sin punto final ni moraleja oculta.
Entre renglones de rompecabezas,

de inútiles recuerdos,
la niña partió sin rumbo
dejando mentiras tras sus paso,
promesas en sus palabras
y huecos de sin razón,
en un tiempo perdido,
sin color, ni ton ni son,
pero... al divino botón
.
ME ENCANTÓ.
ResponderEliminarPROFUNDO , VERÍDICO Y SENTIDO.
SOLO LO DEL BOTÓN NO PEGA NI ENTIENDO.