En la oscura noche
de los sueños encontrados,
tu piel respira la pasión
del sudor de mis manos
acariciando tu espalda,
en la tenue luz que llega
de la única lámpara
lejos encendida adrede
para dibujar en las sombras
nuestros cuerpos cansados
del precioso día compartido.
Duerme ya, maravillosamente
nos hemos descubierto
ahora, queda el largo
camino por andar.
Con el presente inmediato
camino por andar.
Con el presente inmediato
y el diálogo de mañana
a plena luna en la distancia
pero con la salvedad
que a partir de ahora...
sabrás quién soy
sabré quién eres.