Mezclando perfumes franceses,
caminamos aquella tarde de enero,
el sol brillaba más suave que días anteriores,
y el mar sacudía las arenas lentamente
hacia la costa en un ir y venir acompasado.
Tu mano transpiraba agarrando la mía,
a paso lento fuimos caminando la costa
hacia el sin prisa, al regreso
comenzaba a caer el sol tras la ciudad
y en un beso tu cuerpo se desplomó
en mis brazo, tus manos
estaban frías,los nervios, tu mente,
y tus pasos comenzaban a acelerarse
al igual que los míos al destino final.
Bailamos el sudor bajo la ducha
juntos por primeras vez, se entibiaron tus manos
y ambos nos entregamos de cuerpo a la vida,
aquella tarde noche inolvidable
donde todo comenzó y al amanecer
después de muchas promesas,
no nos volvimos a ver nunca más.
Hoy camino la costa dibujando recuerdo
buscando tu nombre en las olas,
tu cuerpo en el viento, pero nada es igual
y en algún lugar sé que estarás
buscándome en silencio como lo hiciste
aquella mañana cuando entre gaviotas
te vi llegar a la playa desnuda de la vida.
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