*UNA COPA MÁS

No te vayas, no te ocultes
no escapes.
Déjame seguir sintiendo
el bello perfume de tu cuerpo,
en cada diálogo,
donde la luna baila
al compás del fuelle,
sonando en sostenidas corcheas
de tu nombre,
sobre las cuerdas graves,
del viejo contrabajo.
Quédate,
los pétalos hablan de ti,
la noche te llama,
las estrellas titilan tu nombre
y yo te escribo, en silencio.
Bebe una copa más,
no te vayas ...

*LLEVAS

En tus labios,
guardas el sabor de la nostalgia;
en tus ojos,
llevas la tristeza de un dolor;
en tu sonrisa,
vives a diario la alegría
de saberte viva;
en la selva del mundo
que, por minutos, compartimos
de profunda y sana amistad.

*PARA QUÉ ESCRIBIRTE

Para qué escribirte,
por qué hacerlo,
si todo lo que siento y sientes,
no pasa por las letras,
los mensajes ni las cartas
que nos hemos escrito.
Para qué
si hablamos con el alma,
y ese lenguaje solo se siente así.
Adentro, tan dentro
que no sé expresarlo,
de ninguna otra manera
que no sea nombrándote
y para qué nombrarte
si tú ya sabes todo.
Solo resta
el encuentro del reencuentro,
cada tanto... una vez.

*NO CORRAS

La imagen de lo imperfecto
se diluye, cansada,
en la sombra de la noche,


cerrada y oscura del barrio.
Atrás, donde quedan
los sueños arrumbados,
existe la posibilidad
de volver a comenzar,
a creer que es posible
la calma, la serenidad y la palabra.
Tú tienes la llave y,
el tiempo, la definición.
Camina, no corras.

*CIELO COMPARTIDO

Te abracé en la noche
del sueño imposible
entre locas copas
de muy poco alcohol,
te besé debajo
de aquella sombrilla
sobre la avenida
cargada en sudor,
despuntando el alba,
corriendo minutos
se nos fue la noche
casi sin control.
Luego de la mano
caminando vida
nos fuimos besando,
siguiendo la estrella,
esa que horas antes
te ha marcado a vos.
Un cielo de nubes,
un hueco y en ella,
la vida brillaba
solo para vos
y, al seguir la misma,
te llevo a mis brazos,
debajo del cielo
que ya, es de los dos.

*ENCUENTRO POSTERGADO.

Tu esbelto cuerpo, princesa,
abracé fuerte en la noche.
Tu rubio cabello supe acariciar
entre las estrellas del cielo,
cuando tus lágrimas
me hicieron soñar.
Abracé la luna,
contigo en mis brazos,
luego nos quedamos
contemplándonos el largo silencio
de ese hermoso encuentro.
Tu figura, el cielo,
aquella madrugada,
tus cabellos lacios
y la conversación,
hicieron la noche
de la melodía en tu cuerpo,
callados, abrazándonos,
como si la vida
corriera por las venas
más rápido que el tiempo
de los encuentros postergados,
pero, la luz del láser,
hizo lo suyo y,
en aquel beso...
nos encontró.

*BELLA

Llevas la vida en tus ojos,
alegría en tu piel,
cansancio en el corazón
y suave brisa de caramelo

en tu hermoso cuerpo.
El dulce de tu boca
suena sensible
en las palabras,
duro en tus enojos,
cálido en tus consejos
y brilla,
día tras día en tu vida,
pues eres única
bella dama del sur,
gaviota del cielo,
madre, mujer y amiga,
solo tú.
El resto, solo es sombra.

*FRENTE A TÍ

Después del largo viaje
de los casi
dos mil kilómetros recorridos,
tu cuerpo descansa,
tendido en el sillón
del viejo comedor.
Frente a ti,
observo tu descanso,

contemplo tu profunda
respiración de cansancio
y el silencio del amanecer
con la música de lluvia
sobre la mañana
se despidió de ti,
por un tiempo.
Hoy los almohadones
conservan tu perfume
y recostado en el mismo sillón
te recuerdo única,
como siempre,
íntegra y mujer,
como nunca imagino encontrarte,
pero feliz de conocerte
y esperándote,
como tú ya lo sabes.

*TE EXTRAÑO

Ahí
donde el amanecer
enciende el sol,
los pasos comienzan
y el murmullo
acrecienta el sonido
de las almas,
sentado
pensando en días
sin futuro,
recuerdo largas noches
de lindas charlas
que no volverán,
me pregunto por qué
y amándote en silencio
y sin nombrarte,
te extraño.

*SIN DISTANCIA

No existe distancia ni tiempo
cuando el corazón late por ti.
Los pájaros
cantan en la dulce mañana y,
en la espuma blanca,
tu nombre se va, buscando,
la historia secreta del hombre
que dejó en su vida
toda la amistad.
De saberte única en el universo,
gritando tu nombre de felicidad.
Despierta la noche,
tu imagen fecunda,
dejando la aureola de la soledad.
Pues allá en el monte,
que nunca subiste,
te espera la calma...
la calma de la soledad,
compartidas en letras
de suaves murmullos,
que ya no están solos
pues, entre susurros,
espera una mano
que te acompañará
por toda la vida
cuidando tus días,
acompañando,
en versos de felicidad.

*CUENTA CONMIGO

Nunca
nada me ha gustado tanto
como conversar contigo,
de la vida y las cosas
más simples compartidas,
conversar de la calle
y sus historias
de lo diario;
el pasado y el futuro,
amores perdidos,
sueños guardados,
viajes postergados,

mientras a distancia
bostezas, ríes y lloras.
Y aquí seco tus lágrimas
intentando protegerte,
imaginando tu rostro
y tu cuerpo
entre mis brazos.
Hasta mañana, linda.
.... cuenta conmigo