viernes, 29 de agosto de 2025

 Tus labios me devoran con hambre, me besas como si quisieras arrancarme el alma. Nuestras lenguas se enredan húmedas, chocan, se muerden, se reconocen. La respiración se corta, el deseo nos atropella y ya no existe nada más que el calor creciente en nuestros cuerpos.
Arranco tu ropa sin paciencia. La seda resbala por tu piel y deja al descubierto tu desnudez temblorosa, lista, ansiosa. Mis manos recorren cada curva, aprietan tus senos, juguetean con tus pezones hasta endurecerlos bajo mis dedos. Te escucho gemir, morderte los labios, estremecerte al sentir cómo mi boca se apodera de tu pecho y lo devora, lamiendo, succionando, arrancándote jadeos cada vez más fuertes.
Tu cuerpo arde. Mis manos descienden lentamente hasta tu entrepierna húmeda. El calor que emana de vos me enloquece. Te abro de par en par, deslizo mis dedos por tus labios mojados y mi lengua se hunde en tu sexo con ansia, lamiendo profundo, saboreando cada gota de tu excitación.
Tu clítoris late bajo mi boca, lo succiono con fuerza, lo acaricio con mi lengua, mientras mis dedos penetran en vos, entrando y saliendo rápido, mojados, llenándote, hasta hacerte gritar sin pudor. Tus caderas se mueven desesperadas contra mi rostro, tus manos me hunden más, como si quisieras que me perdiera para siempre en tu humedad.
De repente, tu cuerpo se arquea, tus músculos se tensan, y un gemido desgarrado anuncia tu primer orgasmo, explosivo, líquido, caliente. Siento tu flujo desbordarse en mi boca y lo bebo sin detenerme, mientras tu cuerpo tiembla convulsionando de placer.
Pero no te dejo descansar. Te levanto, te tomo de la cintura y te penetró de golpe, con toda mi dureza, arrancándote un grito que se mezcla con un gemido salvaje. Entro hasta el fondo, una y otra vez, cada embestida más fuerte que la anterior, chocando contra tu carne mojada con un sonido obsceno que llena la habitación.
Tus uñas se clavan en mi espalda, me arañas, me suplicas que no pare. Te penetró con furia, con hambre, mientras tus piernas me aprisionan como si quisieras devorarme entero. Cambiamos de posición: te pongo de rodillas, tu espalda arqueada, tus nalgas ofrecidas. Te tomo por detrás, duro, profundo, sujetándote del cabello, marcando mi ritmo salvaje. La visión de tu cuerpo temblando, tu culo chocando contra mí, me lleva al borde de la locura.
El clímax se acerca. Tus gemidos se vuelven gritos, jadeos ahogados, palabras sueltas sin sentido. Siento cómo tu sexo late y me aprieta, tus músculos se contraen en oleadas de placer. No aguanto más: te tomo fuerte, te penetro hasta el fondo y explotamos juntos en un orgasmo brutal, desgarrador, que nos deja exhaustos, sudados, temblorosos.
Caemos rendidos entre las sábanas empapadas, nuestros cuerpos aún palpitando, entrelazados en el calor del deseo satisfecho. Te abrazo, beso tu cuello, y sonrío al saber que esta noche aún no termina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

"Gracias por comentar mis letras....espero tu próxima visita....."

Entre Vos y Yo. +

El brillo de tus ojos, el color de tu cabello y la sensualidad que despliegas en cada palabra de enojo, solo está en vos, en las canas que e...