*AL SUR DEL INVIERNO.

Con el alba invitando
al sol su salida,
levantas el día
con la frescura
de la mañana envuelta
en bufandas de creatividad,
llegas. . .
en letras hiladas, unidas,
dando los buenos días
de la cordialidad,
vienen, llegan . . .
sonríen, van, sonríes,
te acarician y vuelven.
En cada mensaje
tus palabras son vos,
van a ti, de mi
como suave perfume,
y copos de lana
al sur del invierno.

*MARIPOSA

Mariposa de la tarde
entre jazmines de sol,
tus colores son
el  brillo amanecer
del cálido intercambio de ideas
en pos de la libertad.
Luciérnaga del invierno,
escondida entre frases
bañadas de dulces palabras tímidas.
Eres los ojos de la vida
en la sal del viento
que recorre el cuerpo
como caricia de mar,
entre locas fantasías incumplidas
que hoy, juntos,
haremos realidad.

*ABRIGO.

Abrigo el invierno
de tus manos,
el otoño de tus cabellos
y, entre mis manos,
cobijo el cuerpo
en la soledad de la noche
de regreso al hogar,
te abrigo
en la tableta de chocolate
la taza de café con leche,
las tostadas, el mate
y las medialunas,
solo debes acurrucarte
entre mis brazos
que esperan por ti,
como sol de amanecer
cada vez que . . .
sin quererlo, te nombro.

*CUARTO EN LLAMAS.

Con la suave caricia que acompañan
mis manos sobre tu cuerpo, humedezco mis labios
y sonríes de placer en la noche esperada de viernes,
donde solo tú y yo comprendemos el amor
en tiempos pausados,durante toda la noche
en el silencio, entre la distancia
y el ruido de nuestro corazón, al ritmo del deseo
donde el amor, neutralizada la mente,
hasta el amanecer maravillosamente . . .
como cuento de hadas sobre las sábanas
del cuarto en llamas que sonríe en la oscuridad
marcando el paso de nuestros corazones.

*NO PUEDO.

Mientras duermes, y esperas,
que llegue el momento,
el día, la fecha y él,
yo . . . te escribo, te sueño,
te pienso y te cobijo
entre mis brazos a distancia,
pues sé, que
después de mucho buscar,
te encontré,
y solo a ti y por ti
escribo una y cien veces
no debo, pero . . .
no puedo.

*VEREDAS.

En la tarde, los encantos juegan
sobre ideas de lo incumplido,
el sol retira su suave
presencia de otoño
y la noche llega más rápido
que la luna.
Tus ojos brillan y,
entrelazando nuestros dedos,
caminamos lentamente . . .
la conversación, de la mano,
descubriendo las almas,
juntos por la vereda
de la vida compartida.

*SIN NOMBRE.

Susurra tu encanto
azul de sirena,
sobre la noche del cielo
floreado de estrellas,
pequeña amnesia de mis sueños,
perdidos sobre tu cuerpo,
en la madrugada
que aún busco,
entre sábanas
de colores pasteles,
donde descansa el cuerpo
de tu tierna cabalgata
sobre mí,
sin saber tu nombre.

*SOLO AQUÍ.

Donde guardo recuerdos
en sutiles cajones y,
la memoria, me lleva a pasear
por los rincones de la historia,
allí donde la infancia vuelve
y el final lo sospecho
de vez en cuando.
En la soledad cálida
de los años pasados,
vueltos una y otra vez
a repasar,
encuentro las carcajadas
y vuelvo a sonreír con ellas,
juego con las lágrimas secas,
y vuelvo a mojarlas,
una y otra vez,
todo sucede, pasa
y transcurre todo,
solo aquí... en casa.

*SOL.

Penetras los vidrios
con la calidez de la tarde,
un día más de otoño
sobre el teclado,
donde reitero, entre letras,
tu suavidad.
Acompañando oraciones
que me dictan
desde un lugar aún desconocido,
brotan con y sin sentido
todas . . . en la misma dirección
la cual palpito,
pero desconozco, llamándolas vos.

*DOMINGO DE OTOÑO.

Sesenta centímetros
de buena madera,
me alejaron de ti
en la fría tarde
de robles dorados,
cuando se iba el sol
entre pocillos blancos,
cucharitas y el azúcar
de tus ojos que brillaban
bajo la luz del rincón.
Sesenta centímetros inolvidables,
que se escaparon de la vida,
como un soplo
en ciento ochenta minutos
que jamás olvidaré,
sirena de las manos
del domingo plateado
en el arco iris,
de las fugaces estrellas
del domingo de otoño.

*RULOS.

Suaves rulos bañan tu rostro,
de fina textura, de dulce rocío,

mujer trigueña de las simples
cosas de la vida,
que enmarcas un domingo,
solo con la simpleza
de la verdad,
en la sonrisa pudorosa
de tus labios.