Escondiendo lagrimas,
guardando la angustia
de las solitarias noches,
camina y vuelve al encierro,
sin despejar la ausencia,

las lagrimas caen sobre sus mejillas,
doloridas y arrugadas
que marcan el caudal del dolor,
en la deriva de un incierto
porvenir oculto entre paredes
que intenta reconstruir
sin resultado, perdiendo
los mejores años de su vida
a las sombras de un amor
que no fue, y nunca lo sera,
marchitando la bella
flor que se esconde
en el corazón mas grande,
que tiernamente se desgasta
a minutos desojando días sin futuro.