El cielo cerró tu nombre
entre espesas metáforas en la noche,
a tu encuentro camino bajo llovizna y
en cada esquina recuerdo días,
horas, minutos y momentos . . .
aquel primer encuentro,
los primeros besos y tu sonrisa.
Luego llegó la tempestad, el silencio
y unos cuantos días de espera,
hoy . . . tu llamado, la cita
y el reencuentro,espero encontrarte
como siempre, sin rencores estúpidos
ni medias tintas escondiendo absurdos,
simplemente vos, el vino de cada noche
y el encuentro postergado,
hoy se harán realidad,
para nunca más separarnos
por un simple eclipse
que sucederá de vez en cuando,
si no interpretamos los silencios
ni dialogamos las lunas,
como lo hicimos antes de aquella despedida,
donde el vino quedó sin bienvenida,
y nuestros besos guardados a la espera
de una noche como está mi querida.