*PASO DE TIEMPO

Enredando días,
multiplicando segundos por minutos,
pasaron meses.
La arena cayó
una y otra vez,
grano a grano.
El calor se hizo viento,
los verdes, cobres de otoño
y las hojas volaron con la mañana ,
que tarda en llegar.
Y la tarde que se va muy rápido,
pero en la larga noche
solo estás en mí,
como siempre,
desde aquel día,
que seguramente recuerdas . . .
igual que yo.

*PARTIRÉ.

Celeste,
esa mullida almohada
donde a veces me recuerdas,
entre lágrimas perdidas
pasas la noche,
tapada suavemente en la cama
que recuerdo me has contado
cómo y dónde está.
Con el cabello recogido
y el blusón grande y cómodo,
desde aquí te abrazo,
como aquella noche,
en aquel sofá,
mujer de las estrofas,
musa de mis días,
única poesía inconclusa,
ya llegará el día,
de la última letra
en la última frase.
Será tu nombre... y partiré.

*PASIÓN POR TI.

En su voz tiene la pausa
del día en milésimas de tiempo.
En su cuerpo
la melodía del atardecer
y el bolero encantado
de la noche de luna,
sus manos son el esfuerzo
a la tenacidad diaria,
su piel, la caricia del suave viento
en la tarde de verano al mar.
Ella, única entre las flores,
se destaca simple y fuerte,
mujer inquieta de la trasnoche
y del inmenso corazón,
maravillosamente
encontrarte,
fue descubrir el mundo,
ciego de pasión por ti
ante el mundo.
Mujer, solo tú . . .
el resto, es solo fábula.

*COMPRÉNDALO.

Desolada y triste,
recordando en penas
los gratos momentos
que con usted pasó,
humedece almohadas
cada madrugada
entre los recuerdos
que usted le dejó.
Caballero,
cobarde de la tarde alegre,
se fue sin prejuicios
y sin avisar.
Las damas no deben sufrir,
¿o no le enseñaron
los duros cordones de patear la calle
que se debe hablar?
Son ellas las flores
de cada mañana
y no respetarlas
es de poco hombre.
Señor, caballero,
apréndalo ya,
pues su madre, hermana
o tal vez su hija,
pasen hoy o mañana algo similar.
Respete, si quiere ser respetado
y  no haga daño,
tal vez se arrepienta
y sea ya tarde.
Ellas no se dañan,
compréndalo ya,
no mienta, no esconda.
Viva la realidad, es simple. . .
con  la verdad.

*RÍO ADENTRO.

Descubre la tarde el sol
sobre la costa,
el río nos cuenta la historia.
En su vaivén,
los veleros bailan,
las velas despliegan las fantasías
y la brisa murmura el amor
entre pequeñas olas,
el camarote cruje los deseos
del pronto anochecer
y justo . . .
cuando la luna
comienza a despertar,
el silencio escucha tu voz,
llamándome
en las sombras de la tarde,
en el soneto de tu cuerpo
que se va.

*DISFRUTE.

Donde tú quieras,
el día comenzará
a la hora que decidas
y, juntos, comenzaremos
a transmutarlo sin prisa,
entre los cordones montañosos
sin soltarnos de la mano.
Disfrutando solos
el mundo que hemos creado
en la intimidad del relato secreto
que algún día,
descubrirán los duendes
de las letras desordenadas,
queriendo ordenar las nuestras
en el jeroglífico,
fugaz y apasionado,
de nuestras vidas,
una tarde de invierno,
frente al hogar cálido
y sutil de un futuro
que hoy no imagino.
Solo disfruto el presente
sabiendo de ti
cada noche en mi almohada.

*DISTANTE A MI LADO.

Perdí el control de mis manos
al cerrar los ojos,
y descubrí la maravilla de tus médanos
envueltos de fresco rocío,
mientras mis labios
te recorrían lentamente
y tu suave voz
acompañaba el ritmo
de tu preciso galope,
en la noche más inesperada
de la poesía,
que jamás podré escribir
si tú estás, como siempre . . .
distante a mi lado.

*VIVIR.

Rosa de los vientos suaves,
mariposa del día,
luna de las noches en soledad,
estrella compartida,
color de la madrugada,
reflejo del amanecer,
tu cuerpo deslizo entre mis brazos
acariciando la vida,
besando los días de búsqueda,
coronando la ardua espera
del sollozo,
juntos al son de la quimera
que intento describir
sin nombrarte,
mujer única del cono de las sombras
iluminado solo por tus bellos ojos,
despierta . . . vamos a vivir.

*EL SABOR DEL ALMA.

Desplazarme en ti,
saber de tu cuerpo
y saborear tu alma,
eso sucede
en las noches de otoño, contigo,
cuando la distancia
produce abrazos sentidos
y las palabras canciones
de ritmo acogedor,
los silencios son
la compañía de la noche
y el día compinche
de saber de ti.
Acurrúcate, sueña, llora y ríe.
Todo pasa y nadie
detendrá este vínculo
de perdidas golondrinas,
en el vuelo de almas
jamas vivido . . .
entre tú y yo
eternamente, desplázate
allá voy.

*POR LA ARENA.

Huellas en la arena
de aquella tarde han quedado,
metro a metro
caminado de la mano.
Hemos compartido el sol,
la fresca llovizna del mar,
el calor y el tiempo
que juntos conversamos.
La vida sin prisa,
allá, donde los  acantilados
muestran la historia
y la erosión marca los años
que no marca el reloj,
te conté la vida,
me contaste días de la tuya,
y el sol se llevó el encuentro,
como único testigo
de lo irrepetible e inolvidable,
que solo tú y yo guardamos.

*DOMINGO.

Cuando se esconde el domingo,
escapa el sol,
las nubes acarician soledades
y las estrellas bailan
la noche para ti,
los médanos descansan los pasos,
y el viento lleva la canción
de pueblo en pueblo y. . .
lentamente sube la luna de otoño,
acurrucando la noche larga
de letras desordenadas
para describirte aquí,
mientras . . .
allá descansan las últimas horas,
para comenzar el vuelo semanal,
fuerte y solitaria,
Mujer del viento
entre pétalos de azúcar
en . . .
la salvaje metrópolis.