noche,
somos cómplices de un secreto ancestral,
una conexión profunda que trasciende,
un encuentro de almas en el éxtasis sensual.

Entre Vos y Yo. +

El brillo de tus ojos, el color de tu cabello y la sensualidad que despliegas en cada palabra de enojo, solo está en vos, en las canas que e...