que juntos nos vieron pasear.
Ni tampoco a esos ríos,

en donde comenzamos a conversar,
mientras aquel sol de verano
vigilaba desde lejos
nuestros diálogos deliciosos.
Pero sé . . .
que el tiempo hará posible
que volvamos a encontrarnos,
como cada noche juntos,
en silencio, lo deseamos.