martes, 27 de abril de 2021

El Delta Vos y Yo.



 CAPITÁN. 


Navegando el Capitán
la nostalgia se hizo junco,
la mañana brillaba, las hortensias
reían a nuestro paso,
el sonido del silencio y el sol,
solo se rompían en el crujir del agua,
los muelles saludaban el lento
andar de nuestro pequeño motor
que solo usábamos de a ratos,
la fiesta era completa,
vecinos, mates y saludos cordiales
serpenteaba la orilla
y a lo lejos, el inolvidable paisaje,
de verde acastañado nos invitó a seguir
navegando aquella mañana,
aquella, la primera, la última
e inolvidable, donde tomamos
la decisión de perdernos en el Delta
para no encontrarnos nunca mas.


SECRETOS. 

A orillas del San Antonio,
entre juncos y perfumes
de diversas flores,
piensas y dibujas la vida
en cientos de colores,
envuelta en la túnica
que cubre tu cuerpo,
tu cabello brilla al sol
al igual que el gris de tus ojos,
vuelas, y entre figuras
difíciles de descubrir
nos cuentas la vida del Delta,
tus labios nunca producen
sonido alguno,
se supone que hablas con el sol
pero nadie conoce el menor
timbre salido de tus labios,
el agua habla por vos
sobre bastidores que cuentan
increíbles historias que,
solo tus ojos y el río
guardan en él más
fantástico de los secretos.


SIN DEMORA. *

Entre las sombras,
tu cuerpo esconde
lo que tus ojos
revelan en un instante,
y tus palabras en segundos
destellan un mundo
indestructible y atractivo
por conocer,
a la luz del día, tu brillo
desafía al sol sin prejuicios,
y entre dulces instantes
la vida baila, el sol se esconde,
y la llovizna perfuma,
cada día el intercambio
donde las ideas
pueden con las palabras
y los versos contigo
suenan a serenata, arrullando
el día entre mis brazos
hasta el ocaso, esperado
sin demora el intimo momento,
a la luz de las velas cada noche
sobre la magia del río.

VOS.


VOS


AMOR. *

Escondidos de las estrellas, envueltos en sábanas,
nuestros cuerpos dialogan lentamente la noche,
entre sábanas azules y rendijas de luz.
En él afuera canta la luna inquieta,
curiosa indiscreta queriendo saber
que pasa en las noches, que sienten
los cuerpos embriagados de amor,
somos simples bandoleros del  sueño
piratas del alma, sembradores de sol.
Envueltos en sudor provocador de besos,
espías de la vida y amantes del sol,
cabalgamos la noche en piel de caballos
perdiendo el control, buscando
entre ambos el punto más alto
dónde está la vida bailando el amor.


ABRAZADOS. 

Brillantes y esmeraldas
diamantes y rubíes,
nada de eso es importante
solo material,
lo bello está en tus ojos,
profundo mirar,
tus labios y tu bello decir,
tus manos laboriosas
y tu simple caminar,
dentro de vos
donde guardas con heridas
el inmenso corazón que
te moviliza, solo ahí
está todo, solo vos
lo tienes,
podrías compartirlo conmigo,
si lo conversamos quizás
podría ayudar a cicatrizar heridas
y envolverte entre mis brazos
para darte el calor que buscas,
y juntos podremos encontrar,
compartiendo simplemente la vida
abrazándonos mutuamente.

JUNTOS. *

Los unos, los otros
y el mismo cielo,
vos yo y el mundo,
y en él la vida
que corre entre recuerdos,
lágrimas y alegrías a diario.
Mientras pasa la historia
que vamos escribiendo
entre besos y caricias,
dulces y amargos
momentos pero juntos,
entre canas y cabellos
que volaron como nuestros hijos,
al igual que volamos nosotros
allá lejos y hace tiempo para hoy,
sentarnos a recordar
tantas cosas que simplemente
vuelven a la memoria
tomados de la mano
entre mates y sonrisas,
lágrimas y lindos
momentos pero siempre juntos.


OCULTOS.*

Entre suaves y cálidas olas de río,
viajé buscando tu nombre,
el delta y sus verdes matices acompañaron
mi lento recorrido sección por sección,
en la primera suponían haberte visto,
en la segunda ni rastros, vos estabas ahí
era seguro, seguí subiendo y ya en la tercera
mi corazón estallaba, el perfume era el tuyo
y . . .tomando sol sobre la mínima porción de arena
no muy lejos del Paraná, te encontré, bella luciérnaga
del sol, suspiro de mis labios sedientos,
caramelo de vida, entre juncos y abrazos
nos fundimos en besos y nunca más nos encontraron.



RECONQUISTA DIARIA. *

Algodones azules y cristales color ámbar,
casi como tus ojos los días nublados,
o verde azulado, como en  los días de sol.
Como tu cabello rubio tormenta o tus labios
carmín opaco perfecto, simple y complicado
pero entre mis brazos tu cuerpo se desplaza.
En la noche de luna nos deslizamos
perdiendo el control durante horas,
en el sublime encuentro, entre el sol y la luna
las horas pasan, juntos entre palabras y besos
nos reconquistamos una vez más.
Y así, será toda la vida, pues el amor
no tiene fronteras ni tiempo
y si lo tuvo, nosotros lo rompimos a besos.


ESA MUJER. 

Esa mujer que sacude
todos mis sentidos
con su timbre de voz,
esa que con solo verla
agiliza el ritmo
de las emociones
dándole vida y sentido
a todo lo olvidado y archivado.
Esa mujer que hace unir
palabras en locas poesías
solo para y por ella,
esa mujer sos vos,
y nunca lo sabrás,
porque el pudor puede
más conmigo, y no tengo palabras,
si no letras solo para vos.



REFLEJOS DE LA MAÑANA.

Cayó el tintero sobre las hojas
garabateadas en verso para vos,
al apagarse la vela
quede totalmente a oscuras,
el gato se escondió y
un aroma a jazmines
inundó el comedor,
en medio de un silencio absoluto,
pasos de tacos de mujer
comenzaron a acercarse
lentamente uno tras otro,
temor, desazón, pánico,
intenté levantarme y girar,
intuía lo peor,
me pare y entre mis labios
se apoyaron los tuyos llevándose
todas las poesías en aquellos
besos que culminaron
en la penumbra
hasta los primeros reflejos del amanecer.



RÍO ARRIBA. *

Algodones azules y cristales color ámbar,
casi como tus ojos los días nublados,
o verde azulado, como en  los días de sol.
Como tu cabello rubio tormenta o tus labios
carmín opaco perfecto, simple y complicado
pero entre mis brazos tu cuerpo se desplaza.
En la noche de luna nos deslizamos
perdiendo el control durante horas,
en el sublime encuentro, entre el sol y la luna
las horas pasan, juntos entre palabras y besos
nos reconquistamos una vez más.
Y así, será toda la vida, pues el amor
no tiene fronteras ni tiempo
y si lo tuvo, nosotros lo rompimos a besos.




TIGRE ADENTRO. *

Ese aroma que solo las aguas bajando,
traen en la noche el reflejo de la luna
escondiéndose entre los viejos álamos,
enfrente decenas de hortensias en flor;
así de simple, con el ruido del silencio,
entre sapos y ranas un murmullo de radio
y el mate, nos sentamos en el muelle.
La brisa comenzó a refrescar, llegó el abrazo,
la noche romántica escondió la luna,
un día más juntos en Tigre y a lo lejos,
el motor de la primera lancha sobre el río
anuncia lentamente el comienzo del día.




SEGUNDA SECCIÓN.*


Dos vasos de boca ancha, pesados de whisky
para ser más exacto, hielo y debajo del brazo
la botella, ya por la mitad, a unos metros,
no muchos y a orillas del río, el muelle
sobre el río Carapachay, hacia el este, la luna sobre
la espesa arboleda y el reflejo sobre las aguas
que justo ahora vienen bajando del Paraná.
Una medida, no más y así pasábamos
la noche de sábado, después de la cena
antes de dormir y sin apuro, a la luz
de un simple y tenue farol, sentados en la vieja escalera
mientras muy juntos y mirando correr la luna,
una y otra noche, vos me acompañabas suavemente
con tiernos acordes de guitarra, yo te escribía
una y otra vez poesías, al color de tus mejillas al tono
azabache de tu cabello, a tu hermoso timbre de voz,
y al corazón que encierras y desplegando
rojiza ternura en  tu mirada, las horas pasaban.
Cuando ya la luna dejaba el río, nos íbamos a dormir
abrazando la noche en besos y los cuerpos en alma
para juntos despertar el domingo entre medialunas,
allá, en el Tigre donde el Carapachay se adueña
de los sueños y los convierte por algunas horas, en realidad.



YEMAS DESNUDAS.*


Íntima lluvia que escarcha
en tus yemas desnudas,
hecha raíz en él
cielo de tu boca,
vértigo mortal donde
se dormita mi cuerpo.
Para adentrarte
y sumergirme
decapitando mi orgasmo,
preñando nuestro
amor como pecado mortal
en la tenue soledad
de nuestro deseo.




DESNUDAS CORCHEAS.


En el sonido perfecto de tus ojos,
los sentidos de los besos,
escapan de mis manos,
entre caricias de perfume
despuntando el día.
Cuando me escondo tras la luna
para acompañarte en notas,
minuto a minuto despliega tus pasos
recorriendo mi cabeza,
al ritmo sostenido del saxo tenor,
entre dulces palabras dibujando
desnudas corcheas del alma
con los suaves pinceles
de tus cálidas manos
que recuerdo en los espacios
más hermosos del pentagrama
más sutil de la vida en silencio.


DUCHA.*


Sobre tu cabello
lacio y cristal, el agua
cae bailando en sinfonía,
tu cuerpo se encera en el agua
y despliega la juventud
patinando la piel
en besos de luna,
tu cuerpo habla, cambia,
crece y disminuye,
y en cada volcán
erupciona la vida guardada,
para despegarla
en cada gesto de vida
que surge de tu rostro,
en el instante justo,
de la mejor ebullición
sublime de vida.




ENTREGA. *


Entrelazando los dedos
fuimos creciendo, tus manos
tienen el poder de lo infinito
y en el largo camino de la vida,
hoy nos encontramos,
en la máxima expresión espiritual
de lo más tierno y sano,
el amor  a través de y con
la comunicación, herramienta
vital del entendimiento,
tu sensualidad estalla en las palabras
y el conocimiento baila
en cada conversación, hasta
el momento justo y adecuado
donde a la suave luz de una sola
vela arrinconada y azul
tu cuerpo se desplaza entre mis brazos
en silencio, y solo
el diálogo de nuestros entrelazados
dedos gritando el placer de la noche
a plena luz del día mientras
cae la ropa y nos entregamos
traspasando la puerta del diálogo.



YBICUY.


Aguas de la tierra de arena
donde los zorzales cantan la noche
cada tempranero amanecer, entre
el último reflejo de luna, y 
el primer intento del día, solo ahí
donde las aguas bajan del Río Negro
al Uruguay, y de ahí a tu cuna
de sombras movedizas y fantasmas vivos
en recuerdos de isla, ahí te encuentro
cada noche de viernes bajo
el último sonido de motor en la cuna
del río, en el penúltimo muelle,
a la derecha pasando el mojón
con los brazos abiertos a tu cuerpo,
mujer isleña, pedazo de mi vida
entre las aguas de las nubes 
con la última luna de cada viernes.



SIN CONOCERNOS. *


Si fueras una flor
sería muy difícil
saber cuál,
pues eres sin igual,
describirte sería imposible,
pero deshojarte y
guardarte dentro de mi
podría ser ideal,
pero privar la belleza
de semejante tesoro sería egoísta.
Caminaremos juntos
y cuando amanezca,
vos te despojarás
conmigo en el fundido
abrazo del beso prometido,
pues aquella noche,
donde juntos compartimos
la luna sin conocernos,
tu sonrisa me dijo que
si, antes de saber tu nombre.



ESCRIBO PARA VOS 


De tus labios
salen las palabras
hiladas más bellas
de la noche cerrada,
entre mis brazos
tus suspiros cantan
al día en la oscuridad,
y el sol de tus ojos
brilla cual noche estrellada.
Juntos compartimos
la vida entre  noches
de amor, música
y locas poesías que,
solo escribo para vos.




EL SARMIENTO. 


En tu recorrido al sol o bajo la tenue llovizna
de una tarde de sábado, visitarte es el placer
navegando el aire, en historia envuelta
en gorriones y verdes inolvidables,
veinte no más, son los kilómetros
de tu bello recorrido, y  en ambas costas
hortensias y viejas acacias festejan el paisaje.
Saber de vos, tu historia en poesía
celosamente guardadas en el fango
que baja del Carapachay, o el misterio
de viejos amores clandestinos sobre
el arroyo Fiambre, hacen del delta
no solo el nombre de un gran prócer
si no, de centímetros recorridos día a día,
metro a metro, kilómetro a kilómetro
de agua que habla, de El Jilguero
que te recorre a diario sin parar trasladando
la vida al centro la locura al delta.
Y yo, que cada vez que te recorro . . .
Visito amigos en la paz que solo el delta,
acuna en cada verde entre amarillos
deshojados, y viejas o nuevas palabras de amor, 



ISLA DE LOS ESPÍRITUS.+



Habla la historia, a veces transmite
sensaciones de lo horrible,
fiebre tempestad y huida,
trasmisión de virus inquietos
sin descubrir, comienzo
de una larga historia por contar,
traslado y muerte, entierro.
Islas de los espíritus
como depósito de almas,
que tras la peste descansan
en el Tigre, cosas y causas
que pasaron y seguirán pasando
a través del tiempo, nosotros y la fiebre,
nosotros y la peste, nuestra historia
caos y el tiempo que pasa,
el Carapachay cuenta la historia
secreta de nuestra vida.


DELTA.*


Justo ahí, donde río San Antonio
enreda las aguas del arroyo Boraso,
el aire parece cortar  mañosos juncos
silbando viejos álamos en cada atardecer,
las barcazas van y vienen acompañando
el recorrido del sol, y cuando la noche
baila entre las estrellas al ritmo
del canto de sapos trasnochados,
el Tigre vive una y otra vez
el interminable romance de las aguas,
que nosotros acompañamos desde la ventana
una y otra vez abrazados
a la vida del delta, lugar en el mundo
inigualable y nuestro, donde
en la soledad del silencio
escribimos nuestra última canción,
esperando el alba, hamacados
en el ritmo de amor más bello del mundo
a la luz del viejo farol de la noche.


ÚLTIMO SÁBADO. 


Anillos de chocolate,
cerezas para el amor, así se fue
la tarde de aquel domingo en el delta,
las hortensias engalanaban la vista
del Esperita, las primeras lanchas
de regreso,  comenzaban el oleaje
intenso, y a la luz de los últimos
rayos de sol, partiste a remo
hacia el centro entre la multitud.
Nunca supe más de vos,
durante días la búsqueda fue intensa,
pero sin novedades, creo que te fuiste
con los pájaros, y en cada atardecer
desde el muelle te veo partir sin sombras,
como escucho tu voz cada mañana
cuando el río viene y va,
trayendo recuerdos inolvidables
que me saludan corriente abajo,
o viento arriba como tu imagen  en la luna
del último sábado compartido.


EN EL MINI. *


Donde el sol se acuesta sobre
las aguas, y las tardes
parecen interminables,
entre mates y palabras
que van y vienen como el agua
del río que nos acompaña en la vida,
solo aquí, descubro tu nombre
cada día, tu cuerpo cada noche,
y mi amor renace entre las aguas
como tus besos entre las estrellas
de cada tormenta entre relámpagos.
Aquí donde el Mini desemboca
en el Plata y las luces de lejos
nos muestran el mundo de
amor a distancia, solo aquí mis brazos
son tu mundo, los tuyos el mío
y juntos recorremos las aguas
sin permiso al son de los pájaros
y los verdes que a diario nos acompañan
en la soledad más hermosa
de sentirnos acompañados.



GRETI. *


Cuenca salvaje aroma de sol
luciérnagas en la noche, hortensias en flor,
tus arterias confluyen en el estuario
del plata luminoso y hasta febril
de los bellos domingos de veleros.
Delta, pasión y silencio, belleza y ríos
que entrelazan primavera en mañana
de invierno y otoños en tardes de verano,
recorrerte es encontrar sorpresas a diario,
tu desnudez entrega pasión y encierra mitos,
encubre soledades y pinta alegrías en verdes
de cientos de matices, mundo inquieto
por descubrir, mundo nuevo cada amanecer.
Solo vos, el resto son fábulas pintadas
en el placer sin penetrar las entrañas
más bellas y salvajes de la vida.



REMO A REMO.


El zorzal, el biguá, la calandria y el boyero
entre juncos me acompañan mientras
el mimbre y el pecán deslizó entre mis manos
intentando recrear la vida de mi gente,
aguas abajo anunciando la crecida,
aguas arriba llevando noticias
de viejos vecinos amigos
y entre ellos el sol, la brisa del viento
sobre el rostro como caricia curtida
de cada día sobre las aguas más
lindas que conozco, fieles y traicioneras
dulce y amargas, como cada historia
que recojo a diario entre mates y muelles
amigos a mi paso por el río.
El Capitán me acuna, y el Sarmiento
me hamaca, el Carapachay me cobija
y el San Antonio me sacude, pero yo voy
y vengo, una y otra vez, por el único
paisaje que conozco como la palma de mi mano,
llena de callos curtidos de remar la vida
una y otra vez, por este delta donde
nací y recorro la vida remo a remo.



DESPIERTA. 


Despierta,
un terremoto de sangre
corre por mis venas
y el sudor, baña mi cuerpo
después de la noche más larga
y el sueño más profundo.
Despierta,
vuela hasta mis brazos
abiertos solo para vos,
entre ellos . . .
Soñaremos juntos la historia
de amor jamás escrita sobre el río.
Despierta,
tu sueño es realidad.

URION Y SAN ANTONIO.

Justo ahí, donde el sol
brilla en la tarde de domingo
rodeado de bellas embarcaciones,
y los mates compartidos
juegan a la mancha con las nubes,
que celosas del tiempo
quieren tapar los rayos que
hacen de tu piel, color cobre
la silueta más linda de la esquina.
Justo ahí, donde el Urión
se une al San Antonio, tu cuerpo
habla en la tarde, yo
te descubro cada domingo,
entre verdes inolvidables
en las aguas del delta,
como sirena de río a metros
de mi paso, sin saber tu nombre
semana a semana, mujer de río
silueta de hortensias, entre azaleas
de diversos colores, justo ahí.
Donde el color de las aguas
cambia su tonalidad tras la corriente
y vos, me saludas con tu mano a distancia,
cada tarde de domingo en despedida.



CORAZÓN DE AZÚCAR.

Detrás del vidrio
oscuro de la puerta,
tu figura desdibuja
la belleza transparente
de tu meloso
corazón de azúcar,
sonríes y los gorriones
entran hacia el tablado,
las palomas
se posan sobre el zinc
tibio de la mañana,
sales, comienza
un nuevo día,

el sol de tús ojos,
ilumina el río.



EL CARAGUATÁ. 

Entre corrientes que vienen,
y corrientes que van, el arroyo
te cuenta historias ocultas
como del más allá, te habla
en la soledad de las tardes
cuando el sol comienza
a esconderse entre los juncos,
te espera, y te acompaña
en el silencio de la noche
de luna, y te guía en el andar
al cielo más limpio, entre
sombras que cuentan historias
de viejos fantasmas, mezclando
álamos y sauces de verdes
difíciles de describir.
El arroyo te cuenta, te habla
y te susurra la amable compañía
que solo en el delta encontrarás,
a la sombra de una luna enamorada
que al  final del recorrido,
te acuna en  sus aguas al sueño
más inolvidable de la vida en el delta.



ÚNICA.


Cuando sonríe
descansa el día atormentado,
ríen las gaviotas, suspiran las rosas,
pues tiene la magia
de cambiar los climas,
y transformar la realidad,
como solo ella lo sabe lograr,
con esa encantadora y bella
forma de ser,
que la hace única.


TERCERA SECCIÓN. 


Vasijas, barro y tus manos en la mañana
lluviosa de abril del domingo de otoño,

música mates y tu sonrisa, el arte
gira en la creación, la masa toma forma,
y vos alegras la mañana con tu canto suave
y profundo mientras la vida pasa y
entre verdes, el río corre,las chapas crujen
con el viento y las gotas salpican amor,
en la soledad del Tigre donde bailan los aromas,
duermen los secretos y vos te escapas del mundo
en tu propio espacio de arte, fantasía y sueños
a orillas de la vida que corre río abajo
y vuelve, río arriba sin descanso.



VIENTO ENOJADO. 



Se rinde la noche tras la humilde belleza
de la luna llena, tu cuerpo descansa
entre mis brazos y a lo lejos, un susurro
trae en el viento el ritmo del agua.
Se acerca lentamente el río, el sudeste
empuja camalotes de desperdicios,
de lejos las nubes avanzan y en minutos
cubrirán por completo la luna.
Una vez más pasaremos
horas de incertidumbre, ya a oscuras
pero con provisiones enciendo la
primera vela, tapo tu cuerpo  desnudo
y salgo a la espera, el bote comienza
a sacudirse, los álamos gritan el viento
y una vez más, la inundación llega,
una más, ni la primera, ni la última
solo una más ,como siempre . . .
Cuando el viento se enoja
y nos trae su protesta entre las aguas.



TORO.


Salvajes juncos de la costa
viento del norte, orillas
sinuosas, barro y tristeza,
el delta y sus bifurcaciones
caprichosas escondiendo historia
casi salvajes entre locos amores
clandestinos a minutos
de la gran ciudad, envueltos
en lágrimas, alcohol y cigarros
que vienen y van sin colillas
por las aguas marrones
en días grises del otoño,
donde el arroyo sube, y baja
como nosotros y nuestra soledad,
a orillas del mundo entre islas,
arroyos y ríos buscándonos
en la soledad del delta.




NADA NI NADIE. 


Café, whisky y un chocolate,
música de fondo, luz tenue.
Vos y tantas cosas por conversar,
así de simple, o de complejo
pasaremos la noche juntos,
tocare suavemente tus labios
y al cerrar los ojos
mis brazos te cobijaron,
apoyas tu cabeza en mi pecho
y acariciare lentamente tu cabello,
llegará el silencio, la música
pasará a ser inexistente,
solo escucharemos nuestra respiración,
en la oscuridad de la noche
sabré de vos, sabrás de mí,
será el encuentro de los desencuentros,
pero al amanecer, nunca más
nos separaremos, pues desde ese momento
no existirá la distancia entre nosotros, 
estemos donde estemos,
porque nada ni nadie, podrá separarnos.



LOCAMENTE. 


Había un instante
que anunciaba su llegada,
como la noche, siempre sucedía.
Cómo?, no lo sabía,
era un misterio, pero lo presentía
hasta que se hacía corpóreo
ante mis ojos para llevarla
en un viaje más allá de los sentidos,
más allá de todo.
Tan lejos como nunca
había viajado.
En su decir lo dibujaba,
todo su rostro a ojos cerrados.
Qué era? Una palabra apenas,
una voz en su mente,
un impulso que la despojó
de todo temor.
Tal vez explicarlo carece
de importancia porque
 lo sentía, lo oía.
Su voz me pedía,
la hacía sentir demasiado.
Y su cuerpo no podía fingir,
tanta pasión descontrolada
y tímidamente se entregaba
al placer mutuo de sentirnos
locamente enamorados.



INQUIETA.


Sus pies descalzos dejan huellas de otoño,
hacen camino entre las hojas,
desvanece y encuentra la luz en la oscuridad
en los sueños rotos, y en ellos renace la esperanza,
con sonrisa inquieta llega el esplendor
de la entrega, que siente el llamado que,
se gesta en el interior y escribe con paciencia
las horas y las posibilidades de todo aquello,
que late silenciosa e inquietamente en ella.




PALMAS. 


Navegarte, es sentir la sensación
más fresca y dulce de la libertad,
tus palmeras pindó,  albergan
los más diversos colores
en pájaros, una diversidad
increíblemente crocante a la vista.
Hermoso Paraná de las Palmas
a diario recorro tus aguas en busca del canto
a la vida, y encuentro nuevas sensaciones
metro a metro en la voz de tus aguas,
que van y vienen como mis recuerdos
boyando sonrisas en los oleajes más tiernos
del delta, entre verdes acogedores
de soledades compartidas,
silbidos y silencios, el sol, la luna
y cientos de estrellas que me acompañan
tras tu serpenteante camino,
a tu destino final en la cuenca del plata.





ISLA OYARVIDE.


En medio de la nada,
caminamos a la suave brisa
de aquella bella mañana,
la arena parecía hablarnos
en la soledad, el susurro del río
remoloneaba la espera
de un domingo agitado de sol
y solos, en la isla
vivimos el cuento mágico,
donde las aves acunaron
nuestros besos en la soledad
del delta, paraíso escondido
de la muchedumbre,
donde el amor se palpa
en las manos entrelazadas,
al simple recorrido
de nuestros lentos pasos.




RÍO ADENTRO.


Alcaparras y vino tinto
jamón en pequeños trozos,
y esos tomates triturados
hicieron de aquella salsa
una noche inolvidable, a la luz
del único sol de noche de la casa.
El río venía caudaloso de
aguas arriba, troncos y mugre
se  enganchaban arrastrando
lo menos pensado, entre desidia,
viento caluroso y leve, las nubes
corrían a gran velocidad,
y el último plato de tallarines
quedó sobre la mesa a oscuras.
En el muelle la soledad
de la oscuridad hizo en un tras pie
la última palabra, y a partir
de aquella noche romántica
me dejó solo en la neblina del río
para siempre en las poéticas
noches del tigre, río adentro.



EL RAMA. 


Sonidos y flores, ritmo y fragancia,
la noche transcurre sin prisa,
velas en la cena de gala,
solo vos y yo, compartiendo
la mesa del rincón acogedor
de la casa en el delta.
Tu figura transita límites
tus besos los rompe en la luna
y entre estrellas de arco iris
la madrugada asoma sin prejuicios.
Tus labios estallan, mis brazos
abrazan en tu cuerpo la vida
y antes del primer rayo de sol,
te acunas en un vaivén descontrolado
dejando la vida, una y otra vez tu cuerpo
inhala y exhala la transpiración
y al grito uniformes del silencio
el río crece, las lágrimas brotan
y entre besos y abrazos
nos fundimos en amor, dentro
de  la oscuridad del sol.



SOBRE EL ESPERA.


La noche en pañales,
y el río desnudo en la noche de abril,
la luna escondida tras aquellos sauces o detrás
de viejo tinglado del aserradero,
ya paso la última lancha camino al centro del pueblo.
En el muelle sentado a centímetros del agua,
el mate es mi único compañero,
a lo lejos todavía escucho tu voz
llamándome a gritos, la imagen del bote
dado vuelta gira en mi cabeza hasta dormido,
y el ruido de silencio se agudiza
cada anoche en el delta, donde me quedaré
hasta el último de mis días
para volver a encontrarnos, como aquella noche
sin luna donde todo fue tan hermoso
que hasta los álamos festejaron nuestro encuentro,
con el perfume del río y la sonrisa de las hortensias
que nuestro paso danzaron la primera primavera
aquel veinte del mes a las cuatro y cuarenta.



RÍO.


El río me cuenta cosas, cuando viene,
cuando va, secretos que trae guardados
y es posible descifrar, mirando correr el agua,
en ella encuentro rostros palabras y soledad,
historias de otros rumbos que bajando han de contar
y subiendo entre lágrimas, quizás las olvidaran.
El río, ese misterio que baña el delta, surcando
los escollos de islas e islotes, donde la magia vive
entre duendes historias y mitos que solo
guardarán las aguas y jamás han de contar,
ahí, dejaré tu nombre en secreto  entre él y yo,
así es como vos vienes y vas en mi cabeza,
en mi corazón y él guardará el secreto,
hasta que las estrellas te cuenten al oído
el porqué de mi partida, la noche donde la luna
solo saldrá para vos, entre versos y guitarras
subiendo hacia el Paraná por los surcos
que entre estrellas gritaran mi soledad.





POSTRE FINAL.


Entre aromas envolventes
y esos ruidos conocidos,
la cocina revive cuando estás en ella.
Inconfundible, mi olfato te reconoce,
sabe de tu presencia     
mucho antes de mirarte.
Entonces los sentidos se estimulan
antes de ver tú acaramelados ojos,
girando de aquí para allá,
entre ollas y sartenes.
Después la cena... y ese vino
que solo en tus labios
sabe a miel de uvas,
mientras la fiesta
continúa hasta el postre, el café...
Y el encuentro esperado desde anoche,
donde juntos nos fundimos en uno
y, al ritmo de las emociones,
lloramos la felicidad.



BARCA GRANDE.


Donde el Barca Grande
se divide al plata el viento
acuna sonriente el suave
y tierno perfume  de mujer,
a mi paso, los recuerdos
brotan una y otra vez,
recuerdo aquel sombrero
que el viento se llevó,
las tardes de domingo
los mates y entre hortensias,
llega tu tierna voz, una y otra vez,
pero nunca dejaré de pasar
recordándote en el silencio
del viento y los secretos
que solo el agua se lleva
en nuestros jugos diálogos
pronunciando tu nombre.




ARROYO & RÍO.


Nueve de julio y Palmas,
la curva del encuentro
la sonrisa del sol,
ahí, tu cuerpo brillo
a la luz de la luna
en el silencio del agua,
tus besos fueron la envidia
de todas las estrellas,
y entre abrazos partimos
la noche del sábado
en el brindis azul
más buscado del delta,
donde el arroyo y el río
fusionan las aguas dulces,
le cantan a la noche
y sonríen estrellas
que, enjuagan amor
al brillo de tus ojos
en la noche más tierna
del reciente verano.




EN LA ISLA.


Tu hermosa cabellera
cabalga al ritmo de la noche,
sobre mi floja cintura.
Tus negros cabellos, lacios y largos
se enredaron en mis dedos tensos
en la tiniebla del único foco que,
a lo lejos,
deja encender tu figura
entre sombras de pasión
descontrolada . . .
Qué controlada por años
hoy desatas sobre mí
una y otra vez, sin mensura
ni censura previa,
sobre el viejo diario,
olvidado en la cama
de la vieja casa,
en la solitaria isla del Tigre,
donde te encontré.



EN El ABRA VIEJA.*

Se esconde el sol
y de lejos la última lancha
viene anunciando su paso,
las hortensias despiden el día
y el muelle se convierte en el regazo
de mis horas, mientras el mate
me acompaña en la leve oscuridad.
Te escribo, recuerdo tu voz,
una suave melancolía me envuelve
pero el Abra Vieja me despierta a la vida
en esa realidad cotidiana que sacude mis pensamientos 
en medio del delta donde de alguna vez,
tu cuerpo se deslizó en el agua
abrazada a la vida, antes del último adiós
en aquel bote, que nunca más
se encontró en el Tigre y seguramente
está volando con vos por las aguas,
entre nubes que en silencio
gritan tu nombre en la soledad de la luna
cada atardecer, cuando a lo lejos
la lancha colectiva silba tu nombre
anunciando la partida, y la noche
trae tu perfume desde el Paraná
dibujándote en mi mente
una noche más, como hoy y siempre.





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