domingo, 23 de junio de 2024

 Navegando el Paraná, río de misterios y leyendas,
en sus aguas amarronadas y sus corrientes impetuosas,
se despliega un mundo de belleza y memorias,
donde la naturaleza y la historia se entrelazan poderosas.
El sol se refleja en la superficie brillante,
creando destellos dorados en la mañana temprana,
y el viento suave susurra historias de antaño,
mientras avanzo, explorando sus entrañas.
Las islas se alzan como verdes oasis,
refugios de vida en medio de la vastedad,
donde aves y criaturas encuentran su morada,
y me maravilla ante tanta diversidad.
Los sauces llorones se inclinan sobre el agua,
como guardianes antiguos de secretos milenarios,
y en cada recodo, en cada curva del río,
hay un nuevo paisaje, un espectáculo extraordinario.
Navegar el Paraná es adentrarse en un sueño,
donde el tiempo parece detener su curso,
es dejarse llevar por su ritmo sereno,
y encontrar en su cauce un poema en curso.
Las ciudades y pueblos a lo largo de sus orillas,
cuentan historias de hombres y mujeres valientes,
que encontraron en este río su vida, su sustento,
y dejaron en sus márgenes sus huellas persistentes.
El Paraná, con su poder y su gracia,
es un símbolo de vida, de movimiento constante,
un recordatorio de la fuerza de la naturaleza,
y de la belleza de un viaje siempre cambiante.
Al navegar sus aguas, uno se siente pequeño,
ante la inmensidad de su corriente interminable,
pero también parte de un todo grandioso,
una aventura sin fin, en este río admirable.
Así, sigo navegando el Paraná,
dejando que sus aguas me guíen con suavidad,
descubriendo en cada tramo, en cada instante,
la magia y el misterio de su infinita profundidad.


 Mujer valiente, que cargas con cicatrices,
marcas de una batalla que no elegiste pelear,
en tus ojos hay una historia de luchas y matices,
y en tu corazón, la fuerza para nunca dejar de soñar.
Sé que el dolor ha sido un compañero cruel,
que el miedo te envuelve en su oscuro abrazo,
pero en tu espíritu indomable, hay una luz fiel,
que brilla incluso en el más profundo ocaso.
Cada golpe recibido, cada palabra cruel,
no han logrado apagar tu esencia luminosa,
porque en vos reside la valentía del amanecer,
una fuerza interior, constante y poderosa.
Estás envuelta en defensas, protegiendo tu ser,
como un castillo erigido en medio de la tormenta,
pero dentro tuyo, hay un deseo de renacer,
de encontrar la paz, de soltar la carga lenta.
Permítete, mujer, creer en la esperanza,
en la posibilidad de un mañana más ligero,
donde el amor y la bondad tengan su danza,
y en tu vida reiné un sol más duradero.

Cada día es una nueva oportunidad,
para reconstruir, para sanar tus heridas,
no dejes que el pasado defina tu realidad,
tienes derecho a vivir una vida vivida.
Eres más fuerte de lo que imaginas,
cada cicatriz es un testamento de tu poder,
y aunque ahora te envuelvan sombras y neblinas,

el futuro te espera con mucho que ofrecer.
No estás sola en este arduo camino,
hay quienes te apoyan, quienes te entienden,
abre tu corazón a ese amor divino,
que en la empatía y la comprensión se extiende.
Mujer valiente, levanta tu mirada,
mira al horizonte con nueva esperanza,
cada paso que das es una victoria ganada,
y en tu ser florece una indomable confianza.
Así que, sigue adelante, con coraje y fe,
deja que el amor propio sea tu guía,
porque mereces más que solo sobrevivir,
mereces una vida plena, libre y sin agonía.
 Déjenme contarles sobre ella,
una mujer única, dulce y bella,
aunque solo la conozco de miradas furtivas,
en su presencia encuentro algo que cautiva.
Cada vez que la veo, el mundo se detiene,
hay una luz en sus ojos que todo lo contiene,
su sonrisa es un susurro de la primavera,
un rayo de sol que ilumina donde quiera.
No sabe que habita en mis pensamientos,
que su imagen es un refugio en mis momentos,
la veo en la distancia, con un aura de misterio,
como un poema vivo, un sueño etéreo.
Es como un jardín secreto en plena floración,
con una dulzura que inspira devoción,
su voz, aunque apenas la escuché, es melodía,
un canto suave que endulza el día.
No es solo su belleza lo que me hechiza,
es su esencia, su gracia, su risa,
hay algo en ella que va más allá de lo visible,
una profundidad que la hace irresistible.
Cuando pasa, el aire parece más liviano,
como si el mundo se tornara más humano,
es un encuentro de almas en silencio,
un sentimiento puro, un sincero aprecio.
Les cuento esto a ustedes, mis amigos leales,
porque necesito compartir estos detalles,
es un secreto que llevo en el corazón,
una admiración silenciosa, una tierna emoción.
Ella no sabe del efecto que tiene,
de cómo su presencia mi día embellece,
es un tesoro que guardo sin prisa,
una inspiración constante, una eterna sonrisa.
Así que amigos, ahora conocen mi secreto,
sobre esta mujer única, dulce y bella,
que sin saberlo, en mi vida tiene un asiento,
y en mis pensamientos, siempre deja su huella.



sábado, 22 de junio de 2024


 Ella rompió el molde, única y radiante,
con una chispa de magia que no se puede explicar,
y en ese instante, en esa primera mirada,
mi corazón supo que no había vuelta atrás.
Su esencia, tan pura y brillante,
era un imán que atrajo mi ser sin resistir,
cada gesto, cada palabra suya,
era una melodía que me invitaba a sentir.
No fue solo su belleza, aunque deslumbrante,
fue su alma, profunda y sincera,
su risa, su mirada, su manera de estar,
todo en ella era un poema de vida y quimera.
Desde el primer momento, supe que estaba perdido,
en el laberinto dulce de su presencia,
ella, que rompió el molde de lo ordinario,
se convirtió en mi razón, mi anhelo, mi esencia.
Cada día descubro nuevos destellos,
en su ser que nunca deja de sorprender,
y aunque el tiempo pase, mi amor por ella crece,
porque en su singularidad hallé mi eterno amanecer.
Así, enamorado desde esa primera vista,
celebro su existencia, su ser incomparable,
ella, la que rompió el molde con su gracia,
es mi musa, mi amor, mi todo, inigualable.

INDOMABLE

 Indomable, como el viento que no se puede contener,
surca los cielos con su propia melodía,
suspicaz, con una mirada que todo lo desvela,
penetrante, aguda, una llama encendida.
Terrible, en su fuerza y su valentía,
nada la detiene, ningún obstáculo la frena,
única, con una esencia que desafía las normas,
ella es un universo en sí misma, una estrella serena.
En su risa hay destellos de libertad salvaje,
en su voz, la fuerza de mil tormentas,
es un misterio que no se desentraña fácilmente,
un enigma que fascina, que atrae y atormenta.
Indomable, porque su espíritu es libre,
no se ata a convenciones ni a expectativas ajenas,
suspicaz, siempre alerta, siempre consciente,
es la guardiana de sus sueños y sus penas.
Terrible, en su pasión y su fuego interno,
quema con su presencia, ilumina con su ser,
única, porque no hay otra igual en este mundo,
es la amalgama perfecta de lo real y lo ideal.
Así es ella, un huracán y una calma,
una dualidad que desafía la comprensión,
en su ser, hallé mi admiración y mi paz,
porque en su indomabilidad, descubrí mi razón.

 En los silencios profundos de la noche,
cuando las estrellas son solo un eco distante,
la soledad se sienta a mi lado,
como una vieja amiga, inmutable y constante.
En sus brazos encuentro un refugio extraño,
donde los pensamientos fluyen sin barreras,
es un espacio de introspección y calma,
un espejo que refleja mis quimeras.
La soledad, con su manto de quietud,
me envuelve en una danza de sombras y luces,
es en su compañía donde me descubro,
donde cada rincón de mi alma desmenuzo letras.
En sus rincones encuentro mis musas,
mis anhelos, mis sueños no contados,
es un diálogo sin palabras, una conexión íntima,
con lo más profundo de mi ser, no alterado.
A veces, la soledad pesa como un yugo,
otras, es un alivio suave y necesario,
es la musa de mis pensamientos más claros,
y la sombra de mis días solitarios.
En su compañía aprendo a ser yo mismo,
sin máscaras, sin ruido, sin prisas,
es en su silencio donde hallo mi voz,
donde cada suspiro se convierte en brisa.
La soledad no es enemiga, ni castigo,
es una compañera que invita a la reflexión,
es en su abrazo que encuentro mi fuerza,
y la serenidad de mi corazón.
Así, en la soledad, me hallo y me pierdo,
navego sus mares de introspección profunda,
porque en su vastedad, en su quietud sincera,
descubro que también es parte de mi mundo.



 Amigo, en tiempos de voces alzadas y divisiones,
donde las diferencias se convierten en barreras,
nuestras ideologías nos separan como mares,
y el enojo hiere con palabras que son flechas certeras.
Eras mi compañero en risas y sueños,
un refugio en las tormentas de la vida,
pero ahora, en este abismo de opiniones,
nuestro vínculo se tensa y se desliga.
Las palabras duras son lanzadas como dardos,
insultos que rasgan lo que construimos juntos,
olvidamos que en la diversidad está la riqueza,
y en el respeto, la base de nuestros asuntos.
Amigo, te pido que recordemos los buenos días,
cuando nuestras diferencias eran puentes, no muros,
que el desacuerdo no sea una guerra sin sentido,
si no un diálogo que enriquezca, sin oscuros murmullos.
Cada uno de nosotros tiene su verdad y su camino,
pero el cariño y el respeto deben prevalecer,
no dejemos que el enojo destruya lo compartido,
ni que las ideologías apaguen el amanecer.
La amistad es más que un acuerdo de ideas,
es el apoyo, el amor, la comprensión sincera,
podemos debatir, discutir, incluso oponernos,
pero nunca olvidar que la amistad es primera.
Amigo, bajemos las armas de palabras hirientes,
reconozcamos que somos más que nuestras opiniones,
que en la empatía y el entendimiento hallamos la paz,
y en la amistad, la luz que disipa las tensiones.


 Escuchar es una forma de amar en silencio,
es abrir el corazón sin pronunciar palabras,
es el gesto humilde de dar sin esperar,
es ofrecer el alma, sin hacer alarde ni fanfarria.
En el arte de escuchar se encuentra la ternura,
es un abrazo invisible que calma y sostiene,
es estar presente en la risa y en la amargura,
es el eco del amor que en el silencio se mantiene.
Es captar cada susurro, cada suspiro perdido,
es leer entre líneas lo que el alma expresa,
es valorar la voz del otro como un latido,
es estar ahí, sin juicio, solo con pureza.
Escuchar es un acto de profundo respeto,
es abrir una ventana hacia el mundo ajeno,
es brindar un refugio, un seguro amuleto,
es decir te entiendo sin emitir un solo sonido.
Es sentir la vibración de cada emoción,
es acompañar en el viaje del pensamiento,
es estar al lado en la duda y en la afirmación,
es ser el soporte en todo momento.
Es un amor que no necesita ser proclamado,
que se nutre del silencio y la presencia fiel,
es un vínculo invisible, fuerte, inquebrantado,
que en cada escucha encuentra su razón de ser.
Así, escuchar es una forma de amar en silencio,
un acto sagrado de entrega y comprensión,
es la manera más pura de brindar un aliento,
es la esencia del amor en su más noble expresión.


miércoles, 19 de junio de 2024

 Ante la hipocresía y el fanatismo me rindo,
con un suspiro que lleva el peso del desencanto,
en un mundo de máscaras y gritos sin sentido,
me encuentro solo, buscando un resquicio de paz.
La hipocresía, con su rostro cambiante,
es un espejo roto que refleja mentiras,
promesas huecas, gestos vacíos y falsos,
que desdibujan la verdad y envenenan el alma.
El fanatismo, con su fuego ciego y furioso,
consume la razón, ahoga la voz del diálogo,
dividiendo corazones, sembrando odio y miedo,
en su sombra oscura, la esperanza languidece.
Me rindo, no por debilidad, sino por cansancio,
de luchar contra un muro de indiferencia y engaño,
de buscar claridad en un mar de confusión,
donde la sinceridad y la empatía parecen un sueño lejano.
Pero en esta rendición hay un eco de resistencia,
un anhelo persistente de un mundo diferente,
donde la verdad sea el norte y el respeto la guía,
donde la humanidad florezca, libre de cadenas y prejuicios.
Aunque me rinda hoy ante la hipocresía y el fanatismo,
mi espíritu busca todavía la luz en la oscuridad,
esperando que en algún rincón, en algún gesto sencillo,
la autenticidad y el amor prevalezcan y triunfen al final.
 En las olas de la risa y el llanto,

cuando el sol brille o las sombras te envuelvan,

a tu lado estaré, firme y constante,

tu refugio en la tormenta, tu luz en la calma.

En los días de gloria y los de tempestad,

cuando los sueños florezcan o se desvanezcan,

puedes contar conmigo, sin dudar ni un instante,

estaré, en cada paso, en cada latido.

Si la tristeza te abraza con sus frías manos,

y la adversidad te susurra su oscuro canto,

seré tu fortaleza, tu escudo y tu espada,

en tu lucha estaré.

En la alegría compartida y en la soledad más honda,

en los días de verano y en las noches de invierno,

tu confidente, tu apoyo, en todo y en nada,

no temas ni un segundo,

en la risa, en la tristeza, en la adversidad,

aquí estoy, hasta el último aliento,

porque en esta vida, juntos somos eternidad,

solos, no es recomendable. 






martes, 18 de junio de 2024

 La profunda sensación de abrazarte,
mujer cálida e inteligente,
es como un refugio en el alma,
acariciar tu rostro, instante presente.
Tu piel es un poema, suave y sincero,
en el abrazo encuentro el universo entero,
tu calor es consuelo, tu abrazo es hogar,
en tus brazos, mujer, me dejo llevar.
Cierro los ojos y siento tu latido,
cada suspiro tuyo es compartido,
mi mano en tu rostro, delicado y sereno,


despierta caricias, un momento pleno.
En la noche, la luna nos mira correr,
testigo silente de nuestro querer,
su luz nos envuelve en un manto de plata,
en tu abrazo, todo el mundo se desata.
Tus ojos reflejan estrellas y sueños,
en tu mirada, el cielo se torna pequeño,
la luna sonríe desde su trono celeste,
mientras en abrazos, mi corazón crece.
La noche es testigo de nuestro encuentro,
un abrazo profundo, el tiempo es lento,
acaricio tu rostro, cada línea y curva,
en este momento, me siento libre.
Eres mujer cálida, de inteligencia clara,
tu presencia es un faro, en la noche más rara,
abrazarte es sentir la vida en plenitud,
una conexión sincera, pura virtud.
La luna nos observa, serena y brillante,
mientras te abrazo, instante tras, instante,
en tu calor hallo paz, en tu ser, comprensión,
eres un sueño vivo, una dulce canción.
Así, bajo el cielo estrellado y la luna radiante,
en tu abrazo encuentro un mundo constante,
acariciar tu rostro, ver la luna correr,
es la dicha perfecta de la mejor noche.

Entre Vos y Yo. +

El brillo de tus ojos, el color de tu cabello y la sensualidad que despliegas en cada palabra de enojo, solo está en vos, en las canas que e...