*BALDOSAS FIRMES.

Retoños de la tarde
sonrisas del amanecer,
tostadas del desayuno,
perfumes del anochecer,
instantes de contacto
entre manos.
Calor y frío,
llovizna del invierno,
lágrimas del pasado y del futuro;
todo pasa . . .
y todo queda en mí,
como cada día,
quedo en ti
y juntos caminamos
la sinuosa vereda de la vida,
ya sin temor,
por las baldosas firmes
de cada "te quiero".

*MUJER DEL ARCO IRIS.

De tus labios
de suave mermelada,
escapan palabras
y nuevos aromas,
jamás pensados.
Brillan tus pupilas,
bailas . . .
El día se transforma,
el sol acuna la tarde,
la noche susurra
en la luna y vos,
estrella del desierto
de jazmines,
vuelves una y otra vez
a mis brazos,
en la mañana de chocolate
compartida del propósito
en común, en paz y armonía,
ante la adversidad
comprendida por ambos,
sin vencernos.

*AHÍ.

Me perdí
entre viejos pensamientos
y amnesia
de lágrimas arrinconadas,
en viejos estantes
llenos de libros.
Pasaron los años . . .
los rincones de viejos cafés,
las salidas
de entradas vacías,
en sucias madrugadas
de polen desechable
y la vuelta al barrio,
a la esquina de siempre,
y a los amigos
de toda una vida,
me perdí
pero sin buscar más,
mirando cerca
y alrededor de lo obtenido.
ahí . . . me encontré
y te encontré.

*VERANO EN LOS OJOS.

Transcurren los días
de lindas miradas,
soles y lunas,
pasan y mi mano en tu hombro,
como la tuya en mi cintura,
marcan el camino de las rosas
compartidas en primavera,
bajo el invierno de los abrazos,
junto a los leños
de tus bellos ojos de verano.

*RECUPERANDO.

La fantasía se hace,
hora tras hora, realidad.
Los sueños guardados
comienzan a cumplirse,
paso a paso,
día a día . . .
y en la quimera
de las ilusiones rotas,
juegan los rompecabezas
uniendo piezas olvidadas,
pensando haberlas perdido,
entre suspiros y caricias
los corazones vuelven a latir
ritmos ya impensados,
mientras tu mano
juega con la mía,
el presente del futuro cercano,
pasan los días.

*ENTRE GOTAS.

Entre espesas nubes grises
y cortinas de agua,
pasó la mañana
de luces y pétalos,
entre palabras . . .
descubriendo historias ocultas
y abriendo
el abanico de la vida
sobre minutos que pasaron . . .
mientras cabalgabas la tarde
sobre mi pelvis,
la luna corría las nubes
y tú, las estrellas
en unísono grito
de naranjas y dulce de leche.

*NALU.

Te escondiste
cansada de tropiezos,
de golpes y desvelos,
te encerraste
cansada de mentiras,
de lágrimas y
sueños perdidos,
ahora tienes la oportunidad
y . . . me la has dado.
De la mano, lentamente,
volveremos a caminar
y todo cambiará de color.
Hasta la risa
de los árboles en primavera,
cantará con nosotros
entre nubes de sueño,
comenzando a ver la realidad . . .
del otro lado de la luna.

*ÚLTIMO ESCALÓN.

Transito la noche,
entre locas frases que,
entre puntos y comas,
van describiendo a diario
buscando armonía,
escondidas letras
que surgen en prosa
solo para vos,
musa de las noches solitarias
en la pequeña habitación,
después del último cigarro. . .
antes de dejar la escalera,
para el sueño mágico
que, a diario, compartes
en la soledad,
entre sábanas frías.

*PERCHERO.

Sin bufanda ni campera,
el calor penetró por las voces,

rompiendo esquemas

de viejos prejuicios

y . . .

en el forjado perchero,

donde se acomodaron

las ropas del alma,

se escaparon los corazones

al diálogo,
único e inmejorable

método de hacer las cosas,
como queremos, sin receta

pero con seriedad.  

*REPLANTEO.

Mientras gira la ropa,
de izquierda a derecha y viceversa,
el diálogo crece sin centrifugar.
Los silencios gritan
en suaves susurros,
anhelos olvidados
que vienen y van.
La memoria revuelve
pasados inquietos,
y el alma dialoga
con el cerebro,
el corazón late
la sonrisa guardada,
y pasa otro día,
en la construcción de . . .
las cosas simples,
que nunca olvidaremos,
pues de ellas se vive,
como nosotros queremos.

*ENTRE NUBES.

Entre los dedos
de tus tiernas manos
encontré el aroma
de la plenitud,
el rico silencio
de tus dulces ojos,
la suave ternura
de tu tierna voz.
Y bailando la noche
en mieles nubarrones
la luna celosa
nos quiso espiar,
rompiendo en el cielo,
estrellas jugaron,
pues tu nombre en ellas
grabado quedó,
mujer de las manos quebradas
en gritos de placer,
la noche es solo canción,
cantando en tu cuerpo,
sirena del tiempo.
Ven, duerme entre nubes,
que bajé para vos.