Hoy pensé en vos
en las ganas de contarte lo sucedido,
en esas interminables conversaciones
donde siempre, el otro era quien importaba,
en aquellos llamados telefónicos
discando cientos de veces
para saber, el cómo, el cuándo y donde
y en las largas veladas de mate
discutiendo el compromiso.
Nos fuimos comprometiendo
con todo y con todos minuto a minuto.
Nada de todo aquello parece haber quedado.
Hoy te recuerdo por aquí
a pesar de todo el avance tecnológico
ya no tengo cómo hablar con vos,
ya no puedo escucharte cómo lo hice siempre
mientras jugabas con el terrón de azúcar
sobre el pocillo de café, esperando que
caigan adentro para endulzar la noche
mientras el vapor lo iba abriendo lentamente.
Se extrañan tus pocas palabras, pero certeras,
rascarte la cabeza en silencios eternos,
esperando tu contestación,
hoy me hablaron de vos,
de tu honestidad y algo de lo mucho que aprendí
compartiendo largas horas los fines de semana
estudiando tantas cosas, pero sabes que
repitieron la misma pavada,
inteligentes pero boludos,
evidentemente pasaron los años,
ni vos ni yo cambiamos,
pero aquella sociedad
que alguna vez soñamos juntos,
retrocedió, hoy está igual o peor que
en aquellas noches cuando soñamos cambiarla
y disculpame, pero debo decirte,
nosotros en algún momento nos equivocamos,
soñamos algo que nunca pensamos
que llegaría a estar como esta,
me gustaría, preguntarte, a vos y a Gustavo,
somos un poco culpables?