A Diario.

Solo quisiera llegar a tu corazón

para vivir con toda felicidad

hasta el último segundo de mis días,

sabiendo estar cerca tuyo

aunque estemos a distancia,

pero escucharía tu voz

y disfrutaría escribiéndote

a diario, como lo he hecho

en el silencio, entre libros

acomodados desprolijamente.

Pasaría del tablero al cuaderno,

del cuaderno al bastidor y disfrutaría

el arte de amarte en 

todas las dimensiones posibles,

guardando en silencio

tu nombre hasta 

que vos me lo permitas

comentarlo públicamente,

de no ser así, el color de tus ojos

morirá conmigo, el tono de tu voz

me lo llevaré conmigo,

y cada encuentro programado

será una fiesta de la vida,

juntos bailaremos

entre palabras los mejores momentos

de nuestra segunda adolescencia,

tomados de la mano 

por las calles de quien sabe dónde,

pero viviendo para hacerte 

y ser feliz todos los días,

todo esto es una locura

está más lejos de la realidad

que la luna que te ilumina,

pero dejame soñarte como posible,

dentro de las letras, las palabras

y los dibujos donde te encuentro a diario.