Diez minutos más para perderme en tu mirada,
cinco minutos para deslizar mis manos y acariciarte,
tres minutos de aproximación, para sentir el latir de nuestros corazones,
y susurrarte al oído que necesito tus brazos alrededor de mí.
Un minuto adicional para pronunciar dos palabras mágicas: "Te amo".
Un reloj que abarque todo el tiempo,
donde cada segundo es una joya,
un tesoro compartido en este viaje juntos.
El tiempo ya no es solo el monótono tic-tac que cruza el espacio,
ahora es tu risa, tu complicidad.
Vos y yo, dos en uno, uno en uno,
sin pausas, sin prisas, pero siempre soñando.
El tiempo se ha transformado en un lienzo
donde pintamos sonrisas, aprendizajes y complicidades.
Cada momento con vos es una paleta de colores
que da vida a nuestro propio universo,
un universo donde el tiempo se diluye
en el éxtasis de cada encuentro,
donde el reloj es testigo de un amor sin medida.
donde vos ahora dormís, y yo. . .
te observó y te escribo.
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