*MÁS ALLÁ.

Sacudes el tiempo
en los fríos días
del prematuro invierno,
corriendo las horas,
descalzando el viento
y, entre golondrinas,
llevas con la pluma
palabras sentidas
en poemas vivos
de cruda realidad,
mujer de las letras,
pasajera del tiempo,
te abrazo en mis noches
de insomnio y soledad,
esperando el día
del abrazo eterno,
entre nuestras letras
y algún más allá
.

*NOVELA EN VERSO.

Entre nubes de espuma

agitando el viento,

llega tu perfume

tan suave y cordial,

que deja en mi pecho

la alegre fantasía
de saberte cerca
y no escapar jamás,

de esta novela

escrita en verso vivo,

donde actúas,

de mi mano,

y te conviertes

en letras con el recuerdo.

*BELLA.

Bella entre las noches
de mi eterna soledad,
tus versos recrean la vida
alegrando los días,
acariciando el alma,
acurrucando las horas,
desplegando en consonantes
y vocales el fin del destierro
de sucias palabras,
en alegres noticias de amor,
bella sirena de las letras
tu voz salva la mediocridad
bañando el sol,
despertando estrellas
y acompañándome a diario
la vida en sueños.

*EL HILO DE LAS EMOCIONES._

Hemos hablado de tus días,
me has contado de tus alegrías,
tristezas y proyectos; te conté mis largas
noches en vela buscando la utopía,
escribiendo quién sabe para qué,
y se nos fue la noche mirándonos a los ojos

comiéndonos los labios con la vista
y el abrazo con las palabras,
mientras nos pasaba el otoño sin animarnos
a decir nada más,  pronto volveremos
a vernos, para volver a transitar
el hilo de las emociones entre adrenalinas
cruzadas tomados de la mano.

*BORRADAS CON EL SOL.

Labios de suave terciopelo
acariciaron las yemas
de mis dedos
en la noche cálida de abril
y, entre finas caricias,
nos fuimos desplazando
bajo la luna,
sobre sábanas
de sutil perfume,
entre estrellas
de multicolores azulados,
sonrisas de caramelos
y espumosas mentiras
que solo el sol
borrará a su salida.

*LÁGRIMAS DE CRISTAL.

Mientras duermes
los sueños vuelan,
las caricias escuchan
y los sonidos bailan,
entre nubes transita
la belleza de tu cuerpo
perfumando la luna,
descansando el alba,
niña de las hora sueltas
y los sueños enhebrados,
ven cuéntame
la fábula del dulce amor
y descansa entre mis brazos,
mientras sonrío
entre lágrimas de cristal.

*ESTALLIDO.

Tenue, discrepante, sutil,
desde el rincón
acompañas el latido
susurrante, ingenuo, cómplice
del sudor de nuestros cuerpos
en la fría noche del invierno,
mientras los brazos
se confunden en manos
de caricias y los besos
hablan en silencio,
sube la humedad,
destellas, ríes y acompañas,
deslizando tu cuerpo
en alma, abrazando
mi corazón en quiebra
entre lágrimas de olvido,
la luz, en el rincón,
estalla. . .

*CERTERO MOTIVO.

Después del saludo
llegaron los pocillos
y con el café
la tan esquiva,
inevitable despedida.
El sol acompañó
la llegada del encuentro
y con la luna
y las tenues estrellas
de la fría noche,
nos fuimos confesando,
delatando, descubriendo
y terminando de conocer.
Antes de la partida,
te dije todo lo que pensaba,
me dijiste todo lo que tuviste
ganas de contar,
y con un fuerte abrazo
te deseo lo mejor.
Conversando la gente se entiende,
hasta en los momentos más duros,
cuando duele el corazón
pero con motivo certero.

*DESAYUNEMOS.

Revueltas sábanas del amanecer,
aroma de tostadas
perfume de mujer,
sol entre cortinas
buscando penetrar
el cuarto superior
y ruidos de viejos escalones
de madera,
debajo el arco iris de sueños,
la dulzura de la mermelada,
la mañana y la lentitud
de tus pies descalzos
luego de la noche soñada.
Ven entre mis brazos,
desayunemos,
el día más hermoso
del final menos esperado
y parte con el fuego
cicatrizando heridas,
te esperan . . .
entre fuegos y luces.
Detrás de la puerta,
está tu vida.

*CONTIGO.

Algún día
dejaré el cigarrillo;
apostado en una esquina,
comenzaré
a dormir por las noches
y a disfrutar el día;
dejare de llenar
hojas con garabatos
y escribiré
mi última poesía . . .
ese día,
llegaré de madrugada,
abriré la puerta
y pasarás vos,
antes de cerrarla,
para juntos
seguir la vida.

*ROSTRO GRIS.

Entre nubes grises
se fue la tarde,
un domingo más
sacudió Buenos Aires.
A orillas del río,
caminé la tarde
soplando recuerdos,
lagrimeando viejas historias,
perfumando el pasado
del rico presente,
y en cada paso descubrí
la magia de saberte
siempre cerca,
pues nadie ocupará tu lugar,
ni en la soledad más pura
de la sonrisa oculta al viento . . .
vos seguirás siendo
el sol de cada anochecer,
en mi mirada.