martes, 11 de febrero de 2020

TRISTE DESPEDIDA. *

Te busqué por todas las calles
de este loco Buenos Aires,
desarmado entre
corcheas sostenidas,
al ritmo tristón
de algún tango nostálgico,
en las noches de viejos bodegones,
colmados de nostalgia
pero el río se llevó tu nombre
en el recuerdo y hoy . . .
Recorrer aquellos rincones
compartidos a besos y
profundos abrazos,
son la triste melodía inconclusa,
de aquello que un día
pudo ser y por magia,
se esfumó con la luna
en la última madrugada,
cuando el sol estalló
entre las estrellas y vos,
partiste con él sin despedida.

PARÉ. *

Paré para conversar en
la soledad de la noche,
desde mi corazón hacia
la soledad de tu cuarto
dónde encuentro 
cada día la calma, 
que llega de tu suave
forma de decir y comprender
cada intención surgida,
desde el hemisferio de los
profundos sentimientos,
acompañándonos en el baile 
de cuerpos enlazados que a diario,
cuando la luna nos presta la
melodía encantada bailamos juntos, 
en el difícil y hermoso camino 
de nuestra increíble y única historia,
rodeada de duendes guardianes de secretos
de ambos compartidos y jamás revelaremos.

lunes, 10 de febrero de 2020

SIN VOZ. *

Con la prolija taza de café,
cada noche acompañada de suaves sábanas,
tu cuerpo descansa del trajín laboral,
y destierra nostalgias en la mente;
del otro lado las palabras van y vuelven
en un sincronizado estallido de viejos
y dolorosos recuerdos vividos.
Así, compartiendo, sonriendo, conociendo
y escuchando la casualidad de una música
por el duende elegido, pasa un día más
de grata sincera amistad, de profunda confidencia,
en un común acuerdo explícito sin programar
en el profundo silencio de la noche
donde la voz, ya esta de más.

HILANDO LA VIDA. *

El mensaje esperado, la palabra justa,
cálida amable y cautelosa de cada día,
la lucha de pudores y el sutil combate
de las confesiones, el paso de los minutos,
las horas y los días, rompiendo barreras
violando escrúpulos saltando obstáculos
así eres, porque sé, que ya existes
cuando todo estaba perdido llegaste
a cambiar la rutina, cuando todo estaba oscuro,
penetrando como el sol de cada noche
en el rincón más oscuro, y cerrado del alma
para llenar con sonrisas los rincones ocultos,
donde las palabras se desnudan sobre 
renglones de emociones, hilando la vida.

domingo, 9 de febrero de 2020

MEDIA NOCHE. *

Medianoche, en segundo comienza
otro interminable y hermoso día,
el sol posiblemente ilumine dentro
de algunas horas tu ventana,
quizás el balcón o el patio trasero.
Después del desayuno comenzaras
a dibujar la vida entre pinceles
con varios colores de oleos, acuarelas
o tal vez cientos de píxeles ubicados
estratégicamente, darán forma a esa
obra nueva que con pasión
estalla en tu mente y se plasma,
en el último bastidor del viejo atelier.
El café huele de maravillas, su vapor
aromatiza las telas y envuelve de colores
el atril y en minutos la mañana
comienza a bailar el ritmo del otoño
mientras caen acompañando la brisa
cientos de hojas doradas sobre buenos aires.
Mientras tanto, lejos del ruido
te pienso entre viejos vinilos
girando una y otra vez perdiendo
la cuenta de sus vueltas y en el viejo
anotador carta cuadriculado una vez más
te escribo a la luz de la luna
sin que vos lo sepas, ni lo imagines.

VOS. *

Tus voz tiene el perfume de las acacias,
el ritmo del jazz, el color del desayuno
y ese no se que del último tango
que Rivero canto en Viejo Almacén.
Todo tiene magia cuando dices,
cuando escuchas y aconsejas
por que solo vos, sabes escuchar
cuando callo, como yo, se como
y cuando ríes aunque no sonrías,
sera por eso que no hay distancia
en nuestros diálogos y,
caminar juntos es un regalo
de la vida con sol cada noche compartida. 

MAÑANA AL SOL. *

Tus pies sobre la arena,
tu cuerpo al sol y una larga
caminata en la mañana,
los acantilados reflejan
historias ocultas en sus
entrañas que a golpes
de olas y viento, nos cuentan
el secreto de la vida,
y nosotros nos hablamos
la vida caminada
de la mano, mientras
el sol se hace cómplice
de nuestros abrazos,
nuestras risas, y hasta
de las lágrimas que
marcan nuestro rostro
pegándose para no olvidarlas.

HOY *

Intento secar lágrimas, sin borrar recuerdos,
busco sacar sonrisas, cuidando tu sensibilidad.
Sueño compartiendo horas de sana complicidad.
Quiero tomarte del hombro llevarte a mi lado
e intentar después de horas de conversación
cafés, mates y paseo, no separarnos más,
estés donde estés siempre a tu lado,
estar protegiéndote como a la mujer
más bella y única del universo.
Vos, todo esto ya lo sabes, lo negás,
pero al igual que yo, lo sabes.


AMOR. *

 Escondidos de las estrellas, envueltos en sábanas,
nuestros cuerpos dialogan lentamente la noche,
entre sábanas azules y rendijas de luz.
En el afuera canta la luna inquieta,
curiosa indiscreta queriendo saber
que pasa en las noches, que sienten
los cuerpos embriagados de amor,
somos simples bandoleros del  sueño
piratas del alma, sembradores de sol.
Envueltos en sudor provocadores de besos,
espías de la vida y amantes del sol,
cabalgamos la noche en piel de caballos
perdiendo el control, buscando
entre ambos el punto más alto
dónde está la vida bailando el amor.



DOMINGO. *

Domingo
el sol calienta suavemente la vereda,
los jilgueros cantan y el silbato del churrero
recorre la cuadras despertando el mate,
la soledad comienza a recorrer la casa
y la música la acompaña con un sonido
suave y melancólico, tu rostro vuelve
una y otra vez a cruzarse en  la memoria,
tu voz resuena en el silencio y la intención
de llamarte retumba en los rincones,
Domingo,
un mate más, te escribo en la búsqueda
de letras hiladas silenciosamente,
por qué sé donde estás, y en la soledad
de tu casa, estás bailando la misma
tristeza al compás de otra música
pero con el mismo sin sabor que yo.
Domingo,
entre letras y música, lágrimas y versos,
te abrazo una y otra vez,
quizás en la soledad del tiempo,
el viento te abracé,
y tal vez comprendas
en medio del silencio que,
son mis brazos los que te cobijan
día a día a la distancia.

ALLÁ EN EL SUR. *

Allá en el sur
donde el viento se llevó el arco iris,
tu nombre va y viene con las olas,
en las tardes a orillas del mar,
la playa y sus acantilados cantan
en los amaneceres tardíos
del cobre otoño, y las gaviotas
ya dejaron de sobrevolar la costa.
Allá en el sur
se postergó la cita de aquel encuentro,
la ruta no los vio pasar y el faro,
aún sigue buscando verlos por las noches,
allá en el sur
donde se fue sin consultar,
partió sin avisar, y todavía la buscan.

Entre Vos y Yo. +

El brillo de tus ojos, el color de tu cabello y la sensualidad que despliegas en cada palabra de enojo, solo está en vos, en las canas que e...