Te desnudé
olvidando la lentitud
y fueron cayendo como estrellas
prenda por prenda
las tuyas y las mías,
al suspiro de sábanas
recibiendo tu cuerpo
sentí el vapor dilatado
a punto de explotar
entre mis brazos.
Quise dilatar los mitos
y rompí la teoría
“no siempre el cerebro,
controla el corazón”,
pero era la hora
también el lugar.
Deslízate, no escapes,
se hizo realidad,
me tienes a tu lado
como tu también
lo has soñado.