*ENTRE FINAS LÍNEAS.

Detrás de los ojos del tiempo
veo tu alma cansada
y en rompecabezas sin solución
tu desgajado corazón herido.
Por tus labios expresas
las maravillosas cosas de la vida
pero tu estómago no las digiere,
y tu mente no puede procesar
el bien del mal rápidamente,
entonces desbarrancas,
vuelcas y el lodo vuelve,
una y otra vez,
a taparte en medio de la ira
y la incertidumbre de cada día.
El sol está solo,
debes aprender a verlo también
a través de las nubes
y la peor de las tormentas.
Se puede.
Y el día que lo comprendas,
comenzarás a vivir.
Mientras tanto, tu vida
será un relato para los demás
y un vacío para vos.

*SAN RAGGIO.

Raggio nuestro,
que estás en Rivadavia,
santificado sea tu nombre,
venga a nosotros la educación;
hágase tu voluntad
en los talleres, en las aulas
y en la amistad de por vida;
perdona nuestras travesuras

así como nosotros te amaremos a ti,
y a todos los alumnos y docentes.
No nos dejes sin tu recuerdo
y líbranos de todo aquello
que intente hacernos olvidar
de nuestra hermosa adolescencia,
en Gral Paz y Libertador.

*SOLO TUS OJOS.

De ser así,
el mar sería dulce,
como tus lágrimas
y en los lagos
danzarían estrellas,
sobre los ríos
brotarían rosas amarillas
y la lluvia
bañaría de sol mi barrio,
pues no hay
nada más hermoso
que tus lágrimas
cuando la emoción
baña tus ojos.

*POR LA MAÑANA.

Bufanda y borseguí,
gorro de lana.
Invierno
en tu nariz colorada,
los cachetes helados
muestran el tiempo
el frío y la desolación,
de cada mañana
camino al trabajo,
paso a paso
resguardas el corazón herido,
las lágrimas secas
y el llanto sostenido.
Buenos Aires te acompaña y,
entre las sombras
de las ramas desnudas,
eres la hoja que lleva el viento
buscando el abrigo
entre miradas y sosiego,
mientras te observo pasar
sin poderte abrazar
entre las nubes del día.

*TREINTA Y CINCO MILÍMETROS.

Lo que el viento se llevó
en sueños de una noche de verano,
fue la tregua
que el secreto de tus ojos,

encerrado en la historia oficial
de la nave de los locos,
llevaron los caballos salvajes,
a encontrar
un lugar en el mundo...
la mafia,
perdido por perdido
en la fuga del hilo rojo,
el elefante blanco
cayó ante el bonaerense
con las boquitas pintadas,
en la sociedad
de los poetas muertos
el día que partió el Titanic.

*MUJER EN CASA.

La belleza sacude
los rincones ocultos,
vibran los cristales
se ilumina el salón,
detrás de cada paso
la esbelta figura llega
lentamente . . .
sol de la noche
luna del amanecer
estrella de la casa,
llegaste mujer.

*VIAJE.

Detrás del sol . . .
donde escondes las emociones
y secas lágrimas de ausencia,
te busco entre tinieblas
para abrazarte en la soledad
del frío nocturno,
acariciarte el alma
y no dejarte escapar
al oscuro laberinto,
donde no existen sensaciones
ricas de amor y dulces
como tú mereces,
mujer de chocolate,
entre mis brazos
juntos viajaremos la vida.

*TANGUEANDO.

Entre sueños y mariposas
sueltas la voz,
escondes el alma
y gritas el silencio
de la soledad encubierta
tras la fresca sonrisa
de tus bellos labios rojos
que, un día,
volveré a besar
en la soledad de la noche,
entre tango y tango.

*MEDIA LUZ.

Suda el fuelle,
recostado entre piernas,
late el bajo
y corona el  viejo
trasnochado violín
sobre el hombro,
cuando las teclas de piano
anuncian a tono la voz.
Sales . . .
se enciende la noche,
brillos, luces y tu dulzura
acaramelando el tango,
mientras mis lágrimas
humedecen el recuerdo,
explota mi corazón
en el llanto
y en el silencio de la noche,
vuelvo a buscarte
en los rincones de la memoria...
a media luz.

*GIRANDO LA VIDA.

Subía y bajaba,
giraba y volvía a pasar
el caballo de madera
y vos pequeña detrás,
en el velero sin agua
que estancado allí
quedaba girando tras la sortija
que el calesitero empuñaba,
giraba al compás de la música.
Tu sonrisa iba y venía,
varias vueltas
en la tarde soleada,
mientras observaba
tu mirada buscándome,
cómplice de la travesura,
entre los rayos del sol,
el amor y el vínculo,
que nunca nos separará.

*NOCHE GRIS.

La noche del espanto,
la gira del adiós,
llovizna en buenos aires
y escapas con la voz,
envuelto en dos por cuatro
de un tango tristón,
caminas las veredas
hasta el viejo bodegón,
allí ahogar las penas
del tiempo que pasó
bailando entre recuerdos
olvidos y el amor.