LA NOCHE. *

Nos abrazamos y en minutos
te quedaste dormida,
tu respiración profunda
fue el descanso tan esperado,
sentí la fuerza de tus manos
en mi espalda como queriendo
atarte a mi, bajo aquella tenue luz
que pasaba por la rendijas
de la pesada cortina, te acaricie
el cabello como siempre
dijiste que te gustaría.
La noche paso lentamente,
mientras durante mucho tiempo
te observe entre lagrimas,
lo que alguna vez soñamos
se produjo naturalmente
y al despertar, un fuerte abrazo
dijo mas, que todas las palabras
que a diario cruzábamos
antes de este primer encuentro,
el primero de toda una vida
desde hoy compartida.