domingo, 19 de mayo de 2024

En el susurro de la noche, bajo el manto de estrellas,
nuestros besos se encuentran, cómplices y secretos,
como un hechizo sutil, entrelazando nuestras almas,
en un lenguaje antiguo, que solo nosotros comprendemos.
Tus labios, pétalos de rosa, suaves y tentadores,
guardan el misterio de un universo por descubrir,
y en cada beso, se desatan mil emociones,
que nos envuelven en un torbellino de dulces sensaciones.
Cuando te beso, el tiempo se detiene,
y el mundo se reduce a la cercanía de nuestros cuerpos,
tu mirada, un océano profundo y sereno,
refleja la belleza de nuestro amor eterno.
Esos besos cómplices, robados en la penumbra,
son promesas calladas de un amor sin fin,
donde cada caricia es una historia narrada,
y cada suspiro, un poema que nace de nuestra piel.
Tus besos tienen el poder de encender el fuego,
de transformar lo mundano en algo celestial,
y en ese instante mágico en que nos fundimos,
creamos un rincón de paraíso terrenal.
Bella y encantadora mujer, musa de mis sueños,
tus besos son la melodía que mi corazón anhela,
en cada encuentro furtivo, en cada roce ligero,
escribimos juntos una sinfonía que nunca termina.
Nuestros labios se buscan con ansias y ternura,
en un juego de deseos y pasiones desatadas,
y en cada beso, encuentro la dulzura,
de saber que eres mía, aunque solo sea en ese instante.
Los besos cómplices son nuestro refugio secreto,
un rincón sagrado donde solo nosotros existimos,
donde el amor se expresa sin palabras, en un eco
de suspiros y latidos, de sueños compartidos.
Así, cada beso tuyo es un tesoro preciado,
un momento eterno guardado en mi corazón,
y en cada encuentro, me pierdo en el halo encantado,
de tus labios, mi amor, mi dulce obsesión.

 Anoche sentí latir tu corazón en la semi oscuridad, al lado del río,
y se nos erizó la piel a ambos, compartiendo ese instante mágico,
donde el murmullo del agua susurraba secretos antiguos,
y la brisa nocturna envolvía nuestros cuerpos en un abrazo etéreo.
Tus ojos brillaban bajo la luz tenue de las estrellas,
reflejando un universo de emociones indescriptibles,
y en ese silencio cargado de promesas no dichas,
nuestros corazones se sincronizaron en un compás perfecto.
El mundo se desvaneció alrededor nuestro,
dejándonos solos en esa burbuja de tiempo y espacio,
donde cada latido se convertía en un eco de nuestro amor,
y cada caricia, un testimonio de la conexión profunda que nos une.
La luna, cómplice silenciosa, observaba desde lo alto,
mientras nuestras almas se entrelazaban en la penumbra,
creando un momento eterno, grabado en nuestras memorias,
donde el río susurrante fue testigo de nuestra pasión desbordante.
Anoche, al lado del río, en la semi oscuridad,
nuestros corazones hablaron el mismo idioma,
y la piel erizada fue el reflejo de la magia compartida,
de ese amor que late con fuerza en cada rincón de nuestro ser.

sábado, 18 de mayo de 2024

 En los pasillos silenciosos, tu presencia brilla,
ayudante incansable, guardiana de sonrisas,
con manos diligentes y mirada sencilla,
haces del día a día una danza de alegrías.
Tu labor es discreta, pero llena de grandeza,
en cada gesto, en cada pequeña acción,
con amor y paciencia, siembras, pureza,
en los corazones que buscan tu atención.
Eres el apoyo constante, el hombro amigo,
el pilar que sostiene la estructura escolar,
con un corazón generoso y abrigo,
guías a los pequeños con tu cuidado ejemplar.
En la hora del recreo, tu risa es melodía,
y en los momentos de estudio, tu calma,
eres la luz que ilumina la travesía,
el refugio tierno que siempre embalsama.
Cuando una lágrima cae, allí estás tú,
con un pañuelo y una palabra dulce,
conviertes el dolor en algo tenue y azul,
y el aula se llena de una paz que induce.
Eres el enlace entre sueños y realidades,
la mano extendida que nunca falla,
y con tu amor construyes eternidades,
en cada historia, en cada muralla.
Con los libros, las mochilas y los cuentos,
eres la chispa que enciende la imaginación,
y en cada niño dejas bellos fragmentos,
de tu sabiduría, de tu dedicación.
Ayudante de escuela, ángel en la tierra,
tu trabajo es poesía, tu misión un arte,
en cada día, tu presencia se aferra,
y en cada niño, llevas una parte.
Eres la sonrisa que alivia la fatiga,
el faro que guía en la tormenta escolar,
y con tu ternura, cualquier herida mitiga,
haciendo de la escuela un lugar sin par.

En tu humildad, resides la verdadera grandeza,
en tu entrega, la más pura dedicación,
eres el corazón que late con firmeza,
en el alma de esta pequeña nación.
 Entre aromas y sabores, tu alma se despliega,
cocinera de sueños, artesana de sabores,
en cada plato, un poema se revela,
en cada guiso, un suspiro de amores.
Tus manos son mágicas, crean maravillas,
transforman ingredientes en pura poesía,
con cada corte, cada sazón, cada pizca,
tejiendo historias de amor y alegría.
El calor de la cocina se mezcla con tu pasión,
donde el fuego y el amor se abrazan,
y en cada receta, pones tu corazón,
como una melodía que jamás se apaga.
En la intimidad de la cocina, un baile secreto,
entre cacerolas y sartenes que suspiran,
preparas festines con un toque discreto,
donde los sabores y los corazones se miran.
Tus platos son cartas de amor, sin palabras,
cada bocado un beso, cada aroma una caricia,
y en cada mesa que preparas, tus miradas,
son estrellas que iluminan con delicia.
Con delicadeza, mezclas, sabores y emociones,
en una sinfonía que el paladar enamora,
y al servir, entregas todas tus pasiones,
con la gracia de quien todo lo atesora.
Cocinera romántica, artista de lo efímero,
creas recuerdos que nunca se desvanecen,
en cada comida, un momento íntimo,
donde los corazones se funden y florecen.
Tu cocina es un templo de amor verdadero,
donde cada plato es un canto al sentimiento,
y en cada banquete, un cielo entero,
donde la vida se celebra en cada momento.
Sigues cocinando, con amor y con arte,
haciendo de cada comida un ritual divino,
y en cada sonrisa, dejas tu parte,
de ese amor eterno que marca tu destino.

viernes, 17 de mayo de 2024

 A todos los que parecen vivir
en un mundo distante y desconocido,
a los que nuestra generación
parece haberse desvanecido 
en las sombras del tiempo.
Sin embargo, 
aún llevamos en nuestro pecho
el amor por la vida, la pasión por el amor.
Nos deleitamos con la música,
aquella que susurra en nuestras almas
y vive en los recuerdos de amores pasados.
Escribimos poemas que hablan de pasiones intensas,
de caricias en la penumbra y besos robados,
y hallamos consuelo en cada verso,
como si fueran escritos solo para ellas.
Seguimos disfrutando de cada amanecer dorado,
cuando el sol se asoma tímido en el horizonte,
y de cada atardecer arrebolado,
donde el cielo se pinta de colores
que nos recuerdan la belleza de la existencia.
A veces, nos conformamos con el aroma del café,
ese que nos envuelve en una calidez familiar,
o con una sonrisa que ilumina nuestro día,
como un rayo de sol en medio de la tormenta.
Nos aferramos a los recuerdos hermosos,
a esos momentos que el tiempo no puede borrar.
Este poema es dedicado para cada uno
de los que nos seguimos enamorando de los detalles, 
los que transformamos instantes fugaces en eternidades doradas.
La vida para nosotros aún no ha terminado,
porque seguimos enamorados,
seguimos amando la vida y el mundo que nos rodea,
con una pasión que el tiempo no puede marchitar.
Somos los que encuentran poesía en lo cotidiano,
en la brisa suave que acaricia nuestros rostros,
en el murmullo de las hojas al viento,
en el susurro del mar al romper en la orilla.
Cada detalle, cada momento,
se convierte en un tesoro en nuestras manos,
y así, convertimos la vida en un poema eterno,
en una sinfonía de amor y esperanza.
La vida sigue siendo un viaje,
un sendero lleno de maravillas por descubrir,
y aunque el mundo cambie y el tiempo pase,
nuestro amor por la vida y por el amor mismo
permanece inquebrantable, 
como una llama eterna que arde en nuestro interior.
 El aroma del café recién filtrado,
la taza, y esas crocantes tostadas
que bailan entre crujientes cereales
a la espera de tus bellos labios.
Te desperezas, el amanecer
acompaña tu cuerpo semidesnudo
a la mesa, el pijama se desliza
con tus pasos descalzos
sin prisa en la cocina.
El día comienza,
y gorriones de suave plumaje
acompañan la ceremonia desde la ventana.
El queso cremoso, las frutas y el desayuno
bailan contigo el comienzo del día,
y a distancia tu mente vuela,
buscando el suspiro antes
de que el primer sorbo
se confunde con el beso que esperas
recibir cada mañana,
que llega simplemente en un mensaje de texto
qué envío y esperas.
Tus ojos aún soñolientos
se abren lentamente,
capturando la luz dorada del alba
que acaricia tu piel.
Tu cabello, desordenado y hermoso,
cae suavemente sobre tus hombros,
y en ese instante, la quietud de la mañana
se llena con la promesa de un nuevo día.
Tus manos, delicadas y firmes,
sostienen la taza con gracia,
y en cada sorbo, en cada bocado,
hay un ritual de amor y deseo.
El aroma del café, tan familiar,
te envuelve en un abrazo cálido,
mientras los sabores del desayuno
despiertan tus sentidos,
recordándote que cada día
es una nueva oportunidad
para amar y ser amada.
El sol comienza a elevarse,
iluminando tu rostro con su luz suave,
y en el aire, una melodía silenciosa
canta la historia de nuestro amor.
Tus labios, esperando ese beso,
son la promesa de un futuro compartido,
donde cada mañana es un poema,
y cada noche, una canción de cuna.
En la distancia, mis pensamientos
vuelan hacia ti,
llevando consigo los susurros
de un amor que no conoce fronteras.
Cada mensaje de texto que envío
es una caricia virtual,
un recordatorio de que, aunque lejos,
siempre estamos juntos.
Así, entre el aroma del café
y el crujir de las tostadas,
comienza un nuevo día,
lleno de esperanza y amor,
donde cada momento es una danza
y cada respiro, una declaración
de lo mucho que significas para mí.

jueves, 16 de mayo de 2024

 Donde crujen los libros
se sacude la memoria,
y entre consonantes mezcladas
con algunas vocales,
al son de un viejo rock, escribo
tu nombre en poesías
que quizás nunca leerás.
Mujer de magia negra, dijo Carlos,
del rock perdido en las cuerdas del Carpo,
o de los ojos de papel como decía el Flaco.
Tu cuerpo se desnuda en letras
y tu corazón sangra metáforas inconclusas,
buscando en el diapasón el tono
que se enreda en tu cabello
con las cuerdas de una guitarra,
intentando afinar la vida,
entre besos de palabras y abrazos
de profundos cuerpos, en el silencio
de una melodía en busca de tu nombre,
por las calles de un barrio sin memoria
cruzando las vías, que lo parten para unirlo.
Tu risa es el eco de canciones olvidadas,
una melodía que se cuela por las rendijas
de una ventana abierta a la nostalgia.
Tus ojos, faros en la noche, iluminan
los rincones oscuros de mi alma,
y tus manos, suaves y cálidas,
son el refugio donde siempre quiero estar.
Nos encontramos en los versos
de una canción sin final,
tus labios dibujan sonrisas
que se pierden en mi piel,
y tu voz, dulce y clara,
es el susurro que me guía
en los momentos de soledad.
Eres la musa que inspira
cada rima, cada nota,
el sueño que se vuelve realidad
en cada página escrita.
Eres el sol que ilumina
mis días grises,
la luna que me acompaña
en noches de desvelo.
En el lienzo de mi vida,
tus colores pintan paisajes
de amor y esperanza,
y en cada trazo, en cada sombra,
se refleja la promesa
de un futuro compartido.
Quiero escribir nuestra historia
con tinta indeleble,
en páginas que el tiempo no borre,
donde cada capítulo
sea un homenaje a este amor
que crece y se fortalece
con cada latido de nuestros corazones.
Caminemos juntos por este sendero,
dejando huellas imborrables
en la arena del tiempo,
y que cada paso nos lleve
más cerca el uno del otro,
hasta que nuestras almas
se fundan en un solo verso,
una sola canción, un solo latido.
Porque en el crujir de los libros,
en la música de un viejo rock,
en las calles de un barrio sin memoria,
nuestro amor encuentra su hogar,
y en cada palabra, en cada nota,
tu nombre resuena,
como un eco eterno,
como un suspiro que nunca se desvanece.
 No me importa el cómo ni me importa el cual,
no me importa el color de tu piel ni el de tu cabello,
que, seguramente hoy, tapa algunas canas
que esconden el paso de tus días en la vida.
No me importa tu pasado que, seguramente, dejó en tu cuerpo
algunas cicatrices que tal vez ocultas bajo la ropa,

e intimida tal vez tu completa desnudez.
No me importa si duermes o despiertas
a horas convencionales; ¿quién tiene
a esta altura el derecho de tu tiempo?
Nadie seguramente.
Me importa si lloras o no duermes
por algún problema que no sé,
tal vez conversando podemos solucionarlo
y luego sonreír.
Me importa el presente, el hoy, el mañana,
tus proyectos, tus viajes y tu inmensa sonrisa.
Me importa que el tiempo no te abrume,
que te abrigues en el crudo invierno
y puedas sentirte bien ante el calor en el verano.
Simplemente, me importas vos,
cómo, cuándo y dónde, pero solo vos.

miércoles, 15 de mayo de 2024

 En su taller, la bella costurera,
con manos hábiles y mirada serena,
cose sueños de hilo y tela,
donde cada puntada es una historia eterna.
Sus dedos, como danzarines delicados,
se deslizan por el lienzo, trazando destinos,
creando con paciencia y amor desmedido,
prendas que abrazan cuerpos divinos.
Con ojos de artista y corazón de poeta,
vislumbra en cada tela un mundo por descubrir,
y en su aguja, la magia de transformar la materia,
hace de cada costura un milagro por venir.
Sus cabellos, un río de oro en la luz del día,
ondean al compás de su labor incansable,
y su sonrisa, un rayo de sol en la penumbra,
ilumina el espacio de manera inigualable.
Las agujas en su mano son varitas de hadas,
que convierten simples hilos en relatos profundos,
y sus patrones, mapas del tesoro escondido,
guían al observador a un universo fecundo.
Con cada hilo que enhebra, un suspiro de esperanza,
con cada corte preciso, una danza de fe,
y en los pliegues y dobladillos que borda con gracia,
se esconden los sueños que jamás olvidaré.
Ella, la musa de telas y encajes,
la reina de botones y cremalleras,
en cada puntada deja su esencia,
en cada prenda, su alma entera.
Sus manos, creadores de maravillas silenciosas,
construyen puentes de amor y ternura,
y en cada prenda terminada, una rosa,
que florece en el jardín de su dulzura.
Bella costurera, artista de la vida,
que entre hilos y telas encuentra su voz,
tu labor es una sinfonía de armonía,
que viste al mundo de belleza y amor.


domingo, 12 de mayo de 2024

 Donde se entrelazan los destinos,
resplandece la esencia, como un faro en la noche,
sin conocerte, sé quién sos,
porque en cada latido de mi corazón,
enciendes la chispa del misterio eterno.
Eres el poema que danza en mis sueños,
la melodía que acaricia mi alma,
en cada estrella que adorna el firmamento,
veo reflejado el brillo de tus ojos,
destellos de pasión y ternura.
En el lienzo de mi vida, pintas los colores pastel,
con pinceladas suaves y apasionadas,
cada palabra tuya es un verso que acaricia mi piel,
cada suspiro, una melodía que se funde con la mía.
Y en el silencio de la noche, cuando el mundo duerme,
nuestros corazones entrelazados conversan en secreto,
se confiesan los anhelos más profundos,
sin fin ni medida.
Y así, sin conocerte en la realidad tangible,
sé quién sos en el universo de mis sueños,
donde el amor es la fuerza que todo lo transforma,
y vos, sos el centro de mi universo,
la razón por la cual late mi corazón 
en esta eterna danza de la vida.


En la quietud de la noche entre lloviznas
se desvaneció su presencia,
sin un adiós, sin una palabra de consuelo,
la ruta tres fue su ruta de huida.
El eco de su voz, suave y dulce,
resuena aún en los recovecos del alma,
dejando un vacío profundo, un dolor amargo,
como un sueño truncado antes de su realización.
El peso del pasado, como un ancla,
se aferró con fuerza a su corazón,
impidiendo que el futuro brillante que les esperaba,
se hacía realidad en sus manos entrelazadas.
¿Qué es más poderoso, el pasado o el futuro?
En el confuso laberinto de la vida,
muchos se pierden entre sombras y lamentos,
sin atreverse a abrir sus corazones al amor.
Pero en medio de la oscuridad,
aún brilla la luz de la esperanza,
el poder transformador del amor,
que puede sanar incluso las heridas más profundas.
El futuro es una hoja en blanco,
esperando ser escrita con los colores del amor,
donde cada tropiezo, cada lágrima,
se convierte en un escalón hacia la plenitud.
Así que levantemos nuestras miradas al horizonte,
y dejemos que el amor guíe nuestros pasos,
porque en el abrazo cálido de un corazón sincero,
encontraremos el verdadero significado de la vida.

Entre Vos y Yo. +

El brillo de tus ojos, el color de tu cabello y la sensualidad que despliegas en cada palabra de enojo, solo está en vos, en las canas que e...