cobijas arrullada la noche,
tus sueños vuelan
y los suspiros palpitan

que, dentro de tu memoria,
esconde el salvaje
y cotidiano sentir
encerrado en el cuerpo
de la mujer más hermosa
reprimiendo la vida,
en la espera irrenunciable
del final del cuento,
donde quizás,
el príncipe naranja
llegue a caballo
de sentimientos recíprocos,
un amanecer nublado
y de tenue llovizna
como lágrimas
de tu castaño cabello
enredado entre los dedos
de la realidad.
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