Qué tal si hacemos algo delicioso,
donde te sonrojes
y te produzca taquicardia
pedir un poco más…
Nadie nos ata, somos libres,
juguemos a que te coloques incómoda,
que tu imaginación vuele.
Que tal si me dices lo que sientes,
sin tabúes, ni penas,
eso que hace a tu corazón latir muy fuerte,
juguemos… No importa si es de día o de noche,
nos quitamos las prendas que nos incomodan,
y te abrazo suave, con mi cuerpo
deslizándose impregnado de vos,
haciéndome tuyo, haciéndote mía,
qué mejor bebida hemos de probar,
sí, tengo tus labios, tienes los míos.
Un juego delicioso Osvaldo.
ResponderEliminarUn abrazo.