MEMORIA.

Traca tran, traca tran, devoran los rieles
durmientes del viejo ferrocarril.
Mamá quedó en casa, papá y el tío en el andén,
la mano de mi amigo Alberto corriendo solté.
¿Adónde me llevan?, al sur, a las islas;
¿qué quieren que haga con este fusil?
si nunca lo tuve, como hoy, en mis manos,
si no sé usarlo, si no sé qué es.
Madre, no llores en mi cama, no tengas miedo,
regresaré envuelto en la bandera celeste y blanca,
y gritando, muy ronco, “¡Son nuestras al fin!”.
“Todo será fácil”, así nos dijeron,
tal vez esta arma no tendré que usar:
son pocos los otros y desde tan lejos, seguro, no vendrán.
Dialogaremos muchos, nos entenderemos,
queremos lo nuestro.
Madre, pronto te besaré otra vez.
Las ruedas soportan el paso del camión,
aplastando ripio, vamos más al sur, se apagan las luces
no veo ya pueblos, aturden motores, ¿¿qué pasa mamá??
Tengo mucho frío, nos mintieron viejo,
ahora tengo hambre y vienen muchos para acá,
abrazo hermanos de Chaco, Formosa, Rosario y Tucumán.
Las aguas heladas, el frío infernal,
ya llegamos a la isla, la orden: ¡¡matar!!
Qué tierra Malvinas, isla Soledad,
qué frío, qué viento. Qué pasa, no lo sé.
Los vuelos rasantes comienzan a matar,
nos matan, matamos… solos en soledad.
Ahora en las trincheras nos dejaron solos,
les llego el miedo, fueron con mamá,
quisiera saber, después de tanta pólvora,
qué saben ustedes de esta soledad.
Nos mintieron Tío, nos dejaron solos…
¡¡Viva mi Argentina!!, me matannnn mamaaaaaá...


10_7_1982.