sábado, 5 de abril de 2025

 Dos vasos de boca ancha, pesados de whisky
para ser más exacto, hielo y debajo del brazo
la botella, ya por la mitad, a unos metros
no muchos y a orillas del río el muelle
sobre el río Carapachay, hacia el este la luna sobre
la espesa arboleda y el reflejo sobre las aguas
qué justo ahora vienen bajando del Paraná.
Una medida no más, y así pasábamos
la noche de sábado, después de la cena
antes de dormir y sin apuro, a la luz
de un simple y tenue farol sentados en la vieja escalera
mientras muy juntos y mirando correr la luna,
una y otra noche,vos, me acompañabas suavemente
con tiernos acordes de guitarra, yo te escribía
una y otra vez poesías, al color se tus mejillas, al tono
azabache de tu cabello, a tu hermoso timbre de voz,
y al corazón que encierras y desplegando
ternura en  tu mirada, las horas pasaban.
Cuando ya la luna dejaba el río nos íbamos a dormir
abrazando la noche en besos y los cuerpos en alma
para juntos despertar el domingo entre medias lunas,
allá en el Tigre, donde el Carapachay se adueña
de los sueños y los convierte por algunas horas en realidad.

 Atado a la curva de tu cintura,
me estiro como río entre tus valles,
agrando mi ser, me vuelvo fuego lento,
para entrar en vos sin prisa, sin medida,
como un loco que ha dejado la razón
en la orilla donde empieza tu perfume.
Me hundo en tus silencios con los ojos cerrados,
beso el temblor que se enciende en tu vientre
y me dejo llevar, torrente y naufragio,
por las rutas que dibuja tu deseo.
En cada pliegue me reinvento,
en cada jadeo me descubro,
y estallo, sí, como un grito contenido,
como un relámpago que no avisa,
como la última gota de una tormenta larga
que se evapora en tu piel,
dejando en el aire el aroma del temblor.
Perturbo mi calma, y la tuya,
como quien encuentra en el otro
el punto exacto donde arder sin miedo.
Y ahí, en el pulso compartido,
donde ya no hay tiempo ni distancia,
me ato a tu sombra, a tu voz entrecortada,
al placer que no se nombra
pero que todo lo llena.
Sé, sin pensar, que encontré
el puerto donde desembarco,
el suelo firme que mis pies desearon
en todas las noches sin abrazo.
Y allí me quedo,
en tu abrazo profundo y sin medida,
seguro del terreno que pisaré,
y del cielo que me cubrirá cuando te nombro
sin hablar, desde adentro.


lunes, 17 de febrero de 2025

 
Que el agua cante sobre tu piel
y arrastré la prisa de este día,
que cada gota, como un pincel,
dibuje en tu cuerpo la calma tibia.
Que el vapor acaricie en el aire
las últimas sombras de la jornada,
y al roce templado sobre tu piel
se funda el cansancio en la nada.
Deja que el perfume de la noche
se mezcle en tu aliento pausado,
que la cama reciba tu dulce derroche,
el sueño venciendo a lo agitado.
Duerme, sin peso ni prisa,
que la luna vele tu suave latido,
y si el viento llega con tenue brisa,
te llevé mi voz en un beso escondido.
Que el alba respete tu sueño profundo,
que el tiempo se rinda a tu descanso,
y cuando despiertes, en tu mundo,
se encienda el sol en tu abierta ventana.
 Llega el viento, susurro callado,
despeinando sombras, rozando la piel,
y en su frescura de aroma liviano
se lleva el ardor de este largo ayer.


En su danza tierna y secreta
apaga el calor que quemó la jornada,
se enreda en tu piel, caricia discreta,
y arrulla tu sueño con brisa templada.
Duerme, amor, que el viento te guía,
te eleva entre nubes, te envuelve en su vuelo,
y en el paraíso de la noche fría
descansas liviana, flotando en el cielo.
Que baje la fiebre del sol que ardía,
que el cuerpo encuentre su dulce equilibrio,
y en cada suspiro que el aire te envía
se quede mi beso, eterno alivio.









sábado, 15 de febrero de 2025

 
El viento te trajo en una noche callada,
donde la soledad pesaba en el alma.
Tu mirada incierta, un brillo escondido,
como quien teme volver a soñar.
Al principio, tus pasos dudaban,
la desconfianza era un eco lejano,
pero en cada palabra, en cada silencio,
dejabas caer el miedo en mis manos.
Bajo la luna de plata serena,
con el mate humeante y el río al compás,
largas historias tejimos al viento,
como dos almas que aprenden a volar.
Pero entonces llegó la tormenta,
el cielo rugió su canción ancestral,
y en tus pupilas danzaba el espanto,
un viejo temor difícil de ahogar.
Te cubriste el rostro, buscaste refugio,
susurraste en voz alta, no quiero mirar.
Las gotas, feroces, besaban la tierra,
y el trueno en la noche rompió tu paz.
Me quedé a tu lado, sin prisa, en silencio,
tomé tu mano con dulce calor,
es solo la lluvia, te dije despacio,
solo un susurro de nubes en flor.
Te aferraste sola con un gesto callado,
hasta que el miedo se echó a dormir,
y en tu sonrisa, tan pura y traviesa,
vi que la lluvia empezaba a partir.
Desde ese día, entre risas y cuentos,
el agua no trajo más soledad,
porque en mis brazos hallaste cobijo,
y yo, en los tuyos, mi eternidad.

sábado, 8 de febrero de 2025


 El alivio llega, como llega tu abrazo,
en una tarde de lluvia pausada,
cuando los pájaros se esconden callados
y el cielo nos cubre con su manta plateada.
El sol, que ardía sobre las horas,
cede su reino a la brisa serena,
y el mundo respira en tu risa de fuego,
en el roce sutil de tu voz que me quema.
Así llegas vos, con el alma encendida,
con palabras que bailan, que envuelven, que atrapan,
con tu picardía que enciende la vida
y vuelve con ternura lo que era a distancia.
El río murmura lo que no decimos,
testigo callado de nuestro secreto,
las gotas que caen dibujan en juncos
un mapa invisible de abrazos eternos.
No hay soledad si tu piel me nombra,
si tus ojos cantan en medio del viento,
y en la brisa dulce que juega en el agua
se enreda el latido de nuestro misterio.
Qué hermoso es saber que el tiempo se rinde,
que la tarde no es sombra, sino caricia,
porque en tu presencia todo es infinito,
y la vida, con vos, es pura poesía.

No hay muchas como ella,
contadas en los dedos de un destino caprichoso,
tallada en un molde que el tiempo rompió
para que nadie más pudiera imitarla.
Es un susurro de río en la siesta del campo,
un relámpago que no anuncia tormenta,
el vino exacto servido en la copa correcta,
la carta ganadora que nadie esperaba.
Tiene en los ojos la chispa de la infancia
y en la risa un eco que vuelve.
Camina sin prisa, pero deja huella,
como si la tierra la reconociera suya.
No es de nadie, ni siquiera del viento,
aunque el aire se enreda en su pelo
y la luna se inclina un poco más
cuando la ve pasar los viernes de verano.
Pero si me nombra, si me elige,
si sus manos buscan las mías en la oscuridad,
entonces el mundo entero se apaga
y solo existimos ella y yo.
Edición limitada, irrepetible,
un amor que no se mide en tiempo,
si no en la certeza absoluta
de que a su lado todo cobra sentido.

viernes, 31 de enero de 2025


 Su rostro guarda sombras leves,
preocupaciones que el viento disfraza,
pero en su boca florecen las risas,
curtidas por tiempo y batallas.
Camina ligera, esquivando el sol,
molesta del aire que abrasa la piel,
más nunca le tiembla la risa en la voz,
ni deja su vida doblarse en papel.
Entre cafés y palabras sueltas,
desarma el día con manos de seda,
divide el tiempo en finas rebanadas,
y siempre está donde la espera.
Su arte es ser única sin pretenderlo,
burlarse del mundo sin perder la fe,
ser fuerte en la selva de los atropellos,
y dulce refugio al caer la sed.

jueves, 30 de enero de 2025


 Me escapo del mundo
entre estrellas y barriletes,
escuchando un tango mezclado
con difuntos acordes de un viejo rock
en decadencia queriendo volver
a las inolvidables bateas de las disquerías.
Me escapo, y te llevo de la mano
intentando volver en poesías,
a vivir como lo hice antes del colapso global
y entre flores marchitas, busco
sonrisas dejando lágrimas, busco en tus ojos
la vida que vendrá, y cuelgo
la nostalgia en el camino, 
volando a la luna, que solo vos
me haces mirar ente las sombras
de un  país en quiebra, donde algún día
revivirá el amor de la palabra,
si todos sonreímos, como
vos ante la adversidad.
Me escapo y te llevo conmigo,
porque juntos reconstruiremos
con locas poesías de amor en bicicleta
un camino al sol en libertad,
pasando alguna frontera, buscando
lo que nos sacaron sin permiso
y por un largo tiempo guardaron 
para hacernos esclavos de su pensamiento
pero nosotros siempre buscamos la libertad, 
nadie ni nada nos detendrá porque,
como lo hicimos alguna vez entre balas
lo volveremos a realizar por nuestras ideas.

miércoles, 29 de enero de 2025

Entre trigales y cielos abiertos,
la casa respira en su lento latir,
donde el sol se demora en los huertos
y el viento susurra al venir.
Las mañanas despiertan con mate y rocío,
las tardes se estiran en sombra y en paz,
en la leña que crepita, en el río,
en la risa que no se va.
Una vez por semana, la ciudad nos reclama,
nos envuelve su ritmo fugaz,
pero vuelve la calma en la huella gastada,
cuando el campo nos vuelve a abrazar.
Y así pasa el tiempo, sencillo y eterno,
con la luna velando el umbral,
somos dos y la casa, el amor y el invierno,
y un domingo en la ruta rural.

martes, 28 de enero de 2025

Camina ella, la ciudad la respira,
sus zapatos rojos rozan el asfalto
como un susurro que enamora al aire,
como un tango que se desviste al paso.
El cielo porteño se inclina a mirarla,
le presta su gris, su azul desbordado;
y ella, con su andar de flor de milonga,
escribiendo en la brisa versos dorados.
Lleva un corazón tan grande, tan vasto,
que en sus latidos caben universos,
la romántica llama que arde en secreto,
y en su mirada, promesas y sueños.
Las calles la abrazan con su bullicio,
pero ella danza, ligera, invencible,
con ese fuego que la hace eterna,
con ese arte de ser imposible.
Zapatos rojos, pasos eternos,
bajo las luces de la ciudad despierta,
ella es poema, luna y misterio,
Buenos Aires la llama, y ella contesta. 

Entre Vos y Yo. +

El brillo de tus ojos, el color de tu cabello y la sensualidad que despliegas en cada palabra de enojo, solo está en vos, en las canas que e...